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jueves, 31 de enero de 2013

Entrevista: SOFÍA IZQUIERDO TABRA

“Hacer comedia no es nada fácil”

Una de las gratas sorpresas que nos deparó el año pasado fue la de descubrir a una joven actriz con una gran versatilidad. Sofía Izquierdo Tabra no sólo destacó en el género de comedia con Arlequín, servidor de dos patrones de Carlo Goldoni y Comedia del Arte; sino que también probó el drama con Como si fuera esta noche de Gracia Morales. “Primero quería entrar al TUC, luego de terminar el colegio”, recuerda Sofía. “Pero por situaciones económicas y la presión de mis padres en aquel momento no pude hacerlo. Luego comencé a estudiar Economía en la Universidad Agraria, pero mi deseo de ser actriz fue más persistente, y es por ello que ingreso a la ENSAD estudiando paralelamente mi otra carrera, la cual tuve que dejar por el momento por una cuestión de horarios, para así dedicarme por completo a la actuación”.

Ya dentro de la ENSAD, Sofía menciona a dos de sus profesoras. “Con Guadalupe Vivanco aprendí lo que es realmente disciplina, a sacar tu máximo potencial de energía superando el cansancio, a retarme y descubrir mis demás habilidades; y con Natalyd Altamirano descubrí que la danza contemporánea es el complemento perfecto en mi formación artística, me encanta, es por ello que actualmente estudio Danza Contemporánea en la Católica”. Con su profesora Sofía Palomino trabajó el género comedia en el papel de Esmeraldina “Hacer comedia no es nada fácil, fue todo un proceso de creación, trabajamos el zoomorfismo: la ardilla fue mi referente”. Su personaje fue muy desinhibido y coqueto, siendo un gran reto, ya que “yo no soy así, me ha ayudado a redescubrirme”. Justamente, Sofía ganó el premio de El Oficio Crítico a Mejor Actriz de Reparto en Comedia por Arlequín, servidor de dos patrones.

“Creo que un director de teatro debe tener claro lo que debe hacer”, menciona Sofía. “Debe saber escuchar y ser organizado; además de tener herramientas de trabajo”. Para ella, un actor de teatro debe ser “disciplinado, debe amar lo que hace y ponerle muchas ganas a su proceso”. También recomienda a los jóvenes que sigan sus deseos de hacer teatro, a pesar de las dificultades. “Como se diría: Deben lanzarse a la piscina para lograr sus objetivos, hay que saber cómo autogestionarse”. Sofía estará nuevamente en escena participando con el elenco de la obra Como si fuera esta noche en un encuentro de nuevos creadores en la Casa Espacio Libre los días 28 de febrero y 1 de marzo a las 9 pm; y estará a la espera de nuevos proyectos que se presenten en el camino.

Sergio Velarde
31 de enero de 2013

miércoles, 30 de enero de 2013

Entrevista: NARAYANA CAMPOS

“No hay suficientes libros que estén a nuestra disposición, que hablen sobre Comedia del Arte”

Una de las revelaciones del año pasado fue la presencia de un joven actor, capaz de aprovechar su físico para darle vida a un carismático personaje en Comedia del Arte y Arlequín, servidor de dos patrones; su nombre: Narayana Campos, ganador del premio al Mejor Actor de Comedia otorgado por El Oficio Crítico. “Mi familia pertenece a la religión Hare Krishna y siempre ha apoyado el aspecto cultural, a través de las representaciones teatrales”, menciona Narayana. “Desde los 8 años me llamaban para participar en los sketches y siempre salía del niño que daba el mensaje de la obra”.

“Me acerqué a la ENSAD a pesar de las dudas que tenía, como la reacción que tendrían mis padres”, recuerda Narayana. “Estudié Administración e Informática, pero a escondidas pagué mi examen de admisión. Mis padres me dijeron que si es lo que realmente quería, me apoyarían, pero era la última vez”. Narayana estudió un monólogo de Dos para el camino de Cesar De María, y logró ingresar a la ENSAD, siendo jurados Maura Serpa y Daniel Dillon.

Narayana había llevado cursos de ballet y además, le gusta el entrenamiento y la plasticidad; así que el estreno de Comedia del Arte le reportó muchas satisfacciones. “Trabajar los estereotipos de la obra fue un gran reto; la comedia del arte es fantástica, implica un trabajo acrobático, de mímica, de máscaras; la profesora (Sofía Palomino) se atrevió”. Luego de un arduo trabajo de improvisación y juegos dramáticos, a Narayana se le asignó el personaje de Arlequín, gracias a su corporalidad.

Para lograr caracterizar con una mayor precisión a su personaje, en el posterior montaje de Arlequín, servidor de dos patrones, Narayana estudió italiano; investigó sobre los máximos representantes de Arlequín, Marcello Moretti y Ferruccio Soleri; y confeccionó con mayor precisión su máscara gracias al apoyo del maestro Arturo Villacorta. “Incluso participé en un concurso fotográfico sobre la cultura italiana, me puse el vestuario de Arlequín, la profesora Sofía Palomino me tomó la foto y gané el tercer puesto”.

Actualmente, Narayana (es el nombre de Dios en el idioma sánscrito) se encuentra preparando su tesis, justamente sobre el tema de la Comedia del Arte. “Sucede que no hay suficientes libros que estén a nuestra disposición que hablen sobre la Comedia del Arte; la mayoría de los libros están en italiano, en francés o en inglés.”, menciona. Además, se desempeña como asistente de dirección de Sofía Palomino en la Universidad de Ciencias y Humanidades. “Considero que un actor debe valerse de varias técnicas o herramientas que le ayuden a componer diferentes personajes como la improvisación, la confección y el uso de máscaras, las acrobacias, pero no en forma dispersa, sino relacionándolo a un objetivo común, que es el crecer como actores buscando su propia verdad escénica”, concluye.

Sergio Velarde
30 de enero de 2013

lunes, 28 de enero de 2013

Entrevista: MANUEL GOLD

“Mi voz y mi físico me ayudan para la comedia”

Uno de los actores jóvenes que viene destacando con sus impecables personajes es Manuel Gold, ganador del premio de El Oficio Crítico al Mejor Actor de Drama del 2012 por la obra A ver, un aplauso de César De María. “Entré tarde al teatro, lo consideraba un hobby, como leer, escuchar heavy metal”, recuerda Manuel. “Antes de acabar el colegio llevé un taller de verano con Javier Echevarría, y él me propuso participar en una obra de Preludio llamada La Vaca, la Capa y la Zapatilla; y ahí estaba, a los 16 años actuando de una vaca y sin texto. La producción quedó tan contenta con mi trabajo, que me pagaron ya no medio punto como acordamos, sino un punto completo”.

Manuel estudió Comercio y Producción en el Instituto del Colegio Humboldt durante 2 años y comunicación audiovisual en el Instituto Toulouse Lautrec, pero siguió actuando de manera constante. “Hice otra obra, también con Preludio, Charlie y la Fábrica de Chocolate; luego me llamaron de la productora de televisión Chroma para hacer Los del Solar, que duró un año”. Manuel fue conociendo a la gente relacionada con el teatro, hasta que entró al Taller de Actuación de Roberto Ángeles. “Sebastián Monteghirfo, a quien conocí en el montaje Vladimir de Alfonso Santisteban, me recomendó ese taller; estuve el 2007 y a partir del 2008 he tenido mucho trabajo”. Manuel considera que nunca se propuso dedicarse a la actuación, aunque inconscientemente lo quería.

“Considero que un buen director de teatro debe tener clara la obra”, afirma Manuel. “Debe dejarte trabajar, darte guías e indicaciones precisas; no me gusta tampoco que me digan exactamente cómo debo hacer las cosas. El “cómo” es trabajo del actor”. Y un buen actor de teatro debe “ser disciplinado, ser una buena persona, que no genere conflictos, que se porte bien, que llegue temprano, para que al final, en la temporada, todo sea placentero”. Así lo vimos destacar en obras de distinto calibre como Cacúmenes, Los Número Seis, Karaoke, Los 39 escalones, Astronautas, entre otras.

Uno de los montajes más celebrados del 2011 fue Demasiado poco tiempo, una comedia dirigida por David Carrillo. “Fue un elenco poco convencional, veníamos de varios sitios diferentes y después de la primera lectura, en la que nos reímos mucho, nos preguntamos: ¿Alguien se reirá con esto?”, menciona Manuel. La temporada fue de menos a más, logrando sala llena en sus últimas funciones. “Es indudable que mi físico y mi voz un poco nasal, me ayudan para la comedia; aspectos que debo corregir al hacer drama, como trabajar la voz y ganar peso escénico”.

Su último trabajo escénico, el payaso Tripaloca en A ver, un aplauso, le valió muy buenas críticas. “Ese personaje, especialmente, me costó un montón”, comenta Manuel. “Yo hice la propuesta de tener uniforme peruano; quería que mi personaje representara muchos de los problemas del Perú”. También prefirió no regodearse en la miseria del personaje, que evadía con mucha astucia a la muerte durante todo el montaje. “Celebraba su ingenio, para que después de luchar y luchar con mucho humor, su muerte fuera más dramática”.

Sobre la actuación para televisión, Manuel opina que “eres una pieza dentro de una gran maquinaria, tienes que confiar y hacer bien tu trabajo; cosa diferente al teatro, en el que eres el motor de la obra”. Este año, podremos ver a Manuel en la reposición de A ver, un aplauso; estará en la nueva comedia de Plan 9 llamada Sueños de un seductor de Woody Allen; y a fin de año actuará en Falsarios de Gino Luque, bajo la dirección de Carlos Galiano, compañero de tablas en Demasiado poco tiempo.

Sergio Velarde
28 de enero de 2013

Entrevista: LUIS ENRIQUE CORNEJO

“El talento viene de la mano del trabajo”

Ojos bonitos, cuadros feos de Mario Vargas Llosa fue un montaje que le significó a Luis Enrique Cornejo ser el ganador del premio del público a Mejor Actor en Drama en El Oficio Crítico. “Comencé a sentir inquietud por el teatro desde el colegio”, recuerda. “Mi profesora siempre me sacaba en las actuaciones; así que decidí ingresar a la ENSAD”. Luego de ver una entrevista al maestro Sergio Arrau, quiso que fuera su profesor; y por suerte, así lo fue durante 4 ciclos, en los que llegó a integrar el elenco oficial de la ENSAD.

En el 2007, Luis funda Teatro del Horizonte, agrupación con la que escribe, dirige y actúa en la obra Trances, todavía siendo estudiante. “Creo que un buen director de teatro debe tener coherencia en el momento de plantearse la obra, debe tener todo claro”, menciona. “Y un buen actor de teatro debe ser responsable, comprometido con su trabajo y tiene que tener mucho orden”. Luis llevó a escena dos montajes: Nostalgia, de su propia autoría; y Los justos de Albert Camus.

Conocer a Mario Vargas Llosa y conseguir su permiso para llevar a escena su pieza Ojos bonitos, cuadros feos tuvo también su historia, como lo comenta Luis. “Lo abordé en una conferencia, le entregué una caricatura que hizo uno de mis alumnos y escribí un mensaje al dorso, disculpándome por la informalidad y solicitándole el permiso para llevar a escena su obra”. Al día siguiente acude a ver La Chunga, en el Teatro Vargas Llosa, y tiene la fortuna de volverlo a encontrar. “Lo saludé y él había leído el mensaje; me indicó que su secretaria me llamaría al día siguiente para coordinar”. Es así que estrena su obra, y lamenta que hasta el momento Vargas Llosa no haya podido verla.

Entre los proyectos de Luis para este 2013, figura la necesaria reposición de Ojos bonitos, cuadros feos. “Invitaremos a Vargas Llosa para que pueda verla; las funciones se llevarán a cabo el 2 y 3 de marzo en la Casa de España”. Por otra parte, dirigirá en agosto en Teatro Racional, la obra El día de la luna de Eduardo Adrianzén, con la actuación de Reynaldo Arenas, Rosa Micaela Távara y André Moyo. “Considero que el talento de un actor crece con el trabajo que realiza; el talento viene de la mano del trabajo”, concluye.

Sergio Velarde
28 de enero de 2013

domingo, 27 de enero de 2013

Entrevista: ANA ROSA LIENDO

“Podemos aprovechar nuestras experiencias en el escenario”

“Supe desde siempre que me gustaba mucho el teatro”, afirma Ana Rosa Liendo, ganadora del premio del público a la Mejor Actriz de Drama por la obra Buenas noches, mamá de Marsha Norman, en donde interpreta a una mujer decidida a quitarse la vida, teniendo como única testigo a su propia madre. “Recuerdo haber visto comedias con Lola Vilar, que me gustaban mucho; cuando me preguntaban qué quería ser de grande, siempre contestaba que quería ser actriz”.

Con un aprendizaje empírico en un inicio, participó en obras de teatro infantil al lado de Aldo Leveroni. “Buscaba ser más natural, y eso fue lo que encontré en el Conservatorio de Formación Actoral a cargo de Leonardo Torres Vilar”, recuerda Ana Rosa, quien aprendió un estilo de actuación supernaturalista, a través de estar siempre presente en el escenario y reaccionar con verdad. “Alberto Isola fue también un gran maestro, en todo el sentido de la palabra: lo mejor de todo era escucharlo, los lugares que ha visitado, las obras que ha visto, las experiencias que ha tenido; toda nuestra vida la podemos aprovechar en escena”.

Con Pablo Luna, director de Buenas noches, mamá, le une una gran amistad desde hace muchos años; juntos levaran a diversos espacios el espectáculo itinerante Cuenta Cuentos Las Mil y Una Noches. “No me fue difícil realizarlo, ya que se fusionaban la narración con la teatralización; Pablo me ayudó mucho a enfocarme”. Ya en Buenas noches, mamá, Ana Rosa alaba mucho a su compañera de escena. “Conocí formalmente a Lilly Urbina en esa obra”, menciona. “La química se produjo de inmediato, a la gente que iba a los ensayos les gustaba mucho, pensaban que éramos realmente madre e hija”.

Ana Rosa asegura que un buen director de teatro debe “tener paciencia, que durante el proceso te deje ser libre para que llegues a tu objetivo; no me gusta aquellos que te dicen exactamente todo lo que tienes que hacer”. Sobre la actuación en televisión, cree que “es otro formato que te exige un desarrollo más interno que corporal por una cuestión meramente técnica, pero a mí me apasiona más el teatro”. Podremos ver a Ana Rosa este año en la reposición de Buenas noches, mamá; y en la obra Pinocho del grupo Corbata, con la dirección de Gabriel Marky, en el Parque de la Amistad de Surco; así como en un personaje muy divertido en la película Asu Mare, de próximo estreno.

Sergio Velarde
27 de enero de 2013

Entrevista: PABLO LUNA

“Un buen actor de teatro debe ser necesariamente humilde”

“Siempre he estado en contacto con el arte, ya que mi familia siempre lo ha cultivado”, afirma Pablo Luna, director de Buenas noches, mamá, ganadora del premio del público a la Mejor Obra en género Drama del 2012. “El escenario siempre ha existido para mí en la familia: el bel canto, la poesía, la declamación, la música, el piano; y en el colegio era el favorito para las actuaciones”. Pablo fue siempre un alumno destacado y ganó una beca para estudiar Ciencias. Y si bien sus padres apoyaban su lado artístico, le recomendaron que no dejara pasar la oportunidad de estudiar otra carrera. “Ingreso entonces a la San Ignacio y me titulo a los 19 años en Ciencias Informáticas; después trabajo en la empresa privada y finalmente, a los 25 años, me planteo seriamente estudiar teatro”. Pablo entonces, hizo una búsqueda exhaustiva y se contactó con la mayoría de los teatristas del medio, viendo mucho teatro, y encontrando así en Roberto Ángeles su mayor inspiración.

En el 2001, Pablo tuvo la chance de dirigir un Taller Amateur de Teatro en una iglesia. “Esa experiencia me sirvió para darme cuenta que era capaz de dirigir, escribir y actuar”, recuerda. Así llega la oportunidad de participar en el IX Festival del ICPNA con la obra Independencia, escrita por Lee Blessing y con la traducción de Leonardo Torres Vilar, llegando a la final. También recibió clases de narración oral a cargo de Francois Vallaeys, que tuvo como resultado el espectáculo Cuenta Cuentos Las Mil y Una Noches, al lado de la actriz Ana Rosa Liendo. “Fusionamos el baile, la narración y el teatro, seleccionando tres cuentos de la obra literaria; tuvimos mucho éxito y lo paseamos por varios colegios y empresas”.

“Apenas leí la obra Buenas noches, mamá me gustó mucho, tenía la idea de hacerla ya que presenta las variables que quería: un poderoso dilema moral, una clara –y controvertida- toma de decisión, fuerza interna en los personajes y mucha intensidad. Conversé con Ana Rosa para el papel de la hija, la cual aceptó de inmediato y mediante Roberto me contacté con Cesar La Rosa, obteniendo su traducción”, menciona Pablo. La pieza aborda el conflictivo universo madre-hija y la inexorable decisión de esta última para acabar con su vida. “Necesitaba una buena actriz para el papel de la madre”, recuerda Pablo. “A través de Ruth Escudero conocí a Lilly Urbina, y al verla no dudé para nada en contar con ella, su trabajo fue excelente”.

Para Pablo, un buen director de teatro “debe tener un ojo muy fino para conducir a los actores y debe transmitir su conocimiento de una manera muy clara”. Y un buen actor de teatro “debe aprender a ser receptivo y ser humilde necesariamente, para escuchar lo que se le dice y aprovecharlo para el personaje”. Entre los proyectos de Pablo para este año figuran la necesaria reposición de Buenas noches, mamá, y el estreno de una obra peruana que ya se encuentra encaminada.

Sergio Velarde
27 de enero de 2013

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miércoles, 23 de enero de 2013

Entrevista: CÉSAR DE MARÍA

César De María: “Los jóvenes autores no reciben la atención que merecen”

El 2012 fue un año muy especial para el dramaturgo César de María, ya que dos de sus obras más conocidas fueron llevadas nuevamente a escena, de la mano del destacado director Roberto Ángeles. A ver, un aplauso (1989) y Laberinto de monstruos (1998) consiguieron la aprobación unánime de público y crítica, logrando la primera ser considerada como la Mejor Obra en Drama para El Oficio Crítico. De María nos recibe en su departamento y comparte la alegría de este reconocimiento con sus hijas.

“Empecé a los 16 años en el grupo Homero, teatro de grillos con Sara Joffré", recuerda. “La primera obra que escribo se llamó La celda (1978) y consigue un premio”. De María afirma no tener una manera específica para escribir sus obras, ya que cada una llega de manera particular. “Escribí A ver, un aplauso a raíz de un llamado del grupo Telba, que quería una historia alrededor de los payasos de la calle”. El estreno fue en el Teatro Canout en 1989, con la dirección de Martha Arce y las actuaciones de Martín Moscoso, Gino Lértora, Roberto Barraza y Suzette Tori. “Considero mis obras complicadas, es por eso que los directores que me las piden suelen tener experiencia y manejo”, considera De María, quien se siente satisfecho del trabajo de Ángeles el año pasado.

Sobre el actual estado de la dramaturgia peruana, considera que “hay muy buenos autores cercanos a los 40 como Mariana De Althaus, Gonzalo Rodríguez Risco, Claudia Sacha; pero los jóvenes y brillantes autores de 20 años no reciben la atención ni el apoyo que merecen”. Reconoce que el trabajo de los blogs de crítica e investigación teatral sí contribuye a darlos a conocer. Por otro lado, De María viene desarrollando varios proyectos para concretarse este 2013. “Estoy escribiendo una versión de Rapunzel, titulada La chica de la torre de marfil, un musical rockero que será puesto en escena por Ensamble, la Escuela de Actuación de Sergio Galliani”, concluye.

Sergio Velarde
23 de enero de 2013

martes, 22 de enero de 2013

Entrevista: PATRICIA BIFFI

“A veces, el caos en el teatro resulta interesante”

Una de las comedias más efectivas del año pasado fue Ficción de Luisa Fernanda Lindo. Una de sus intérpretes, Patricia Biffi, fue considerada por El Oficio Crítico como la Mejor Actriz del 2012. “Estudié en Artes Escénicas de la Católica”, recuerda. “Mi primera profesora fue Teresa Ralli, con ella estudié Expresión Oral y Corporal; ella es muy estricta, muy disciplinada, fue un curso muy duro, pero aprendí a preparar mis textos, a involucrarme con los personajes”. Fueron maestros también de Patricia, Alberto Isola, Luis Peirano y Bertha Pancorvo, entre otros.

“A veces los procesos suelen ser caóticos”, asegura Patricia. "Sin embargo, considero que el caos también es interesante dentro de un montaje teatral; es por eso que me gustan mucho las creaciones colectivas”. Ella afirma que lo bonito de estos espectáculos es el hecho de no saber bien qué va a salir y que uno expone muchos aspectos de su vida.

Uno de los montajes más impactantes de Patricia fue Historia de un hombre, dirigido por Daniel Dillon. “Trabajar con Daniel fue excelente, crecí mucho como actriz”, afirma. “A pesar que el texto era muy duro, caótico y desesperanzador; fue a su vez interesante, ya que Daniel me decía que haga siempre una función diferente, que me olvidara de la función de ayer”. La puesta en escena de Historia de un hombre, versión libre del texto de Borias Trauben, fue una de las temporadas más interesantes del 2011, en la que Patricia compartió escenario con Angelita Velásquez y Fito Valles.

Además de las creaciones colectivas, también ha participado en obras como Don Juan Tenorio, de José Zorrilla, donde tuvo la oportunidad de interpretar a Doña Inés en el Museo Cementerio Presbítero Maestro; y Chicas Católicas de Casey Kurtti en el X Festival de Teatro del ICPNA.

Sobre la mencionada puesta en escena de Ficción, Patricia sólo tiene elogios. “Me metí de lleno y muy pronto dentro del montaje”, reflexiona. “Interpreté tres personajes: uno, en la secuencia de la telenovela, inspirado en el personaje de Lulú de la cinta Polyester de John Waters; otro, durante la clase maestra (ella es profesora en la vida real), el proceso fue complicado, pues debía interactuar con el público; y el último, durante el talk show, completamente opuesto al anterior, fue un prototipo de animadora, completamente falsa”.

Patricia cree que un buen director de teatro debe ser aquel que “sabe guiarte, pero a la vez te da tus espacios”. Entre sus proyectos para el 2013, Patricia quiere probar la dirección de su propio espectáculo, que será una creación colectiva en clave de comedia. “Me gusta mucho la comedia, creo en la fuerza que tiene el humor”, concluye.

Sergio Velarde
22 de enero de 2013

domingo, 20 de enero de 2013

Entrevista: SOFÍA PALOMINO

“Prefiero actores que tengan más sensibilidad que solo técnica”

Arlequín, servidor de dos patrones y Comedia del Arte fueron dos espectáculos que alegraron la cartelera independiente el año pasado. Su directora Sofía Palomino fue galardonada como la mejor en el género de comedia por los votantes del blog El Oficio Crítico. “Desde niña en Primaria me motivaron en el arte”, recuerda sobre sus inicios. “En Tercero de Primaria conocí a una pareja conformada por una sicóloga y un sociólogo, que con sus hijos formaron el grupo LIMPER, y me invitaron a participar. Y con varios chicos del Rímac, ensayábamos y presentábamos pantomimas de Jorge Acuña, todo siempre basado en lo gestual”.

Luego de terminar el colegio, Sofía estudió la carrera de periodismo en Bausate y Meza. “Saqué mi licenciatura en 5 años, pero sabía que mi pasión era el teatro.” Es así que entra a la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático ENSAD. “Tenía 22 años, me sentía muy mayor, pero igual me inscribí”, refiere. “Mi jurado estuvo conformado por Sergio Arrau, Mary Oscátegui y Juan Rivera Saavedra. Recuerdo que Arrau me dijo: ¿Qué haces acá?”. Sofía tuvo una larga lista de profesores como Eduardo Samillán, Mario Delgado, Martha Ferradas, Ismael Contreras, Arturo Villacorta, entre otros. “Pasé por todas las sedes de la ENSAD, estuve en el Museo de la Nación, en la Quinta Presa y en La Cabaña”. Actualmente, es una de las profesoras de teatro más jóvenes de la ENSAD.

Para la Sofía directora, un buen actor de teatro debe “tener disciplina y entrega, seguir un entrenamiento constante, investigar para encontrar el personaje, deconstruirlo y luego volver a armarlo”. Ella asegura que prefiere actores que tengan sensibilidad y corazón, a aquellos que sólo aplican la técnica. Y para la Sofía actriz, un buen director de teatro debe “ser un pulpo, debe saberlo todo, la historia, la estética y debe meterse en todos los personajes”. También menciona que un director debe saber trabajar en equipo, es decir, conseguir que los actores creen junto con el director el montaje.

“Decidí hacer Comedia del Arte con mis chicos en V Ciclo, porque estaba buscando obras que permitan al estudiante encontrar al personaje desde lo externo hacia lo interno”, menciona Sofía. “Hacer comedia del arte es todo un mundo, permite al actor investigar desde lo gestual, aprender acrobacias, conocer la técnica de la máscara, improvisar, jugar, todo es un estilo muy lúdico”. Considera que como estudiantes fue un proceso muy necesario. Es por ello, que luego en VI Ciclo, se continuó el proceso con Teatro Clásico y se trabajó la pieza Arlequín, servidor de dos patrones. “Hicimos creaciones de máscaras, los personajes ya tenían un cierto avance, y fue un acierto presentar la obra fuera, nos permitió jugar mucho con el público”.

Actualmente Sofía es directora del elenco de teatro de la Universidad de Ciencias y Humanidades y se prepara para llevar a escena una adaptación del cuento Warma Kuyay, de José María Arguedas y su tercera producción, basada en la obra La rebelión de la granja. “También soy directora del grupo teatral Carpe Diem, desde el 2008, que viene realizando diversas producciones, entre ellas, Escorpiones mirando al cielo, de Cesar De María, con la que viajamos a Chile y obtuvimos un reconocimiento”, concluye.

Sergio Velarde
20 de enero de 2013

Entrevista: SOFÍA ROCHA

“El director te ayuda a encontrar el rumbo”

Versátil como pocas, Sofía Rocha nos ha regalado un puñado de notabilísimas actuaciones en los últimos años. Baste citar sus inolvidables personajes en El jardín de los cerezos (2003), Ña Catita (2004), Azul resplandor (2005), Sangre como flores, la pasión según García Lorca (2011) y Entonces Alicia cayó (2011), demostrando una sobresaliente calidad interpretativa. Sofía nos recibe en el escenario del Teatro La Plaza, a punto de ofrecer una nueva función de Nuestro pueblo. “Comencé con Luis Felipe Ormeño en Teatro del Sol”, recuerda. “Con él entré en contacto con el teatro, me puso en el escenario con el público pagando su entrada”. También estudió con Alberto Isola, de quien dice que “te lleva a entender lo que haces en escena, te da las herramientas necesarias”. Algunos talleres de danza, claun y máscaras le sirvieron como complementos a su carrera artística, así como mucha lectura e investigación de técnicas teatrales.

Para Sofía, un buen director de teatro debe “saber lo que quiere, dejar aportar a sus actores o ayudarlos a encontrar el camino si están perdidos”. Es así que decidió apostar por trabajar con nuevos directores y a veces repetir el plato con algunos. “Con Chela De Ferrari (directora de Nuestro pueblo) estoy trabajando por primera vez, y me interesaba mucho trabajar con ella independientemente de la obra que fuera a dirigir", afirma. “Y por otro lado, con Mariana De Althaus me interesa trabajar siempre”. Después de Entonces Alicia cayó, Sofía volvió a trabajar con Mariana en El lenguaje de las sirenas, convirtiéndose en la ganadora del Premio a Mejor Actriz en la categoría de Drama por El Oficio Crítico.

“Dejé que el personaje me llevara”, sostiene Sofía sobre su personaje de la madre pituca en El lenguaje de las sirenas. “Creo que tiene mucho de mí, lo he heredado de mis tías abuelas; además muchos limeños de antes eran así, paseaban por el Centro de Lima bien vestidos, era una cosa muy aristocrática. Sobre el racismo: creo que está muy enraizado en nuestra sociedad”. Podemos disfrutar actualmente del talento de Sofía en la puesta en escena de Nuestro Pueblo en La Plaza, sólo por contadas funciones; y próximamente la veremos en dos montajes: Corazón normal de Larry Kramer y Viaje de un largo día hacia la noche de Eugene O’Neill. Espectáculos de visión obligatoria, sólo por ver en escena a esta talentosa actriz.

Sergio Velarde
20 de enero de 2013

viernes, 18 de enero de 2013

Entrevista: NICOLÁS FANTINATO

“Sólo hay dos tipos de teatro, el vivo y el muerto”

“Mi primer encuentro con el arte fue en el colegio, pero a través del canto”, recuerda Nicolás Fantinato, ganador del premio de público al Mejor Actor de Comedia por Le Petit Pan Pan. “Tenía la voz aguda y mi profesor de canto en el colegio San Genaro me daba esperanza; pero finalmente la lleve al tono grave y no la cultivé”. Ya en la Universidad de Lima, y a pedido de su padre, llevó el curso de Desarrollo de la Personalidad a través del Teatro, para conseguir vencer su timidez. “Me animé a estudiar teatro y fue así que estuve 3 años en el Centro Peruano de Teatro, dirigido por Eduardo Navarro”. Nicolás asegura haber aprendido allí lo básico, a impostar la voz y a tener la confianza de estar en el escenario. “Posteriormente llevé otros talleres, y sin querer fui conociendo a mucha gente”.

Nicolás trabajó formalmente como actor con el grupo Splash de Danae Saco Vértiz. “Hacía del payasito Mondonguito en El Circo”. Sobre su directora en aquella ocasión, Eugenia Ende, recuerda que le decía que “hiciéramos todo con verdad, que no tratemos a los niños como tontos, como seres inferiores.” En comedias para adultos, Nicolás trabajó por primera vez con Sétima Scena en la obra El avaro de Molière. “Lo más bonito de esa experiencia fue que interpretaba a un personaje muy mayor (Harpagón) y cuando me quitaba la peluca en el saludo final, el público se sorprendía con lo joven que en realidad era”. Y en drama, actuó en Los árboles mueren de pie de Alejandro Casona, al lado de Anabella Flores. “Recuerdo que tuve una gran compenetración con ella en escena”. Sin embargo, Nicolás considera que es un actor inclinado indudablemente hacia la comedia.

“En 1999 conocí a Luis Gustavo Gonzáles (director del grupo Puesta), a través de David Carrillo”, recuerda Nicolás. “Hicimos la obra Rosas y Jacintos de Sergio Arrau, y después empezamos a investigar la técnica Claun”. La primera obra claun de Nicolás con el grupo Puesta fue Dr. Gen, y afirma que “fue la primera obra en claun propiamente dicha”. También tuvo la oportunidad de trabajar con Osvaldo Cattone en la obra Made in Peru, inspirada en la película Full Monthy. “Era la primera vez que me desnudaba, recuerdo que tenía mucha vergüenza, pero finalmente logré hacerlo”. Sin embargo, Nicolás afirma que al espectáculo no le fue como esperaban, ya que debió enfocar su promoción en otro sentido. Made in Peru no trataba solo de un streap tease, tenía toda una reflexión sobre la parafernalia política de ese momento”.

Nicolás también participó en numerosos espectáculos de improvisación como Noches de Impro, Improvisaciones Mínimas e Impro de Miércoles. “La improvisación aviva los sentidos”, refiere. “Por supuesto, sin extralimitarse, pues el texto corre el riesgo de desfigurarse, de volverse bufonesco; es importante no payasear”. Recuerda que en un inicio participó con otros actores en Ketó y que se concentraban en armas historias y siempre perdían al enfrentarse con el equipo de Pataclaun. “Lo que sucede es que ellos apuntaban a hacer reír, siempre iban a la broma, no apuntaban a la dramaturgia dentro de la improvisación”.

Entre los múltiples proyectos que tiene Nicolás para este año 2013 figuran el de dirigir La Cena de los Idiotas de Francis Veber, espectáculo en el que también tendrá un personaje pequeño; y la pieza infantil Un cuento de cuentos de Lily Boza; luego actuará en los musicales La Novicia rebelde, dirigida por Jean Pierre Gamarra en mayo; y en octubre en Los Locos Addams, dirigida por Doménico Poggi. Y en agosto estará bajo la dirección de Patricia Romero interpretando a un pequeño niño en Mimi y el Monstruo de la noche, en el nuevo Teatro de la Universidad Pacifico. Además de emprender una nueva aventura claunesca de la mano de Luis Gustavo Gonzales, nuevo montaje del grupo Puesta, a estrenarse en agosto en el CAFAE.

“Considero que existen dos tipos de teatro, el teatro vivo y el teatro muerto: en el vivo, los actores se escuchan, viven el momento, ayudando al compañero o sacando provecho del error; en cambio en el muerto, los actores solo se dan la letra sin importar que o como lo dijo”, concluye.

Sergio Velarde
18 de enero de 2013

jueves, 17 de enero de 2013

Entrevista: GABRIEL IGLESIAS

“La impro te mantiene alerta”

“El teatro para mí llegó de manera espontánea, nunca estuvo planeado”, afirma Gabriel Iglesias, ganador del premio al Mejor Actor de reparto en Drama por la obra A ver, un aplauso, por El Oficio Crítico. “Trabajé a los 13 años con Osvaldo Cattone, en la obra Perdidos en algún lugar con Pablo Saldarriaga, también hice televisión en Canal 5, me gustaba pero no me llenaba; yo quería hacer música, tocaba desde los 10 años con la banda La Roja”.

Gabriel estudió en la universidad la carrera de Comunicaciones, en donde dirigió varios cortos, siempre con mucho humor. “En ese tiempo estaba algo desencantado con la música y quise probar algo nuevo”, recuerda. Es entonces, que se dedica al entrenamiento de improvisación, por las noches y sin ninguna pretensión. “Lo tomé como un hobby y realmente lo disfrutaba. Después llegaron los campeonatos, Pataclaun, Ketó y los unipersonales, además, participé en un Mundial en Buenos Aires”.

“Como actor pienso que la improvisación te mantiene en estado de alerta”, asegura Gabriel. “No te puedes dormir, asumes un estado de presencia; puedes aprender mucha técnica, pero si no estás “presente” no habrá una verdad”. Para Gabriel el concepto de teatro es todo aquello que sea escénico: una obra convencional, un concierto de música, un show de impro, en todos ellos él interpreta un personaje.

La puesta en escena de A ver, un aplauso le permitió a Gabriel conseguir una actuación sobresaliente. “Roberto (Ángeles, el director) nos dio mucha libertad a partir del texto”. Gabriel pensaba que su director era una persona muy seria, pero felizmente entiende que todo en una obra debe ser fresco. “Con Roberto nos llevamos muy bien, hemos empatado bien, me siento comodísimo y me deja ser como soy”.

Uno de los montajes de impro en el que intervino Gabriel fue Velorio, teatro de la improvisación, al lado de Christian Ysla y Patricia Portocarrero, entre otros. “Invitamos a un actor en cada función; al principio estaban con temor, pues tenían una gran responsabilidad, pero fue una experiencia genial”, asegura.

Entre los proyectos de Gabriel para este 2013, figuran la reposición de A ver, un aplauso, premiada obra de César De María. “También estaré en el elenco de Viaje de un largo día hacia la noche de Eugene O’Neill; y en otro proyecto de Impro”, concluye.

Sergio Velarde
17 de enero de 2013

miércoles, 16 de enero de 2013

Entrevista: LUISA FERNANDA LINDO

“Me considero una artista multidisciplinaria”

Una de las comedias más entretenidas e inteligentes del año que pasó fue Ficción, nombrada por El Oficio Critico como la mejor del 2012. Su artífice principal, la multifacética Luisa Fernanda Lindo, prefiere no ser catalogada como directora, ya que ella no cree que “el que dirige es director; porque actúas, eres actriz; yo me considero una artista multidisciplinaria, y así es Ficción, pues mezcla teatro, música, coreografía, video”, afirma. Luisa Fernanda es licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires, ciudad en la que estuvo 9 años, ganándose un lugar como poeta y gestora cultural. “Estuve muy ocupada escribiendo, creando performances, estudiando y especializándome en teatro”.

¿Quiénes fueron tus profesores de teatro y qué aprendiste de ellos para la creación de tus espectáculos?
Solo mencionaré a uno, que fue el primero y al cual le agradezco profundamente su tiempo y dedicación: Enrique Victoria, con quien estudié en 1995 cuando tenía 15 años. Recuerdo la primera clase en la que todos, adolescentes alborotados, se presentaban y él les preguntaba por qué querían estudiar teatro. Todos decían querer ser actores o actrices, cuando llegó mi turno respondí: "porque quiero ser directora de teatro y necesito saber hasta dónde puedo exigirle a mis actores y actrices". Meses después, cuando ya cumplíamos un año de taller Enrique me dijo: "tienes un don innato para la dirección". Luego me olvidé de esas palabras y seguí estudiando teatro porque quería actuar (¡me entró el bichito!). Años después me vi en Buenos Aires, ya habían pasado más de ocho años allá, y me encuentro con otro maestro y me vinieron las palabras de Enrique y reaccioné: quiero dirigir, me dije.

¿Cómo surge el proyecto Ficción?
Luego de la performance Simulacro (realizada en octubre de 2010 en La Ex-Culpable), para la cual convoqué a Katerina D'Onofrio, Tábata Fernández-Concha, Patricia Biffi y Felipe Morey (batería), pensamos que sería bueno plantear una propuesta visual basada en el libro homónimo (Simulacro) que trataba sobre la simulación, los movimientos repetidos, lo sistemático de la sociedad y el encuentro con lo sublime. El proyecto se envió a la Convocatoria de Ayuda a la producción y exhibición de las Artes Escénicas del Centro Cultural de España y fue uno de los ganadores en 2011. Es así como, partiendo del concepto de simulacro propuesto por Baudrillard en Cultura y Simulacro (1978), surgió este espacio de experimentación e investigación sobre los propios miedos, en el cual durante 4 meses continuos trabajamos con distintos lenguajes (corporal, texto, registro audiovisual) con lo cual buscamos desmantelar los mecanismos que constituyen el simulacro así como trabajar los límites de la realidad y la ficción puestos en la actriz/personaje, en donde la directora intervendría dentro de escena. La obra se presentó en noviembre de 2011, y en 2012 tuvo un par de presentaciones más en marzo y luego una corta temporada de un mes para lo cual convoqué a Sofía Humala en reemplazo de Katerina D'Onofrio.

¿Siempre ha sido una constante en tus proyectos escénicos el combinar distintas disciplinas en ellos?
No sé si es una constante, creo que es lo que me sale. Me dedico a distintas ramas del arte, desde literatura hasta visuales, y las artes escénicas me brindan una plataforma de mucha libertad donde es posible combinar otras disciplinas que me apasionan. Entonces el resultado lleva consigo variados lenguajes que dialogan entre sí.

¿Cuáles fueron las impresiones de los espectadores que más te han llamado la atención, luego de ver Ficción?
Primero, muchas carcajadas. Segundo, mucha reflexión. Si en algo coincidía la mayoría de los espectadores es que Ficción, además de ser una obra dinámica y divertida, llevaba un mensaje importante y estaba dicho con mucha elegancia.

¿Qué opinas sobre la improvisación como género teatral y espectáculo en sí?
¡Qué pregunta! Me parece admirable porque me resulta muy difícil; creo que hay que tener mucho entrenamiento para sostener un buen espectáculo de impro. Te diría que no tengo mucha experiencia con la improvisación, pero sería muy hipócrita porque en la performance que forma parte de esta obra (Ficción) hay una escena muy importante y divertida en la que, como directora, le doy pautas a mis actrices para que lloren y luego les hago una serie de preguntas acerca de los procesos y las técnicas utilizadas para ello.

Mencionaste que si pudieras, eliminarías el diálogo de las obras de teatro, ¿por qué?
Creo en la acción y amo el silencio. La última obra que he escrito La Empresa, la cual obtuvo el fondo Iberescena 2011-2012, trata sobre la minería y los recursos no renovables. Esa obra está llena de silencios, de miradas, de acciones.

¿Cuáles son tus proyectos más inmediatos?
En un mes viajo a México invitada al Festival Enclaves Poéticas Transversales que está dentro del marco de la Feria Internacional del Libro de Minería, organizado por la UNAM. Luego, en mayo seré curadora de una muestra de arte Iberoamericano que se presentará en el Centro Cultural de España en Lima en la cual vengo trabajando desde hace unos meses.

Sergio Velarde
16 de enero de 2013

lunes, 14 de enero de 2013

Entrevista: LEONELA PAJARES

“Debemos seguir el dictado de nuestro corazón”

“En Secundaria los profesores siempre me llamaban para que participara en las actuaciones”, recuerda Leonela Pajares, ganadora del premio a la Mejor Actriz en una Comedia por Comedia del Arte, según la encuesta propuesta en el blog El Oficio Crítico. “Como era un colegio parroquial me llamaban para representar una parábola, por ejemplo; y todo lo que tenía que ver con música, pintura y arte”. A pesar de no tener un profesor exclusivamente de teatro, su profesora de Literatura sí le enseñó a dar sus primeros pasos en las artes escénicas.

Leonela quería estudiar ya sea publicidad o ingeniería de sonido, pero se decidió por el teatro y llevó un taller con Shirley Rivadeneyra. “Me encantó ese taller, fue muy difícil, pero supe que era lo mío”, afirma. Por su parte, sus padres no estaban del todo contentos con la afición de Leonela. “Al principio estaban reacios, pero la verdad es que me encantaba ver a alguien en escenario, me inspiraba mucho; todo llegó de un momento a otro, y me convertí en la primera actriz de mi familia”.

“Mi primera muestra consistió en una serie de improvisaciones con chicos de Punta Hermosa”, recuerda Leonela. “Preparé mi monólogo y me presenté a la ENSAD”. Ya dentro de dicha institución recuerda con cariño a Guadalupe Vivanco y a Ernesto Ráez. “Con Guadalupe tuve una buena base, aprendí lo que era la concentración, que al estar parada en un escenario, proyectes y canalices la energía. Sobre Ernesto puede decir que es una de las personas con más humanidad que conozco, demuestra lo mucho que sabe y lo buena persona que es”, afirma.

Su examen de V Ciclo fue justamente Comedia del Arte, de autor anónimo. “Al principio los maestros no tenían mucha confianza en que nosotros podamos realizarlo y hacerlo posible. Fue un proyecto muy ambicioso, a cargo de nuestra profesora Sofía Palomino; teníamos que trabajar con nuestra corporalidad, las máscaras, todo debía estar bien definido; nos esforzamos al máximo”. Luego del examen final, el jurado quedó satisfecho con los resultados. “Nos dijeron que estábamos encaminados”, menciona Leonela. Ya en VI Ciclo, empezamos a trabajar Arlequín, servidor de dos patrones de Carlo Goldoni. “Le agradezco mucho a mi profesora, yo no confiaba, era muy cerrada; me ayudó mucho a desinhibirme”.

Para Leonela no existe forma para que los padres le digan que no a sus hijos, cuando éstos decidan seguir una carrera vinculada al arte. “Debemos seguir el dictado de nuestro corazón; podrán impedírtelo en un inicio, pero al final terminarás haciéndolo. Eso está en la sangre, no se puede desligar fácilmente”, exclama convencida. Para Leonela, todo actor siempre debe estar entrenando su cuerpo y su voz. Actualmente, a pesar de no estar en la ENSAD, llevó un taller ligado al performance con Guillermo Castrillón y estudia en Danza Viva en la escuela independiente de Morella Petrozzi. “Cada personaje es un mundo, si no entrenas no proyectarás nada en el escenario”, concluye.

Sergio Velarde
14 de enero de 2013

martes, 8 de enero de 2013

Entrevista: RICARDO DEL RÍO

“El arte es terapéutico”

“Desde el colegio me gustaba actuar, recuerdo que en todas las actuaciones participaba cantando, bailando y actuando”, recuerda Ricardo el Río, ganador del premio del público como Mejor Actor de reparto en una Comedia del 2012 por Le Petit Pan Pan, en donde interpretó al divertido Dr. Freud. Al terminar el colegio, una amiga le recomendó que haga teatro infantil; es así como Ricardo ingresa a los 16 años al Taller Splash, a cargo de la actriz Danae Saco Vértiz, llegando a actuar en la recordada Feria del Hogar. “Recuerdo que hicimos varias obras, como El palo de Santo Lloque, El Fantasmita Pluf, El Mundo Mágico de Splash, con varios actores como Giovanni Ciccia, Tatiana Astengo, Víctor Ángeles, Carlos Acosta. De todos nosotros, yo era el actor más jovencito.”

A los 19 años decide formalizar sus estudios de actuación. “Entro al Taller de Teatro de la UNI con Reynaldo Arenas. En ese tiempo salía en la novela Los de arriba y los de abajo, y participé como extra en ella.” Y en 1994 entra al Club de Teatro de Lima, recibiendo clases de Iván Romero y Eugenia Ende. “Recuerdo que Iván nos daba consejos muy interesantes (mi promoción incluía a Joaquín Jordán, Christian Esquivel y otros): teníamos que aprender a tocar instrumentos, montar a caballo y nos llevaba a ver cine europeo.” Por otro lado, tener a una maestra como Eugenia fue una experiencia muy grata para Ricardo. ”A ella le importaba mucho la voz, la dicción; y por supuesto, también el aspecto corporal. Recuerdo que ella era muy estricta y rígida: cuando hicimos farsa en Segundo Año, no le gustaba la sobreactuación, era muy severa con eso”, afirma. Antes de terminar el Club, Ricardo fue invitado para actuar en la obra Medea La Encantadora, con Eugenia Ende como directora y con Melania Urbina, Norka Ramírez y Fabrizio Aguilar en el elenco. “Estrenamos en el Juan Parra del Riego, nos enseñaron algunos pasos de flamenco; pero Eugenia fue el doble de estricta como directora.”

“Empiezo a estudiar Psicología en la Universidad Garcilaso de la Vega por una cuestión de vocación. Creo que a través de la psicología (en especial de psicopatología) puedes sacarle cosas muy interesantes a los personajes que interpretas”, afirma. En ese tiempo hizo algunos comerciales e interpretó papeles como figurante en algunas series y novelas, hasta que Nicolás Fantinato lo llama para probar la técnica claun. “Entrené hasta el año 2000 con el grupo Puesta de Luis Gustavo Gonzales, pero por diversos motivos no pude estar en ninguna de sus temporadas.” En el 2003 Sergio Paris lo invita a participar en los talleres de improvisación, tan de moda en aquellas épocas. “Considero a la improvisación como una buena herramienta actoral, hacíamos “matchs de impro” en el restaurante Patagonia de Grapa, en donde me nombraron como el mejor improvisador.” Posteriormente haría la obra Tenorio con el grupo Aqualuna, y gracias a uno de los papeles que tuvo en dicha obra, logró participar en la cinta Una sombra al frente de Augusto Tamayo, cuando el director acudió a verla. “Recuerdo que llego al casting de la película y quedé sorprendido cuando el director ya me había asignado el papel de Morán.”

A partir del 2004, Ricardo empezaría con una serie de viajes que enriquecerían su vida tanto personal como profesional. “Estuve en Chile, me fui por trabajo pero terminé actuando más que en mi propio país: hice varios cortos y participé en una serie educativa con un buen actor chileno llamado Claudio Riquelme; sin embargo, no tuve chance de hacer teatro.” En cambio, sí tuvo oportunidad de asistir a festivales, como el muy conocido Teatro A Mil. En el 2006 regresa a Lima para acabar su carrera de Psicología y al año siguiente parte nuevamente, esta vez a Estados Unidos. “Hice de todo, trabajé en Nueva York en varios restaurantes, pero debo decir que me chupé cuando tuve oportunidad de hacer audiciones para estudiar teatro allá. En California vi mucho teatro escolar, y me sorprendí con la infraestructura que cuentan y el profesionalismo de los chicos durante las funciones.”

Ahora Ricardo se siente feliz de estar en Perú y poder desarrollar sus dos pasiones: el arte y la psicología. “Considero que el arte es terapéutico, a través de él se pueden expresar muchas cosas.” Si bien es cierto no siempre está actuando, ha conseguido mucho en el corto tiempo que tiene en nuestro país. Tuvo la chance de actuar en el montaje universitario Los árboles mueren de pie, a cargo de Raúl Vásquez, con el que ganaron en el XVI Encuentro Nacional de Teatro Universitario Peruano en la ciudad de Trujillo. Y por supuesto, participar en Le Petit Pan Pan con el grupo Puesta y recibir un reconocimiento del público por su trabajo. “Luis Gustavo me encargó el personaje del Dr. Freud y me dio libertad para crearlo a mi manera y burlarme de él”, recuerda. Actualmente Ricardo labora en el Instituto Peruano de Psicoterapia y Desarrollo Personal Growth (teléfonos: 4751479 / 4025251). “Tengo la suerte, no sólo de ejercer mi carrera, sino que puedo fusionarla con el arte”, concluye.

Sergio Velarde
08 de enero de 2013

martes, 1 de enero de 2013

Crítica: BRECHT DRAMATIS PERSONAE

Didáctico acercamiento al poeta alemán

La obra que pasamos a reseñar es atípica: se define como un trabajo final del Bachillerato en Teatro realizado en la ENSAD a cargo del profesor Rafael Hernández. Sin embargo, no sólo está presente en este blog por tratarse de una (breve) temporada teatral con entrada liberada, sino porque la calidad del espectáculo bien vale la pena ser reconocida. Brecht Dramatis Personae es una compilación de monólogos extraídos de las obras más representativas del autor en cuestión, de fuerte contenido social y político, representada por ocho actrices y un actor. Las molestias, sobre todo auditivas provenientes del Parque de la Exposición, no empañaron en demasía la calidad del espectáculo. Por su parte, el sencillo y funcional diseño escenográfico corrió a cargo de Estefany Farías y Claudia Salcedo, bachilleres de escenografía bajo la supervisión de Aurora Ayala.

Las piezas seleccionadas de Brecht abarcan todo un abanico de emociones, bien desarrolladas por el elenco y el director: inicia el espectáculo con mucho brío Sergio Ota como Jeremías Peachum de La opera de 3 centavos y lo termina sobriamente Mercedes Montalvo como Pelagueia Vlasova de La Madre. Yuri Cárdenas (a quien vimos en La manzana prohibida) interpreta con precisión a Grusha de El círculo de tiza caucaziano, una cocinera que debe pasar un reto por conservar la custodia de un niño a quien crío por encima de todo; Geraldine Castillo (de El banquete de Mariátegui) construye una Antígona llena de energía y fuerza, mientras desafía a las leyes del hombre por negarse a dejar a su hermano sin sepultura; Fiorella Díaz (de Sólo dime la verdad) le imprime frescura y veracidad al personaje de Juana Dark de Santa Juana de los Mataderos; la carismática Orietta Foy (de La Ciudad de los Reyes) interpreta nada menos que a Madre Coraje, para hacernos ver las terribles consecuencias de una guerra; Alicia Olivares conmueve en su monólogo de El proceso de Juana de Arco en Ruan; Valeria Ramos convence en su personaje dual y antagónico de Shen Te/Shui Ta en El alma buena de Szechuan; y Marleni Salas interpreta con bastante corrección a la viuda renuente a que sus hijos participen en la lucha armada en Los fusiles de la Madre Carrar.

La principal característica de Brecht, dramaturgo capital en la historia del teatro, es la del principio de distanciamiento, en el que el actor no encarna el personaje, sino que lo muestra en escena manteniéndolo a distancia, con el objetivo de volverlo realista y así conservar su esencia y volver el mensaje trascendente. Evitando el desborde y cualquier tipo de catarsis, el espectador entiende el proceder del personaje y toma partido por él. Brecht Dramatis Personae cumple dicha condición y es un interesante montaje con un elenco muy competente; didáctico para aquellos que por primera vez se acercan al autor en mención; y entretenido como espectáculo per se.

Sergio Velarde
01 de enero de 2013