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martes, 1 de noviembre de 2022

Crítica: LA MALDICIÓN DE LA LÁMPARA


“Un mundo igual”

En estos últimos años ha surgido una controversia (justificada o no) acerca de la manera en la que deberían rehacerse algunos clásicos, por ejemplo, las películas animadas en versiones de carne y hueso. ¿Deben seguirse al pie de la letra los rasgos físicos de los personajes, muy reconocibles por varias generaciones? No necesariamente. ¿Pueden el Hada Azul o la Sirenita ser afrodescendientes? Por supuesto que sí. Porque nada es igual. Pero sin entrar en polémicas y valgan verdades, si los cambios realizados tienen una justificación razonable y además, sirven para encontrar nuevos matices y significados a la historia, pues entonces bienvenidos sean. Y justamente, nadie se rasgará las vestiduras de ver al Genio de Aladdin, en la interesante puesta musical La maldición de la lámpara, ser interpretado por una actriz.

Gerardo Fernández, adaptador, director y actor de la obra, arriesga al presentar la historia que todos conocemos haciéndole algunos cambios, que no solo son oportunos, sino que revitalizan la trama y hasta sorprenden a los espectadores. Uno de los aspectos más logrados son los paralelos con la coyuntura social actual y acaso de toda la vida, con Aladdin (Álvaro Pajares), convertido en un líder del pueblo que lucha contra la tiranía en su nación; el malvado Jafar (Fernández), mareado por el poder; el vanidoso Sultán (Jano Carper), que esconde un historial de abuso y violencia; y la princesa Jazmin (Pilar Rivera), menospreciada por su condición de mujer. Interesante además que la figura del Genio (Cynthia Bravo), a pesar de la maldición que viene sufriendo, luzca empoderada y femenina a la vez, sin importar el género.

El íntimo Teatro Esencia - Sala Ana Loli es el espacio justo para que Fernández ofrezca persecuciones por las calles, cavernas que se abren con sangre, intrigas palaciegas y disparos con armas de fuego, en medio de musicales con coreografías y voz en vivo con pistas grabadas. Muy buen trabajo vocal de todo el elenco, destacando la joven Rivera, toda una revelación. La maldición de la lámpara es una más que satisfactoria revisión de este clásico familiar, con un toque contemporáneo que no luce para nada forzado. Jazmin y Aladdin terminan la puesta cantando sobre la alfombra mágica “Un mundo igual”, con la esperanza de que nuestra sociedad sea más igualitaria y que acepte varios cambios estructurales, tan necesarios para nuestra sana evolución como humanidad.

Sergio Velarde

1º de noviembre de 2022

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