domingo, 28 de diciembre de 2008

Crítica: CAMINO DE ROSAS


Digno homenaje a José Enrique Mavila 

La asociación “Manuela Ramos” premió en 1985 la obra “Camino de rosas” de José Enrique Mavila, una sencilla historia que abordaba la eterna problemática de la mujer, siempre aplastada por el machismo y el autoritarismo, que nos es tan desgraciadamente familiar. Y es ahí donde radica el principal obstáculo para cualquier grupo que desee llevar a escena esta pieza: el no convertirla en un evidente producto destinado a una ONG feminista, el quitarle cualquier tufillo moralista y presentarla sin sobredimensionar el mensaje, que está bastante claro y evidente. Josse Fernández, director del grupo PERU TEATRO y responsable de su puesta en escena en el Auditorio del CAFAE, logra cumplir este primer objetivo, que de por sí constituye un estimable logro que bien amerita su visionado.

Rosa (Orietta Foy) es una humilde mujer, trabajadora y emprendedora, atrapada en un rutinario matrimonio. Una actividad de ayuda social le da la oportunidad de escapar de la monotonía, bailando y cantando en un número musical. Su celoso y machista esposo (Josse Fernández) no ve con buenos ojos este nuevo interés de su esposa y es ahí donde se desata el conflicto. Los sencillos pero efectivos diálogos de Mavila están servidos para generar en el espectador la total identificación con Rosa y el completo rechazo hacia el marido bravucón, prejuicioso y tan condenadamente equivocado.

Orietta Foy y Josse Fernández interpretan sin tacha a esta disfuncional pareja, tan reconocible en hogares de toda condición social. El montaje en general no distorsiona el mensaje del autor, a pesar de los constantes disfuerzos del profesor de baile Julio Cesar Baluarte y la evidente juventud de Yasmín Dipaz, en un personaje destinado a una actriz madura. El amplio escenario que ofrece el auditorio del CAFAE pudo ser aún mejor aprovechado, sin embargo, los diferentes espacios en los que transcurre la obra (la casa, el local de ensayos) están bien delimitados y la actuación final de Rosa, acompañada con música en vivo, culmina un efectivo y ordenado montaje escrito por el recordado Mavila, que bien vale la pena revisitar o descubrir.

Sergio Velarde
28 de diciembre del 2008

1 comentario:

Unknown dijo...

muy bueno ,,,:)

pero a mi me parecer algo ambiguo
cada quien su perspectiva