Medias verdades o sueños posibles
El grupo EspacioLibre regresa de la mejor forma. Con el firme compromiso de seguir explorando la dramaturgia peruana, le tocó el turno al clásico en ciernes Hay que llenar la noche (1993) de César Bravo, pieza noventera escrita en una convulsionada época, que juega con las apariencias, la inseguridad y especialmente, la soledad. Vuelven a reunirse el excelente director Diego La Hoz y sus virtuosos actores Eliana Fry García-Pacheco y Karlos López Rentería, junto a la joven Sadith Arévalo (de su taller montaje, Café Inútil Orquesta) y a David Almandoz, quien regresa luego de haber protagonizado el estreno de Demonios en la piel en 2007. Los auspiciosos resultados conseguidos con la obra de Bravo confirman el buen momento que atraviesa el colectivo.
Muy pocos directores, como lo es La Hoz, pueden equilibrar con tanto brillo la forma que el texto reclama, con el fondo que propone el autor. Bravo nos cuenta la historia de un hombre que sueña y La Hoz nos lo presenta como un sueño dentro de otro. El Club de Teatro de Lima se transforma en un espacio estéticamente onírico, con luz tenue y melancólicos compases de fondo, en donde Coco (López Rentería), un hombre común y corriente, se encuentra (o no) con una ilusión del pasado, representada por Arévalo. Este suceso fortuito acarreará una crisis con su enamorada (Fry García-Pacheco) y además, revelará las intenciones de su mejor amigo (Almandoz). Una lograda atmósfera que sirve de fondo para este triángulo amoroso de cuatro esquinas, en el que nada es lo parece.
La Hoz no solo crea mundos tan particulares en cada una de sus propuestas escénicas, sino que además extrae lo mejor de sus intérpretes: Arévalo se convierte en una presencia intermitente y por ratos, inquietante, deambulando por todos los espacios; mientras que Almandoz maneja con convicción su doble moral. Como siempre, son Fry García-Pacheco y López Rentería quienes consiguen los momentos más contundentes y conmovedores, especialmente este último, quien asume con acierto el rol protagónico. Hay que llenar la noche, montaje ambiguo e impecablemente ejecutado de EspacioLibre, es, sin duda, el notable reencuentro con uno de los colectivos de teatro independiente más interesantes de nuestro medio.
Sergio Velarde
13 de octubre de 2025
1 comentario:
Bravo, Espacio Libre, Diego, Karlitos, to@s!!! Con ustedes desde el inicio, estoy muy orgullosa.
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