jueves, 27 de junio de 2019

Crítica: LOS ELEFANTES


Imperiosas individualidades

Como una ‘caja de Pandora’ a punto de abrirse, se asoma la crisis en una familia. “Los elefantes”, obra escrita y dirigida por Ronnie Farfán, explora los lazos ineludibles que unen (o separan) a quienes integran el núcleo familiar.

Perelman, el padre (Javier Valdés), quiere divorciarse, pero es incapaz de decírselo a Eugenia, su esposa (Denise Arregui), quien se la pasa revisando la correspondencia de otros. El hijo menor W (Tadeo Congrains) posee un coeficiente intelectual muy elevado y está a punto de elegir una universidad; finalmente, el hermano mayor, Rengifo (Claret Quea), es un apasionado de las artes marciales, muy honesto y perceptivo con lo que sucede a su alrededor. Al enterarse de una posible separación entre sus padres, W y Rengifo deciden aliarse para impedirlo. De esta manera, afloran las individualidades y diferencias de cada miembro de la familia, así como la necesidad de permanecer juntos, pese a todo.

El ‘Deber ser’ de la familia

La familia constituye un pilar importante para la construcción de la sociedad, pero ¿será posible mantenerla incólume? Precisamente, la narrativa de “Los elefantes” cuestiona el ‘deber ser’ dentro del sistema familiar y ofrece otra visión, quizá más real, de lo que significa convivir como familia. En escena, vemos a un grupo de personas que tienen en común solo el parentesco, pues sus personalidades (llevadas al extremo), preferencias y objetivos son realmente distintos; sin embargo, sus afectos, la costumbre y –probablemente- el orden social, determinan que no deben separarse. Más adelante, en un giro inesperado, los padres pierden el control y actúan como sus hijos (Eugenia se encierra durante un mes en el baño); y los hijos asumen el rol de sus padres (W, obliga a Perelman a disculparse con Eugenia).

El montaje está ambientado en los años 80 (los vestuarios, el teléfono, los colores), la propuesta visual es correcta, diseñada (una sala-comedor) para coadyuvar el desarrollo de las acciones y los cambios. Mención aparte para el notable elenco, que sorprende con interpretaciones orgánicas y precisas.

“Los elefantes”, pieza ganadora del Festival Sala de Parto 2017, bajo un argumento original y coherente, nos presenta a esta familia, unida por sus vínculos (afectivos y parentales), pero al mismo tiempo desintegrada por las individualidades de sus miembros, que al fin y al cabo son seres humanos con metas propias. Cerca al desenlace, se revela el trasfondo dramático de esta comedia, los personajes enfrentan sus decisiones y se humanizan claramente. En definitiva, la propuesta de Ronnie Farfán es una oportunidad para replantear algunos temas que giran en torno a la libertad de elegir, y a la perspectiva (social) acerca de cómo debe ser una familia, sobre todo al momento de conciliar las diferencias entre sus miembros.

Amaru Casa Cultural es el espacio que alberga la puesta en escena, en Jirón Mariscal José Antonio de Sucre 317.

Maria Cristina Mory Cárdenas
27 de junio de 2019

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