Mirar a Hamlet con otros ojos
La compañía de teatro Impulso Nómada, conformada por un grupo de jóvenes actores, nos trajo en esta ocasión la obra Máquina Hamlet, una propuesta diferente y refrescante que busca acercar a Hamlet a nuevos públicos, al romper el esquema tradicional de una obra de teatro; es decir, se separa de la estructura aristotélica de cómo contar una historia: rompe con esta norma preestablecida de los actores en el escenario y el público en las butacas para mezclarlo todo, el espectador interactúa con el actor y la historia se mezcla con la realidad.
Casa Rama, el espacio cultural donde se lleva a cabo la obra, es una acogedora casa cuyo segundo piso fue acondicionado para que cada rincón, incluidos los cuartos, sean espacios inmersivos para el público. En cada habitación tenía lugar un acontecimiento distinto, una performance diferente, cada una con lo suyo y con una manera singular de conectar con el público, ya sea recreando una especie de asamblea popular en la que a cada participante se le pide su firma de asistencia, o ver el drama de Hamlet y su padre como si se tratase de un show televisivo; es decir, hay un fuerte intento por encajar al tradicional Hamlet en el mundo actual, pero sin que se sienta forzado, por el contrario, lo hace bastante llamativo.
Si bien no es una obra que deje muy en claro la historia que se quiere contar en sí, al menos no de la manera tradicional como ya se mencionó, creemos que es más un espectáculo sensorial, transmite más por las acciones y emociones que transmiten los actores que por las palabras en sí, es como una fuerte sacudida para el espectador que está acostumbrado a adoptar una actitud más pasiva de ir de frente a sentarse en su asiento. Y de hecho ese es uno de los fuertes de la obra: las buenas interpretaciones de cada uno de los actores, pues se notó mucho el trabajo detrás del montaje; además, ya de por sí por sí se trata de diálogos complejos de memorizar y más aún lograr que un público joven como el que fue en aquella función se interesase o lograse conectar. Esto también se logró gracias a la dirección original de Jared Portocarrero y la producción bastante ingeniosa de Milagros Flores. Sin duda es del tipo de obras con un nuevo formato que te hacen pensar que es precisamente por esta constante renovación que el arte sigue vivo y lo seguirá estando.
Barbara Rios
27 de abril de 2025
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