lunes, 16 de septiembre de 2013

Crítica: MIMÍ Y EL MONSTRUO DE LA NOCHE

Enfrentando los terrores nocturnos

En el 2008 la directora Patricia Romero consiguió un acertadísimo montaje para toda la familia con La pera de oro, escrita por César De María. En aquella historia, la joven Alicia debía sortear múltiples obstáculos y enfrentar sus miedos para conseguir el remedio para salvar a su hermanita. En la puesta en escena de Mimí y el Monstruo de la Noche, escrita y dirigida por Romero en el Teatro Juan Julio Wicht S.J. de la Universidad del Pacífico, nuevamente los miedos atormentan a la pequeña protagonista, que acaba de enterarse de la separación de sus padres, pues la criatura que aparece debajo de su cama al ocultarse el sol, le impide conciliar el sueño. Para vencer sus temores contará con dos amiguitos expertos en espantar a los monstruos. La reciente puesta en escena de Romero repite algunos de los aciertos que consiguió con La pera de oro, aunque algunos detalles impiden redondear el trabajo final.

Preludio Asociación Cultural, con el apoyo del Centro Cultural de la Universidad del Pacífico, consigue un cuidado diseño de producción. El ritmo de la obra no decae en ningún momento y atrapa la atención de los más pequeños. Acaso pudo trabajarse las canciones en vivo utilizando micrófonos, pues las voces grabadas nunca sumarán puntos a un montaje teatral. Desde un inicio podemos suponer que la separación de los padres de Mimí es la causante de la aparición del monstruo, pero esta hipótesis debería ser más entendible para los pequeños; no basta con terminar el Padre-Narrador bajo la cama al terminar la función.

Por otro lado, las actuaciones son todas muy correctas. Camila Zavala convence como la niña en apuros, bien secundada por dos actores de amplio registro como Andrés Salas y Nicolás Fantinato, como sus compañeros de aventuras. Claudio Calmet y Emilia Drago interpretan con bastante corrección a los padres de Mimí. Acaso el mejor personaje sea el monstruo, que Romero plantea hábilmente en escena como una marioneta, a ratos atemorizante a ratos divertida, bien manipulada por Daniel Zarauz. Mimí y Monstruo de la Noche es un divertido espectáculo para toda la familia, que nos trae a la memoria aquellos miedos que todos tuvimos que enfrentar en nuestra niñez.

Sergio Velarde
16 de setiembre de 2013

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