“Desde el colegio me gustaba actuar, recuerdo que en todas las actuaciones participaba cantando, bailando y actuando”, recuerda Ricardo el Río, ganador del premio del público como Mejor Actor de reparto en una Comedia del 2012 por Le Petit Pan Pan, en donde interpretó al divertido Dr. Freud. Al terminar el colegio, una amiga le recomendó que haga teatro infantil; es así como Ricardo ingresa a los 16 años al Taller Splash, a cargo de la actriz Danae Saco Vértiz, llegando a actuar en la recordada Feria del Hogar. “Recuerdo que hicimos varias obras, como El palo de Santo Lloque, El Fantasmita Pluf, El Mundo Mágico de Splash, con varios actores como Giovanni Ciccia, Tatiana Astengo, Víctor Ángeles, Carlos Acosta. De todos nosotros, yo era el actor más jovencito.”
A los 19 años decide formalizar sus estudios de actuación. “Entro al Taller de Teatro de la UNI con Reynaldo Arenas. En ese tiempo salía en la novela Los de arriba y los de abajo, y participé como extra en ella.” Y en 1994 entra al Club de Teatro de Lima, recibiendo clases de Iván Romero y Eugenia Ende. “Recuerdo que Iván nos daba consejos muy interesantes (mi promoción incluía a Joaquín Jordán, Christian Esquivel y otros): teníamos que aprender a tocar instrumentos, montar a caballo y nos llevaba a ver cine europeo.” Por otro lado, tener a una maestra como Eugenia fue una experiencia muy grata para Ricardo. ”A ella le importaba mucho la voz, la dicción; y por supuesto, también el aspecto corporal. Recuerdo que ella era muy estricta y rígida: cuando hicimos farsa en Segundo Año, no le gustaba la sobreactuación, era muy severa con eso”, afirma. Antes de terminar el Club, Ricardo fue invitado para actuar en la obra Medea La Encantadora, con Eugenia Ende como directora y con Melania Urbina, Norka Ramírez y Fabrizio Aguilar en el elenco. “Estrenamos en el Juan Parra del Riego, nos enseñaron algunos pasos de flamenco; pero Eugenia fue el doble de estricta como directora.”
“Empiezo a estudiar Psicología en la Universidad Garcilaso de la Vega por una cuestión de vocación. Creo que a través de la psicología (en especial de psicopatología) puedes sacarle cosas muy interesantes a los personajes que interpretas”, afirma. En ese tiempo hizo algunos comerciales e interpretó papeles como figurante en algunas series y novelas, hasta que Nicolás Fantinato lo llama para probar la técnica claun. “Entrené hasta el año 2000 con el grupo Puesta de Luis Gustavo Gonzales, pero por diversos motivos no pude estar en ninguna de sus temporadas.” En el 2003 Sergio Paris lo invita a participar en los talleres de improvisación, tan de moda en aquellas épocas. “Considero a la improvisación como una buena herramienta actoral, hacíamos “matchs de impro” en el restaurante Patagonia de Grapa, en donde me nombraron como el mejor improvisador.” Posteriormente haría la obra Tenorio con el grupo Aqualuna, y gracias a uno de los papeles que tuvo en dicha obra, logró participar en la cinta Una sombra al frente de Augusto Tamayo, cuando el director acudió a verla. “Recuerdo que llego al casting de la película y quedé sorprendido cuando el director ya me había asignado el papel de Morán.”
A partir del 2004, Ricardo empezaría con una serie de viajes que enriquecerían su vida tanto personal como profesional. “Estuve en Chile, me fui por trabajo pero terminé actuando más que en mi propio país: hice varios cortos y participé en una serie educativa con un buen actor chileno llamado Claudio Riquelme; sin embargo, no tuve chance de hacer teatro.” En cambio, sí tuvo oportunidad de asistir a festivales, como el muy conocido Teatro A Mil. En el 2006 regresa a Lima para acabar su carrera de Psicología y al año siguiente parte nuevamente, esta vez a Estados Unidos. “Hice de todo, trabajé en Nueva York en varios restaurantes, pero debo decir que me chupé cuando tuve oportunidad de hacer audiciones para estudiar teatro allá. En California vi mucho teatro escolar, y me sorprendí con la infraestructura que cuentan y el profesionalismo de los chicos durante las funciones.”
Ahora Ricardo se siente feliz de estar en Perú y poder desarrollar sus dos pasiones: el arte y la psicología. “Considero que el arte es terapéutico, a través de él se pueden expresar muchas cosas.” Si bien es cierto no siempre está actuando, ha conseguido mucho en el corto tiempo que tiene en nuestro país. Tuvo la chance de actuar en el montaje universitario Los árboles mueren de pie, a cargo de Raúl Vásquez, con el que ganaron en el XVI Encuentro Nacional de Teatro Universitario Peruano en la ciudad de Trujillo. Y por supuesto, participar en Le Petit Pan Pan con el grupo Puesta y recibir un reconocimiento del público por su trabajo. “Luis Gustavo me encargó el personaje del Dr. Freud y me dio libertad para crearlo a mi manera y burlarme de él”, recuerda. Actualmente Ricardo labora en el Instituto Peruano de Psicoterapia y Desarrollo Personal Growth (teléfonos: 4751479 / 4025251). “Tengo la suerte, no sólo de ejercer mi carrera, sino que puedo fusionarla con el arte”, concluye.
Sergio Velarde
08 de enero de 2013
Es una gran persona con un sin fin de éxitos pos delante :)
ResponderEliminar