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domingo, 15 de marzo de 2020

Entrevista: ALEXIA DALMAU


“El teatro es una puerta que me deja ser libre”

Dra. Ana L. (2019), creación colectiva dirigida por Michael Joan, a través de La Fábrica de Creación, fue una de las comedias teatrales más divertidas y entretenidas del año pasado. Su protagonista, la joven intérprete Alexia Dalmau, quien le diera vida a esta sexóloga de curioso apellido (Lewankowski), ganó el premio del público como mejor actriz en la encuesta propuesta por Oficio Crítico. “Sí tengo familiares que son artistas,” confiesa. “Yo siempre quise estudiar actuación, pero me lo impidieron, querían que sea ingeniera industrial; sin embargo, se me volvió a prender el chip de estudiar actuación a mitad del ciclo y comencé a practicar; con el sueldo de mis prácticas, me pagaba las clases de actuación en Diez Talentos con Bruno Odar.” En su colegio, Alexia participaba en todas las obras posibles, como Peter Pan o La bella durmiente, además de integrar el coro estudiantil. “Siempre estaba metida en todo lo que estaba relacionado con el arte, siempre me encantó.”

Maestros y personajes

Joan fue el primer profesor de teatro de Alexia en su colegio, aunque por un breve tiempo, en el que llegó a estrenar Annie. “Yo era una de las huerfanitas; Michael siempre ha sido súper aplicado e inculcaba el teatro en los chicos, así como la puntualidad, la exigencia y la disciplina.” Alexia se reencontró con Joan en la temporada del verano pasado en Kontenedores, en la que participó en una pieza dirigida por Bruno Odar. “Bruno es mi maestro, nos enseñó siempre con la mejor disposición, y sobretodo con la verdad. Nos explicó desde un inicio que no iba a ser fácil, y si que realmente optábamos por esta profesión (porque no es un pasatiempo), debíamos de ser disciplinados y perseverantes; muchos se bajaron, pensaron que al terminar la escuela ya iban a ser una estrella de cine o tener fama, pero él nos puso los pies en la tierra.” Alexia perseveró y llegó a su muestra final: El untador de mantequilla, en la que actuaba al lado de Christian Suito. “Esa fue mi carta de presentación, era teatro del absurdo, fue una comedia increíble y esa fue la que presentamos en Kontenedores.”

“Las características que debe tener una buena actriz de teatro son puntualidad, disciplina y estar dispuesta al juego”, asegura Alexia. “Por otro lado, un buen director de teatro debe tener mucha inteligencia emocional, saber comunicarse con sus actores y actrices, y ser empático; además de saber bien cuál es el objetivo de la obra, para que así se pueda transmitir el mensaje correcto a los espectadores a través del performance de sus actores.” Uno de los últimos personajes de Alexia fue Elizabeth en la versión familiar de Frankenstein (2019), siempre bajo las órdenes de Odar. “Los personajes que me han tocado interpretar han sido súper diferentes y han partido de una construcción distinta; por ejemplo, en la construcción de la Dra. Ana L. partí desde cero, ya que ni siquiera sabíamos de qué trataría la obra.” La obra, como creación colectiva, partió de la improvisación. “En una de las improvisaciones, fui una gurú del sexo, a Michael le gustó, y se construyó la obra en base a eso.” Por el contrario, en Frankenstein el libreto ya estaba armado. “Fueron procesos diferentes, yo creo que cada personaje tiene un proceso de construcción único, donde exploras diferentes facetas. Puedes usar las mismas herramientas, pero el proceso va a ser diferente.”

Público y proyectos

No es un secreto que la comunidad teatral se encuentra actualmente en una lucha frontal para llenar de público las salas. Al respecto, Alexia tiene una opinión formada. “Soy ingeniera industrial, lo que se debe hacer es estudiar el mercado,” comenta. “He creado empresas ficticias para mis trabajos; entonces, lo que se debe hacer es un estudio exhaustivo a nuestro público objetivo, qué es lo que le gusta, qué le gustaría ver, e ir adecuándonos al público como un inicio, más que esperar que ellos se adapten a nosotros.” Una vez creada esta alianza entre teatro y el público, recién se puede seleccionar el tema o la obra más apropiada para el público objetivo. “Sabemos que el peruano no suelta fácilmente la plata, así que debemos hacer algo atractivo como un enganche, por ejemplo, con la compra de tu entrada, recibe un descuento en otra obra; debemos aliarnos.” Para Alexia, este es un proceso que no será de la noche a la mañana. “Lo que falta es educación; estuve en Europa, el teatro ahí está en todas las esquinas y la gente paga, sí hay una cultura del teatro.”

Actualmente, Alexia se encuentra preparando un proyecto con Luis José Ocampo y Miguel Seminario para microteatro. “Además, estoy en la administración del taller de actuación de Luis José en el Mocha Graña; creo que mucha gente quiere estudiar actuación y el mayor problema es el económico,” sostiene. “El taller será a bajo costo, para que estos chicos puedan ir por primera vez y tener un primer acercamiento al teatro y ya más adelante, puedan surgir solos, como lo han hecho varios; le enseñaremos al alumno que si quiere lograr algo, pues tiene que ser disciplinado y no rendirse.”

El teatro es ya una parte fundamental dentro de la vida de Alexia. “Más allá de la definición que sale en los diccionarios, para mí el teatro es una puerta que me deja ser libre; es hermoso, puedes expresarte de mil y una maneras en diferentes personajes.” A través de las artes escénicas, Alexia puede comunicar diferentes mensajes y llegar a muchas personas. “A mí me ha pasado, que siendo espectador he hecho catarsis con lo que veo; ya sea una obra de teatro, película, novela, serie, me siento identificada y me hace reflexionar; para mí, la actuación es una liberación y una forma de comunicar e influir en personas de manera positiva,” concluye.

Sergio Velarde
15 de marzo de 2020

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