Los mares piden justicia
En primer lugar, debo resaltar la gran transformación del Teatro
Ensamble, ahora Quilla, pues ha virado claramente a ser un teatro con sello de
elegancia. Personalmente quedé sorprendido por la reinvención del local, donde
ahora te recibe una persona en la puerta con traje de etiqueta y el lugar
parece un hotel con estilo vintage. Estos
nuevos detalles son muy amigables, pues daba la impresión de que uno estaba
asistiendo a un evento importante, como una exposición de arte contemporáneo o
una recepción en una embajada. La espera para entrar a la función fue breve y
la asistencia del público abrumadora.
Al principio pensé que Cachorro
está pedido se trataba de una secuela ficticia del famoso libro de Mario
Vargas Llosa, Los cachorros (1967),
donde también se habla de violencia y vidas de escolares, pero en un ambiente
socioeconómico totalmente diferente. Ignoro si la dramaturga Gimena Vartu se
inspiró en esa obra peruana. Menciono este detalle, porque desde hace unas
semanas vengo preparando un montaje virtual sobre una obra de Gustavo Ott y con
mi compañera de trabajo siempre reflexionamos acerca de que la magia del teatro
es muy diferente a la narrativa. Muchas veces es necesario hasta leer en voz
alta dos o tres veces un libreto con otros compañeros para poder entender una
obra, como las de Ott, Brecht, Chéjov u otros. Vartu es una artista que tiene
libros de narración y poesía muy interesantes y es de felicitar que también
escriba teatro. De hecho, es su segunda obra, después de Plebeyo (2021) y ella fue ganadora del Premio Nacional de Nueva
Dramaturgia 2016.
Por otro lado, las actuaciones fueron estremecedoras. Lo más
resaltante de la noche es que los actores nunca paraban de generar emociones
propias de los ambientes de violencia de la historia. Creo que lo más
importante es que la obra nunca dejó de ser un drama, a pesar de algunas escenas
con actitudes y lenguaje lumpen que se prestaban para el humor, pero se notaba
que el elenco se esforzaba para que el público no olvidara que está viendo un
problema social muy presente. Felicitaciones a todos por esto.
La escena más potente y donde ninguno de los actores quedó
sin demostrar su presencia escénica fue durante el momento del tiroteo. Luis
Miguel Yovera y Alexandra Garcés se enfrentan a duelo con lenguaje lumpen y
desafiante, con el fin de eliminarse mutuamente por la revelación del crimen. Garcés
me hizo recordar al personaje de La Loca que representó muy bien Kelly Estrada
en el reestreno de Un misterio, una pasión
(2018). Esos minutos fueron tan fuertes y realistas que me dejó anonadado.
Aunque quien resaltó más fue Miguel Dávalos (Cachorro) como
el protagonista, debido a que su personaje pasa de ser un inocente y estudioso
niño víctima de su destino mortal a desafiar a sus enemigos sin miedo a la
muerte. Durante esta última escena fue muy realista la sensación de entereza de
carácter del personaje y su voz, con dicción clara en todo momento. Se notó un
trabajo profesional de parte de todos, aunque Dávalos destacó. Olga Acosta y Edwin
Chino Lam también brillaron en las escenas donde se revela la tragedia de Cachorro.
Adicionalmente, se puede mencionar que la utilería y la
escenografía fueron muy realistas. El detalle de poner al centro del escenario
un colgador de ropa donde se ponían una serie de elementos asociados a la
tragedia de Cachorro fue muy conmovedor. Como crítica negativa, indicaría lo
poco necesario del uso del cigarrillo real durante varias escenas, pudo haberse
resuelto de otra manera, para no incomodar a los espectadores en la primera
fila.
Finalmente, afirmo que Cachorro
está pedido, dirigido por Miguel Seminario, es un montaje que destaca por
ser realista y dejar una sensación emotiva muy fuerte en el público. Una
problemática social y una historia desgarradora abordada de una manera limpia,
clara e impactante. Las actuaciones generan una sensación de auxilio y logran
empatizar con el púbico. Felicitaciones a la dramaturga, pues aparte de
dedicarse a la narrativa y poesía, también lo hace en el teatro. No es muy
común el diálogo con esas otras expresiones artísticas en el medio.
Enrique Pacheco
28 de noviembre de 2022