CON MAURICIO KARTUN
"El artista solo hace cosas interesantes cuando hace lo que no sabe.”
H.M.
“Un cuadro es una sucesión de
destrucción. Hacer algo implica romper.”
P. Picasso
La noche del 25 de abril a las 8 pm,
teniendo como sede el Teatro La Plaza y bajo la producción de “Sala de parto
2017”, el dramaturgo y director Mauricio Kartun
tuvo a cargo una clase maestra sobre la
necesidad de errar para la creación. Dicho evento convocó a muchos creadores en
un suceso, donde el tema principal pasaba por el “errar y corregir como una
inseparable dialéctica productiva”, en una clase titulada "Corregir creando,
crear corrigiendo. Un elogio del errar en la creación artística." Entre los
asistentes: estudiantes, jóvenes aspirantes a dramaturgos, actores
profesionales, dramaturgos peruanos, directores de teatro independiente y de texto. Toda
una variedad de personalidades del medio.
Para desarrollar el tema, el autor se vale
de algunas anclas que le permiten llevar la clase de una manera fluida pero
ordenada. El error, la corrección o decantación están entendidas en su función
dialéctica, en tanto una produce y necesita de la obra para crear.
La primera y eje motor de la clase fue:
El error:
El autor reflexiona sobre la carga
peyorativa que la sociedad impone al error. Hoy en día, en esta sociedad compulsiva de reproducción, es una revolución dar tiempo para errar. Ese es el continuo origen del arte de
lo nuevo. El artista no solo convierte la materia en poética; que invita hoy a
la pausa, al encuentro, etc.
Kartun señala que “hacer arte es estar contra
sistema. Los artistas establecemos un lugar en donde nos permitimos equivocar. Tiene
que ver con una manera de entender el trabajo artístico en su singularidad. La
acción de un artista es siempre contra sistema, la simple hipótesis de aceptar
en empezar una tarea pensando en que te va ir mal y lo vas a dejar; o que te va
ir mal y lo tienes que cambiar. Es simplemente impensable en cualquier otro
estamento del sistema. El artista trabaja instalando un sistema que es el trabajo
sobre el error. Entender que toda exigencia de acertar es solo posible en la
medida que se repite. Pero que toda posibilidad de hacer algo que no está
contemplado en leyes anteriores supone el paso por el error. Que en caso,
aquella posibilidad de pasar por el error no se compadece de la angustia que
recae en pensar que equivocarse está mal. A veces cuesta entenderlo.”
Sobre el termino ERROR, precisa que “el
origen de error es: errar, vagar; el trabajo del artista es andar, errar.
Cualquiera que quiera pensar debe caminar. Cuando nos centramos en aquel acto
narcisista de los límites de nuestro YO, no es un lugar para crear".
Señala también sobre el término de la
palabra ACERTAR, que “acertar viene de la
palabra cierto, es proveniente de la palabra cernir, decantar. Lo interesante
del cernidor es que si bien quedan divididos, una cosa de la otra, quedan las
dos. Está el error y el acierto sin comprender que una contiene a la otra.”
Según Kartun, uno de las primeras tareas
del artista es “familiarizarse con el error, para poder observar en el proceso
y seleccionar.”
Nos recuerda, también, que el gran aporte
del teatro es volvernos a encontrar sin mediaciones tecnológicas. Señala que “frente
a la hipótesis de la comunicación actual, el hombre sigue encontrándose bajo el
rito del contar alrededor del fuego. Hoy hemos empezado a vivir y recibir
relatos en soledad.”
Ante todo ello, la presencia del actor y
su trabajo es descrito como “milagroso” y continúa: “Ir a ver teatro es un acto de revalorar la memoria.” No sin dejar de contarnos, en medio de
anécdotas sobre su infancia y el colegio, aquel miedo fundado por la educación.
Y aquel rechazo con el que se nos conduce y perfila para temer a errar o perder
desde pequeños.
Errar es el primer punto en aquella
estructura que ordena esta clase. El
fracaso como detonante para crear. Kartun
nos cita a Heiner Müller: “El artista
solo hace cosas interesantes cuando hace lo que no sabe.” Aquel desequilibrio y conflicto, aquel
principio de incertidumbre que puede resultar angustiante, al final genera algo
nuevo.
El Corregir:
El segundo paso es CORREGIR, y este
implica pensar claramente aquel flujo creativo y decantar. Para ello nos cuenta
su técnica personal, para saber que decantar. Esta
pasa por reconocer aquel “fragmento virtuoso” o “material con aura”, como él lo
llama. De este modo lo lleva a descubrir que “todo aquello que queda fuera del
fragmento virtuoso es error.”
La creación está compuesta por dos
momentos o dualidades; que sin más, nos recuerdan al paradigma de los griegos que
señalaban lo dionisiaco y lo apolíneo. Uno como aquella festividad de la
embriagues o flujo de caos, y otro como aquel equilibrio en base al orden de
aquel caos donde se hallaba el conocimiento. Estos dos momentos, según Nietzsche, ya entonces los pensaba desde el arte. Aun cuando la perfección en este, es tan
compleja como el equilibrar un ser humano.
El flujo para Kartun está relacionado a la
fiesta, que es en sus palabras “uno de los lugares donde es posible colocarse
en modo sagrado. Modo entusiasmo. El festejo resulta el principio que denota sacralidad
y la creación de algo.” Aquel segundo momento es la corrección racional por la
que pasamos aquel flujo de creación desde el conocimiento.
Esta dualidad, es necesaria. Corregir
para Kartun no es más que “aceptar la hipótesis de ser dos.” El flujo que dota de lo sagrado y necesario
para la trascendencia y lo técnico y racional que aterriza y ordena. El
equilibrio solo es posible desde aquel desequilibrio, el caos en otros términos
es imprescindible para “crear” un “nuevo” orden.
Señala que el término equívoco viene de “dos
voces iguales o equivalentes. Continuamente los artistas estamos creando dos
voces iguales que hablan de algo diferente.”
A manera de ejemplo, nos comenta cómo la
sociedad ve frecuentemente en la figura del rey como de derecha, cuando el rey
pertenece a la utopía del sueño. Y aquella figura del corregidor existente en
aquellos tiempos, lo devolvía a la
realidad de sostenibilidad de aquellas locuras. En base al ejemplo, dice: “No existen buenos artistas que sean solo reyes, ni buenos artistas que solo sean
corregidores. En realidad de lo que se trata es de este encuentro dialéctico.” Para
Kartun, es aquel duplo que busca el espectador en el teatro.
Dice además, que “algunas artes no pueden
entenderse sino desde el Error.” En ejemplo, el pintar: es una rebelión contra aquella huella anterior. El pintar es
resultado de cada trazo anterior. “Cada trazo modifica el trazo anterior. El
trabajo de un artista plástico continuamente es avanzar sobre lo anterior. Cada
trazo puede ser pensado como un error corregido. No podríamos pensar un cuadro, sino como una sucesión
de errores corregidos a una velocidad asombrosa. Por lo tanto está creando
haciéndose cargo.” Citando a Picasso: “Un cuadro es una
sucesión de destrucción. Hacer algo implica romper.”
Con la mayor seguridad de errar, puedo
decir que ha sido una noche amena donde los asistentes nos hemos reído del
error. Entre historias, sabiduría y anécdotas teatrales hemos tomado conciencia
a la vez de la necesidad dialéctica de error y corrección necesaria para crear.
Kartun afirma a manera de reflexión, que “mi trabajo es escribir, no terminar obras.”
Frase que resulta cercana a cualquier artista escénico de hoy. Es desde el
proceso (de intento y fracaso) que observamos las otras posibilidades. Señala que “siempre
vas a escribir con palabras que ya escribiste o repetirás palabras que ya
utilizaste. Hay que bajar la convicción que escribir bien es utilizar los
términos correctos en la oportunidad”, pero para crear es necesario pararnos en
aquel desequilibrio, pararnos en aquella crisis y buscar de esta sostenibilidad
de la corrección. En aquel choque dialéctico surge la creación.
“Escribir teatro es producir una impresión imaginara, por medio de todos los sentidos, plasmada en el papel.”
Mauricio Kartun
Kiara Jossilú Castro Béjar
25 de abril del 2018