viernes, 28 de enero de 2022

Crítica: UN VIAJE HACIA PLUTANO


Feliz regreso a los escenarios

Las ganas los artistas por volver a los escenarios y ofrecer espectáculos presenciales se hicieron sentir desde el primer día de encierro forzado, especialmente con la creciente saturación de obras en línea de los últimos meses. Poco a poco, la comunidad teatral empezó a retomar los ensayos en sala y las funciones en vivo (como en el fondo debe ser el Teatro), cuando las medidas dictadas por el gobierno así lo permitieron; no obstante, se optó en general, por presentar espectáculos sencillos de corta duración. Uno de estos lugares fue el Espacio Teatro Esencia, que tuvo y tiene actualmente una intensa actividad; una obra que desfiló por su escenario fue Un viaje hacia Plutano, escrita por Jorge Bazalar y dirigida por Renato Piaggio.

Presentada por Kapchiy Asociación Cultural, la pieza breve nos presenta a dos niños, Tato (Alejandro Tagle) y Patty (Astrid Villavicencio), quienes se conocen en un ascensor que repentinamente queda fuera de servicio con ellos dentro; él es un boy scout asmático y ella, una perspicaz analfabeta. Ante la eventualidad, ambos darán rienda suelta a su imaginación e iniciarán un viaje espacial hasta lugares desconocidos, como el planeta del título. La escenografía funcional, las luces y el sonido permiten aprovechar el íntimo espacio barranquino, creando la atmósfera requerida; además, la dirección de Piaggio permite seguir la acción con interés.

Interpretar a niños no es tarea fácil para los actores adultos; no obstante, Villavicencio y Tagle, ambos en constante actividad interpretativa, se las arreglan para entrar en la convención y ejecutar sus roles con convicción. Los dos actores consiguen una buena química y resultan carismáticos sin llegar a la sobreactuación, delineando bien a sus personajes. Un viaje a Plutano, tal como lo menciona Bazalar, es producto de un ejercicio de un taller de dramaturgia, pero su puesta teatral se convierte en una divertida y agradable historia, que bien valió la pena disfrutar en el expectante regreso de los teatristas a la presencialidad.

Sergio Velarde

28 de enero de 2022

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