lunes, 1 de septiembre de 2008

Crítica: TITINA


Grata sorpresa en exteriores 

Anunciar la obra teatral “Titina” como “algo nunca visto”, resulta por lo menos, una exageración. El hecho de realizar un montaje fuera de la sala de teatro convencional y llevar al público a diferentes locaciones en donde se desarrollan las escenas, no significa haber descubierto la “pólvora”. Hace ya algunos años, “La casa de las ánimas perdidas” y “Galería teatral”, por citar dos ejemplos recientes, tenían dicho formato. Sin embargo, el hecho de tratarse de una comedia en verso octosílabo, de ser escrita y dirigida por el divertido Nicolás Yerovi y de ser representada en calles y plazas de Barranco, sí le confiere cierta singularidad y novedad al proyecto, que lo convierte de por sí, en un espectáculo interesante.

La historia, sencilla y simpática en su planteamiento y ejecución, le debe mucho a las grandes comedias costumbristas nacionales: la bella Titina es ofrecida en matrimonio por su padre a un acaudalado anciano, mientras que suspira de amor por un joven galán. A diferencia de la “Ña Catita” de Manuel Ascencio Segura, Yerovi realiza esta vez una tibia crítica a las costumbres de la época, especialmente al machismo (y también, por supuesto, al juego de apariencias que la clase media deseaba mantener), para darle un mayor énfasis al ingenioso texto y a la gracia y carisma de los personajes.

El propio Yerovi conduce a los asistentes a los diferentes espacios donde se desarrollan las escenas (algunos de ellos algo lejanos para llegar a pie), y comenta de manera amena la historia de los mismos, mientras vemos desarrollarse el drama. Los lugares incluyen la Placita de San Francisco y el Puente de los Suspiros. Incluye un viaje en tranvía y un almuerzo en la Posada del Ángel, amenizado y servido por los propios actores, quienes cantan y bailan con los asistentes.

La guapa Sandra Vergara interpreta con bastante gracia y simpatía el papel protagónico, enfrentada a su torpe y engreído hermano Agapito (Mijail Garvich) por el amor de Marcelo (César Gabrielli). Pero a pesar del correcto trabajo de los jóvenes, es el conjunto de los veteranos actores participantes, el que logra hacer lucir los ingeniosos diálogos en verso, generando la comedia en la puesta. En este orden: Lilian Nieto, Alfredo Lévano, Carlos Vértiz, Maria Cristina Ribal y Antonio Arrué, ponen en evidencia el oficio y el carisma ganado con los años. Y sólo bastan unos cuantos minutos al final de la obra, para constatar la calidad de actor que es el Sr. Enrique Victoria. “Titina” volverá nuevamente a Barranco en el mes de octubre, para luego partir hacia Cuzco. Se anuncia también la realización de una miniserie. Tenemos “Titina” para rato.

Sergio Velarde
01 de septiembre de 2008

1 comentario:

Anónimo dijo...

Solo queria agradecerte por habernos acompanado en nuestra ultima funcion de temporada y por la critica.
Un abrazo y exitos!!
Mijail Garvich Claux