sábado, 24 de febrero de 2018

Crítica: CELULAR


Mentiras en la era tecnológica

Siempre en constante búsqueda de espectáculos llamativos para su Teatro Marsano, el inagotable Osvaldo Cattone dirigió y su colaborador Chalo Gambino adaptó, la premiada película The Full Monty para la escena; el resultado, Made in Perú (2005), se convirtió en una divertida comedia con contenido social, muy pertinente en épocas de necesaria creatividad para poder sobrevivir los tiempos de austeridad. Pues bien, la mencionada dupla dirige y adapta nuevamente otra cinta, esta vez Perfectos desconocidos (Perfetti sconosciuti, 2016), producción italiana coescrita y dirigida por Paolo Genovese, y nos presentan Celular, una comedia que si bien no alcanza los niveles de otras puestas similares presentadas en el Marsano, como las excepcionales Brujas (1991), Pijamas (1995) u 8 mujeres (2012), sí que hace una oportuna y entretenida reflexión sobre los secretos, mentiras e infidelidades en tiempos tecnológicos.

Un juego de aparente inocencia, como el de dejar los celulares de un grupo de amigos en el centro de la mesa, para escuchar llamadas y leer mensajes en conjunto durante toda la velada, puede desencadenar insólitas e incómodas situaciones. Tres parejas con los problemas de siempre (hijos atravesando la adolescencia, padres de la tercera edad incomodando en el hogar o exparejas merodeando), junto al inexplicable y extravagante soltero, tendrán que lidiar con sus secretos siendo auscultados por los demás, en nombre de la verdadera amistad. El eclipse lunar, ocurriendo en tiempo real durante la velada, señalaría el desencantado desenlace que se avecina entre los presentes. Y el doble final, muy al estilo de Priestley como en Ha llegado un inspector (1995) o Esquina peligrosa (2008), pareciera concederle la duda razonable a este grupo de hipócritas infieles, o acaso intachables inocentes.

Cattone convoca a actores recurrentes en sus espectáculos, desde sus nuevas musas Marisol Aguirre y Sandra Bernasconi, hasta los competentes Bruno Odar, Julián Legaspi, el siempre divertido Nicolás Fantinato y un Ricardo Combi que acaso no calce con la edad que debe aparentar. La debutante en el Marsano, la guapa Andrea Montenegro, no desentona con el controlado y efectivo elenco, manejado al milímetro por el director. Eso sí, la misma tecnología parece jugarle en contra al montaje: las constantes llamadas por celular en escena, grabadas con voces de Cattone, Gambino y otros, todavía no lucen convincentes, como sí se logró, curiosamente, en algunas escenas de Made in Perú del propio Cattone, con voz en vivo durante las llamadas telefónicas. Celular se ubica entre las mejores comedias menores del Marsano, entretenida y divertida, con una oportuna reflexión sobre la condición humana que no parece cambiar con el avance tecnológico.

Sergio Velarde
24 de febrero de 2018

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