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miércoles, 2 de octubre de 2024

Crítica: QUÉ DIFÍCIL ES HABLAR DE AMOR


La vigencia del debate sobre el amor y otros menesteres

Es gratificante para mí, como colaboradora de Oficio Crítico, ver que cada vez más dramaturgos peruanos apuestan por poner en escena sus más recientes creaciones. Cada vez más temporadas de autores nacionales y de mi generación están inspirando al público peruano, escenificando temas y vicisitudes tan vigentes en estos días. Recientemente tuve la oportunidad de ver una obra corta del dramaturgo Carlo Mario Pacheco titulada Qué difícil es hablar de amor. La temporada tuvo lugar en Teatro del Juego, un espacio acogedor en el corazón de Lince. Dos amigos, interpretados por los actores Rodrigo Delgado y Santiago Torres, personifican una discusión en la que debaten dos perspectivas diferentes sobre el amor.

Una estación de buses se convierte en el escenario perfecto de este encuentro. La conversación surge naturalmente, denotando un vínculo muy fuerte entre los personajes. La confianza entre los amigos provocó una atmósfera íntima, en la que el espectador era un cómplice silencioso en cada tema de conversación. La interpretación de Delgado y Torres estuvo llena de detalles, apoyado de un nivel de concentración actoral preciso para las necesidades de la obra. El texto de Pacheco logró unir tangencialmente temas muy complejos y a la vez cotidianos, lo cual permitió una apropiación natural de este por parte de los actores. En consecuencia, esta obra resultó un producto escénico interesante, de alta calidad, preciso y vigente.

Considero necesario que una obra de teatro cuestione y discuta temas vigentes, sin la necesidad de imponer una conclusión. Al contrario, la vigencia de un producto escénico se ve en la profundidad de preguntas que pueda llevarse el público espectador. El hablar de las emociones humanas y nuestra relación crea una conexión inmediata con la audiencia. La conversación de este par de amigos, aunque parezcan no estar de acuerdo, terminan demostrando que cada opinión e ideal resulta teniendo aspectos en común. Este montaje nos lleva a cuestionar esos aspectos grises de las relaciones, y de las consecuencias de la toma de decisiones desde el impulso o desde la racionalidad. Estoy segura de que todos, incluso sin haber visto la obra, habremos tenido muchas veces conversaciones donde debatimos, en confianza, estas contradicciones que nos acompañan día a día. Evidentemente, estos son solo algunos de los tantos aspectos que podríamos tocar con relación a ese tema pues, finalmente, qué difícil resulta hablar de amor.

Stefany Olivos

2 de octubre de 2024