Enredos con potencia
La transición de cualquier obra a un musical no puede ser un proceso sencillo. Despertar de primavera de Wedekind es probablemente el ejemplo más conocido. Pero hay algo en la energía de 3 son multitud que da la sensación de que esta historia siempre estuvo destinada a contarse en este formato, que le queda como anillo al dedo y nos da una trama bastante sencilla potenciada emocionalmente por el formato en el que se encuentra.
La obra, creada por Ivana Pedreschi y Viviana Pereyra y basada en una comedia de 2023 de Romina Viñas, llega a su breve reestreno con una estética pulida y llamativa. Desde el principio la obra ha tenido una paleta de colores muy marcada para cada personaje, y en esta obra este elemento se lleva a su punto más cuidado. El escenario sencillo (un típico comedor con las sillas y la mesa larga marcando el espacio de juego) sirve como lienzo para los colores, la música y los cuerpos, cada uno de estos últimos muy bien diferenciado.
Pedreschi, en el papel de Lorena, jala la atención desde el primer momento por su gran expresividad a nivel vocal y corporal. Alvaro Pajares como Felipe y Pereyra como Natalia apoyan este ritmo como contraparte y equilibrio, respectivamente. Nunca caen ni flaquean, en especial en los duetos con Pajares. En general, el ritmo entre escena y escena/canción y canción permite mantener la atención entre los momentos tensos y las carcajadas, sin que una le quite el peso a la otra. No hay ni sobrecarga de canciones ni ausencias prolongadas (salvo quizás al inicio del segundo acto). Las canciones se sienten diferentes en cuanto a su tono y propuesta, pero lo suficientemente en la misma línea como para seguir sintiéndose del mismo musical.
Al principio, eso sí, fue complicada entender lo que cantaban. Lo atribuí inicialmente a un problema de dicción, pero más bien pareció un tema técnico: el CAFAE-SE no es que sea pequeño, pero tampoco es muy amplio, y esto sumado al volumen de los micros hizo las primeras canciones, bastante energéticas y cambiantes, a veces complicadas de escuchar.
Por lo demás, la trama es correcta. Los agujeros de guion que pudiesen aparecer (como que dos mejores amigas millenials jamás se hayan mostrado una foto de sus ex) son explicados a tiempo y la premisa entrega las escenas, enredos y situaciones obligatorias para mantener atento al público. Quizás la crisis del final se soluciona con más facilidad de lo que uno pensaría al inicio, y aspectos como el desarrollo de Natalia o el budismo de Felipe no están aún explorados a fondo, pero así como con la escenografía, la sencillez de la trama planteada sirve para dar paso a que la química y dinamismo de los tres intérpretes se nutra y se expanda. 3 son multitud es un musical divertido y amigable, en un espacio cómodo y con un remate hecho a medida para dar una última risa de cierre a la experiencia.
José Miguel Herrera
7 de abril de 2025