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jueves, 17 de abril de 2025

Crítica: MUCHA M!ERD%


El juego de actuar

El pasado sábado 12 de abril se presentó Mucha M!erd%, obra escrita y dirigida por Marco Palomino, con un elenco rotativo de ocho actores que hace que cada función sea una experiencia única. En esta ocasión, accionaron Camila Yong como Cloe, Julio César PG como César, Nicolás Chinchilla como Carlos y Jenry Ramírez como Chris.

La puesta se desarrolla en un formato de 360°, aprovechando la totalidad del espacio y permitiendo una interacción constante con el público. Este formato no solo genera cercanía, sino que también refuerza el carácter lúdico del teatro.

La trama sigue a cuatro actores convocados a un casting que promete cambiar sus vidas. Frente a ellos, un solo reto: tienen treinta minutos para mostrar “lo mejor de lo mejor”. A partir de esta premisa, los personajes se enfrentan a un dilema creativo que los lleva a explorar y deformar historias clásicas —Romeo y Julieta, El Génesis, Caperucita Roja, Cenicienta, y El Mago de Oz— a través del juego escénico y recursos del teatro contemporáneo.

Cada personaje encarna una visión distinta del oficio actoral: Cloe (Camila Yong), una influencer con aspiraciones escénicas; Chris (Jenry Ramírez), el joven despreocupado que apuesta por la espontaneidad; Carlos (Nicolás Chinchilla), el actor formado en Perú que defiende con seriedad su vocación; y César (Julio César PG), quien se ha formado en el extranjero y se autodefine como innovador y multidisciplinario. Cada intérprete logra transmitir con claridad y consistencia estas perspectivas, lo cual permite que el público identifique con facilidad los conflictos y tensiones que emergen en escena.

En este juego de egos, estilos y posturas frente al arte, Mucha M!erd% logra no solo hacernos reír, sino también hacernos pensar. La obra se plantea como un metateatro que desnuda al actor y, con él, a todo el aparato teatral. ¿Qué es “lo mejor de lo mejor”? ¿Qué se valora hoy en día en una audición? ¿Es suficiente con tener talento? La obra no da respuestas cerradas, pero sí deja una inquietud vibrante sobre el lugar del artista en un sistema que lo exige todo y le garantiza poco.

Si bien la propuesta mantiene un tono humorístico durante la mayor parte del montaje, no se priva de dar lugar a la reflexión. Mucha M!erd% pone sobre la mesa los sacrificios, frustraciones y contradicciones que atraviesan quienes se dedican al arte escénico. Así, entre risas, también se revela la vulnerabilidad del actor: su esfuerzo constante por sostener una vocación que, muchas veces, exige más de lo que ofrece. Mucha M!erd% es, entonces, una celebración del teatro desde sus entrañas más caóticas y sinceras. Y también es una confesión.

Daniela Ortega

17 de abril de 2025

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