miércoles, 26 de octubre de 2022

Crítica: NUESTRA SEÑORA DE LAS NUBES


Nueva revisión del clásico de Arístides

No es frecuente que un mismo texto teatral tenga dos temporadas en paralelo, pero eso es exactamente lo que ocurrió hace algunas semanas: Nuestra Señora de las Nubes, pieza clave dentro de la producción dramática del reconocido autor argentino Arístides Vargas, estuvo los fines de semana en el Club de Teatro de Lima, como parte de la graduación de los nuevos egresados de la mencionada institución; y los días jueves en la Asociación de Artistas Aficionados, a cargo del grupo Llaqta. Ambas espectáculos no pudieron ser más diferentes entre sí, a pesar de compartir los mismos diálogos; sin embargo, los dos supieron sacar partido de las fortalezas con las que contaba cada colectivo.

Mientras que la propuesta escénica del Club de Teatro de Lima ofrecía un escenario circular y el esmerado desempeño de nóveles actores iniciando su carrera actoral, la de los “llaqtas” privilegiaba el trabajo de texto en el tradicional auditorio de la AAA. Dirigidos de manera remota por Noraya Ccoyure Tito (actriz en el primer montaje del colectivo en el 2017), los actores Delia Canales, Fernando López, Cesar Marticorena, Florencia Guzmán y Abigail Salvador supieron aprovechar la riqueza de las palabras de Arístides, cargadas de lirismo, humor y melancolía, que nos introducían en la historia de este utópico país real-maravilloso, con tantas semejanzas con cualquier nación latinoamericana.  

Cada uno de los ya emblemáticos personajes estuvo muy bien delineado por los actores, quienes interpretaron más de uno con credibilidad. Desde los confundidos Bruna y Oscar, con sendas maletas y en el exilio; pasando por hilarantes gobernadores, pescadores y maestros de orquesta; hasta los curiosos lazos que unen a los miembros de una aparente misma familia. Esta nueva revisión de Nuestra Señora de las Nubes del colectivo Llaqta cumple a cabalidad su cometido de entretener y también de aportar una generosa cuota de reflexión acerca de la necesidad de valorar nuestra propia identidad.

Sergio Velarde

26 de octubre de 2022

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