jueves, 28 de marzo de 2013

Crítica: EL DISPARO


Contradictorio encuentro generacional

Con casi una hora de retraso comenzó la función programada de El disparo de Estela Golovchenko, a cargo de la agrupación Teatr3s y la dirección de Manuel Trujillo, en el Teatro Auditorio Miraflores. Una obra con varias dificultades por sortear, con sólo dos actores que deben sostener la acción desarrollada en tres planos de la realidad, pero con sólo algunos momentos interesantes, debido a un texto que peca de redundante, así como también de la confusión que se genera en el hecho de que las palabras que dicen los personajes, no son coherentes con lo que el espectador ve en escena. Una mujer encuentra en su departamento a un delincuente, pero lejos de expulsarlo como alguien sensato lo haría, comienzan tres dilatadas conversaciones, con finales abruptos y muy contradictorios en su ejecución.

Al escoger una obra teatral de autor extranjero para su representación, debe tomarse en cuenta el contexto en el que fue escrita, y luego tomar la decisión de, ya sea adaptarla a nuestra realidad o respetar el referente original, con el propósito de entender los objetivos del autor y de paso, no confundir al público. El disparo esconde su sorpresa, casi al final: toda la obra es un encuentro entre dos personas, pero resultan tres muertos. Y es que la coda final, con la revelación de la mujer sobre las atrocidades cometidas durante la dictadura militar, descoloca completamente al espectador, pues es un dato que nunca se menciona (o no se dejó entender) durante el transcurso de la obra.

Se nota el empeño que tienen, tanto el director Manuel Trujillo como los actores Paola Vera y Carlos Grados, pero poco pueden hacer por hacer despegar la historia, que desgraciadamente tampoco ofrece mayores sorpresas. Agravando la situación, Vera luce demasiado joven para hacernos creer que es una mujer madura, y Grados ya no aparenta ser un muchacho delincuente; eso hace que sus palabras, acciones y decisiones carezcan de verdad e inclusive existan escenas con un claro tufillo paternal, completamente ajeno a la historia original. La agrupación Teatr3s debe reorganizarse para emprender nuevos proyectos, escoger mejor los textos a trabajar y convocar a los actores que cumplan los requisitos para encarnar a los personajes en cuestión.

Sergio Velarde
28 de marzo de 2013

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