viernes, 22 de julio de 2016

Crítica #391: TRILOGÍA DE UNA DESPEDIDA

Un sentido trío del adiós   

Originada dentro de los talleres del colectivo Espacio Libre en 2010, la pieza Trilogía de una despedida vio la luz de los reflectores recién en el 2014. Escrita por Diego La Hoz y dirigida en aquella oportunidad como una muestra universitaria por Diana Hurtado, esta abordó tres conmovedoras historias acerca del adiós, tanto físico como simbólico. Los resultados obtenidos fueron muy correctos, estrenándose posteriormente en la ciudad de Arequipa con la dirección de La Hoz, la producción general de la Asociación Cultural Teatrando y la participación de la recordada actriz Sandra Santander. Este año, la mencionada obra regresa por tercera vez gracias al joven director Natalio Díaz (uno de los más aplicados pupilos de La Hoz) y a la productora D´NADA Teatro, en un nuevo espacio llamado Cuarta Maraña en el Cercado de Lima.

Los breves cuadros que conforman Trilogía de una despedida están escritos con emoción y sutileza: en  el primero, dos mujeres se separan debido a la enfermedad de una de ellas; en el segundo, una niña conversa con su padre ausente; y en el último y acaso el más conseguido del trío, dos hermanos separados por la tragedia se reencuentran en el jardín de su casa. El íntimo espacio que ofrece Cuarta Maraña, de gran parecido con la actual Casa Espacio Libre, es un protagonista más del montaje, con el público permitido ubicado frente a una pared con una ventana enrejada y una puerta, ambas bien aprovechadas por el director y los actores. Las historias, si bien independientes entre sí, encuentran algunos paralelos que Díaz inteligentemente propone en su montaje para enriquecerlo.

Por su parte, el elenco está conformado por jóvenes actores que cuentan ya con interesantes trayectorias: Ethel Requejo, la gran revelación de Los dos hidalgos de Verona; Miriam Guevara, que viene demostrando su versatilidad en montajes como Nosotros los burócratas y Auto; Johann Allpas, preciso actor en Tres y El león; y el también director Miguel Torres, responsable de Más pequeños que el Guggenheim. Acompañan con bastante soltura Ángela Berenice y Katty Llaja. Natalio Díaz, en esta su tercera aventura como director, consigue un efectivo resultado llevando a escena esta conmovedora Trilogía de una despedida, imprimiéndole además su sello particular.

Sergio Velarde
22 de julio de 2016

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