Tejiendo entre el pasado y el presente
La obra La
geometría del trigo, escrita por el dramaturgo español Alberto Conejero,
llega a la escena limeña bajo la dirección de Daniel Goya. Ganadora del Premio
Nacional de Literatura Dramática 2019 en España, esta pieza teatral presenta
una dramaturgia compleja donde dos líneas temporales se entrelazan para revelar
un pasado familiar oculto que resuena en el presente.
La trama sigue a Joan, quien debe realizar
un viaje al pueblo de su familia para asistir al entierro de su padre, a quien
nunca conoció. Lo que parece ser un acto protocolar de despedida es el
detonante para un viaje al pasado, que estará cargado de secretos y tensiones
familiares que han repercutido durante años en la identidad y vida de todos los
involucrados. Conejero ha tejido una obra en donde el presente y el pasado, la
verdad y lo oculto, se funden en un juego narrativo que invita al espectador a
reflexionar sobre los vínculos invisibles que nos atan al pasado.
Por otra parte, la dirección de Daniel Goya
resalta la naturaleza dual de la obra, manejando de forma impecable las
conexiones entre las escenas del pasado y el presente. En estas transiciones,
por medio de una carta, el personaje de la madre Beatriz va narrándole a su
hijo Joan lo que sucedió antes de que naciera y revelando la razón por la que
nunca conoció a su padre. Este personaje, crucial para entender la trama, es el
nexo entre los dos horizontes de tiempo y es quien conduce al espectador a un
viaje al pasado logrando engancharnos a la historia. Así, dos historias avanzan
de forma simultánea: por un lado, Joan y su esposa camino al entierro van
discutiendo diferentes aspectos de su vida y su relación en crisis; y por otro
lado, una joven Beatriz embarazada nos muestra su vida en el pueblo,
aparentemente feliz con su esposo Antonio y su madre, pero que se ve afectada
por la llegada de Samuel, un viejo amigo de Antonio, quien le hará una oferta
de empleo interesante pero que podría significar el quiebre de su familia.
Por otra parte, Goya acierta al enfatizar
la poesía de los textos de Conejero, a través de escenificar los simbolismos. Por
ejemplo, la escena en donde se proyecta un video sobre el hallazgo de un fósil
y luego, los personajes de Joan y su esposa Laia recrean la misma posición de
los fósiles, que simboliza ese pasado oculto que quedó enterrado, pero del cual
ellos son piezas. Asimismo, la proyección de las grietas nos hace pensar que en
esta historia dividió a una familia y todos los integrantes llevan su propia
grieta.
En cuanto a las actuaciones, el elenco
conformado por Jorge Bardales, Fiorella Díaz, Pedro Ibáñez, Andinnia
López-Cano, Aníbal Lozano Herrera y la destacada interpretación de Pilar Núñez,
ofrece una interpretación sólida y cargada de matices, logrando sostener la
carga emocional de la obra de forma natural y cercana, permitiendo al público
verse reflejado en la historia de vida de esta familia.
En resumen, La geometría del trigo parte de una dramaturgia poética que ha sido
llevada a escena con éxito. La dirección de Goya y las actuaciones nos hace
sentir y conectar con esta historia familiar que bien podría ser la de
cualquiera de nosotros.
Alexandra
Valdivieso Chudán
17 de octubre de 2024
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