miércoles, 2 de octubre de 2019

Crítica: GRIEGAS

Las lecciones de los griegos aún resuenan

El teatro perteneciente al periodo griego clásico es un mundo estimulante, cuyas obras y temáticas siguen dando pie a creaciones escénicas en la actualidad. Si bien hay obras enigmáticas de dicho contexto, valdría la pena explorar en piezas teatrales no tan conocidas, como lo pueden ser Las troyanas o La asamblea de mujeres, donde se aborda el papel de las mujeres en la sociedad.

Mateo Chiarella trabajó la obra Griegas, con motivo del egreso de la quinta promoción del centro de formación teatral Aranwa. Esta puesta en escena abordó las dos obras mencionadas anteriormente. Las Troyanas, drama escrito por Eurípides en el siglo IV a.C., es una obra situada en el último día de la destrucción de Troya. Se centra en el ensañamiento de los griegos contra la familia real de Troya, especialmente contra las mujeres, que fueron secuestradas. El elegir esta como la primera obra del montaje fue una elección certera dado que el contenido, al ser un drama, necesita más energía del público para poder ser realmente apreciada. Sin embargo, los actores desbordaban energía en ciertos momentos, de modo que resultaba un elemento distractor y desconcertante al ojo del espectador. La interpretación de los textos podría haberse pulido mejor técnicamente, pues por momentos la vocalización no fue clara en el elenco. Los vestuarios, un elemento que uniformizó toda la puesta en escena, era imponente debido a las texturas y colores tierra que fueron certeramente elegidos.

La segunda obra es La asamblea de mujeres de Aristófanes, comedia que data de fin del siglo III a. C. En esta pieza se cuenta cómo un grupo de mujeres ha decidido que deben convencer a los hombres para que les cedan el control de Atenas. Estas llegan disfrazadas de sus esposos, se colarán en la asamblea para hacer la propuesta y hacer de todo para que su cometido sea cumplido. Se usaron telas que permitían a los actores adaptar una corporalidad viva, expresiva, donde el cuerpo se veía muy involucrado en la interpretación: definitivamente el uso de un elemento como este marcó la diferencia con relación a la primera obra del montaje. Al tratarse de una comedia, fue certero colocarlo en la segunda parte de un montaje, pues la ligereza de una pieza como esta permite que el público pueda estar atento por más tiempo a la representación. El manejo del ritmo que la obra requería estuvo adecuadamente manejado, resaltando por sobre el trabajo hecho en Las troyanas.

El trabajo de obras cuya temática gira en torno al lugar de la mujer en la sociedad son propuestas necesarias para la reflexión hoy en día. Ya sea a través de la comedia o de un drama, es interesante ver cómo una pieza teatral milenaria puede decirnos tanto sobre un problema actual: la falta de igualdad y aceptación. No debemos permitir que ideas equivocadas de género nos destruya como sociedad.

Stefany Olivos
2 de octubre de 2019

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