sábado, 6 de abril de 2019

Crítica: DR. OINC


Una granja con valores

“Dr. Oinc”, creación de la dramaturga Cecilia Zapata y dirigida por Ismael Contreras del equipo Palosanto, fue montada por segunda vez (primera versión en el 2016) con un nuevo elenco, conformado por Jano Herrera (Carcán - Dr. Oink), Yasmine Incháustegui (Doña Pata), Francisco Rodríguez (Lino el Felino) y Marne Cortijo (Lanuda la oveja), con Marisa Contreras en la dirección de arte.

En primer lugar, hay que reconocer el gran trabajo de Palosanto por ganarse el cariño del público, pues la función de “Dr. Oink” fue un verdadero éxito. El auditorio del Centro Cultural CAFAE-SE estuvo totalmente lleno y las entradas agotadas. En esta oportunidad, Ismael Contreras propuso una obra cuya acción dramática gira en torno al descubrimiento del gato Lino del verdadero valor de la amistad, al aprender a decirle la verdad a sus otros amigos, la Oveja, doña Pata y Carcán.

El trabajo del equipo de escenografía y utilería, para recrear un ambiente campestre con elementos de la realidad como árboles y una granja, fue lo más resaltante. Estos dieron una sensación apacible al público, especialmente, al infantil que parecía bastante contento. Refiriéndonos a la iluminación, fue muy curiosa la forma en la que las luces amarillas se reflejaban sobre la escenografía y combinaban muy bien con todos los colores.

Del elenco de actores destacó Rodríguez, pues su actuación al fingir una enfermedad para timar a sus amigos fue muy realista y, en varios momentos, llegó a generar empatía con el público. Si pudiésemos elegir un elemento a destacar de todo el montaje sería el uso del humor como una herramienta pedagógica. Doña Pata (Yasmine Incháustegui), en muchos de sus diálogos, apela a la ironía para dar moralejas éticas sobre la importancia del trabajo. Esto último llama mucho la atención del público infantil, ya que entiende el mensaje y lo comenta durante la función. A los niños también les encantó que los personajes, casi durante toda la obra, cantasen en vivo y transmitiesen una moraleja.

Es muy admirable la precisión de los actores respecto a su control escénico. Estos no aburrieron al público y generaron comentarios de los niños durante las escenas siempre. Refiriéndonos al vestuario, este fue realista y de estridentes colores. Asimismo, el empleo de maquillaje sobre el rostro de los actores fue un gran punto a favor de la obra. Así es como “Dr. Oink” nos recuerda el valor de la veracidad en todos los momentos de la vida. 

“Dr. Oink” está en temporada hasta el 14 de abril en el Centro Cultural CAFAE-SE (Av. Arequipa 2985, San Isidro).

Enrique Pacheco
6 de abril de 2019

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