A veces es necesario una pausa
Que la sociedad impone determinados patrones de conducta es
una verdad indiscutible. Especialmente en algunas como la nuestra, (todavía)
tan tradicional y conservadora, empeñada en privarnos de una necesaria
evolución. Es por ello que el estreno de una obra que explore con ironía dichos
“requerimientos” resulta valiosa y pertinente. La carrera, no es lo mismo respirar que vivir de la joven
dramaturga y actriz argentina Jowy Sztryk, bajo la dirección de Marco Huachaca,
constituye una sólida propuesta escénica para hacernos reflexionar acerca del
inútil desgaste al que nos vemos sometidos, por la absurda idea de “encajar”
correctamente dentro de la “normalidad” impuesta.
Se encienden las luces y los cuatro jóvenes actores protagonistas
se alistan en el escenario para interpretar sus respectivos personajes, quienes
no deben (ni pueden) rendirse durante la gran carrera de la vida, plagada de mil
y un obstáculos y sacrificios. Majo Calderón se encuentra en una búsqueda
desesperada de pareja, no importa a qué costo; André Moyo persigue un esquivo
ascenso laboral, aceptando además su orientación sexual; Mellanie Elguera no
acepta la responsabilidad de ser madre, enfrentándose a todos los que ejercen
presión; y el mismo Huachaca reniega de los que le critican por su falta de “actitud”.
Cada uno defiende muy bien su personaje, interpretando también otros para
apoyar en las escenas de sus compañeros.
Huachaca propone un montaje de ritmo veloz, muy acorde con
la acelerada vida que nos ha tocado experimentar, pero plagada de metas impuestas
por un sistema cada vez más arcaico. Aún pueden ajustarse ciertos detalles,
como por ejemplo, el control de la energía y la inclusión de facilismos y
excesos cómicos. La carrera, no es lo
mismo respirar que vivir, presentada por el colectivo Teatro en el Perú en
el Teatro Auditorio de Miraflores, es un sólido espectáculo con una duración
justa y que hace una oportuna llamada de atención hacia aquellos mandatos sociales
que se nos busca imponer. A menudo, es mejor dejar de correr y simplemente,
respirar y vivir.
Sergio Velarde
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