Sonido que pinta el espacio
Existen dos grandes
protagonistas en el unipersonal Psicofonía. Primero,
está el sonido, la música, el elemento sonoro que se introduce por todo el
escenario y tiñe nuestra percepción de cada momento. Y segundo, está Karen
Vivero, quien se desvive en el escenario mostrándonos a una mujer que baila en
soledad al ritmo de sonidos y voces ausentes. Pero quizás es un poco incorrecto
decir que se desvive, cuando el trabajo que nos entrega posee tanta vida.
Vivero interpreta en
escena a tres generaciones de mujeres: una abuela, una madre y una hija. Dentro de cada una vemos el peso del anterior, así como el de los
hombres alrededor de su vida. El juego que la obra realiza entre el sonido y la
ausencia es vívido: más allá de la música, se juega bastante con la presencia
de voces o estímulos de los que no percibimos el origen. Vivero pasa estos
estímulos por el cuerpo en conjunto con los elementos de su caótico escenario,
y nos los entrega a partir de una actuación bastante sentida, lúdica,
conociendo bien las contradicciones de sus personajes y abrazándolas dentro de
estas.
El storytelling
no lineal, aunque a veces confuso, nos sirve más como una manera de
experimentar la historia y las vivencias de los personajes desde su lado más
emotivo. Los hechos en sí mismos toman un segundo plano
para la experiencia que pasa por los personajes. Vivimos escenas que nos
recalcan no solo el abandono masculino por el que pasan, sino su añoranza, su
deseo por la aceptación, la erosión que todo esto genera en sus relaciones entre
mujeres, y finalmente, la renuncia a su influencia y la paz con su sonido
propio.
La obra puede explorar
en un futuro el explotar los recursos que utiliza para el viaje, como lo son el
micrófono, el instrumento o las voces en off: hacer del viaje musical (ya de
una composición musical impecable) más multitudinario hará que el momento
final, en el que Luz se vuelve perfectamente consciente de su música, se vuelva
más poderoso. Pero más allá de la dirección en el sonido o
las luces, el punto núcleo para que esta historia pueda seguir calando en
nuestras fibras es la sensibilidad y oficio de su actriz principal. Esperemos
ver más experiencias escénicas de mano suya y de la producción de Harawi.
José Miguel Herrera
19 de noviembre de 2024