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lunes, 16 de marzo de 2020

Entrevista: ROCÍO LIMO


“Un director de teatro debe saber traducir sus deseos en palabras”

Nuestra gran aventura en las ciencias (2019) fue uno de los montajes de teatro para niños más innovadores y destacados del año pasado. Su joven directora, Rocío Limo, fue recompensada con el premio del Jurado de Oficio Crítico como el mejor trabajo de dirección en dicha categoría. “Desde muy pequeña tuve curiosidad por actuar, por repetir los textos de los personajes de las novelas y juegos así…,” reconoce. “No vengo de una familia de teatreros; sin embargo, crecí con una jauría de primos, tuve una infancia con mucho juego libre. Con mis primos nos juntábamos en la casa de mi tía, una casa grande y con poca supervisión de los adultxs, hizo por un lado muy divertida, y por otro, particular nuestra infancia. Quizá por eso todos se dedican de alguna manera al arte.” Rocío estudió Periodismo y además, tuvo interés por el teatro, de hecho quería hacer crítica teatral en un momento de su carrera. “Luego, en algún punto, decido dejar el periodismo y dedicarme al teatro, dejé la carrera a la mitad y me fui a estudiar a la Ensad; tampoco terminé, pero a partir de ahí he seguido mi vida en el teatro.” Y su esfuerzo a lo largo de los años ha sido recompensado con varias distinciones, como la Beca "Dinamo 6" (Iberescena), la Beca del Programa Internacional de Dramaturgia de The Royal Court Theather de Londres, la Residencia Punto de Encuentro del Teatro la Plaza de Lima, la Beca Cannes Cinéphiles Découvertes en Francia y la Residencia Procreació del Centre San Marti de Barcelona.

Primeras experiencias

Como la mayoría de teatristas, Rocío participó activamente en las actuaciones de su colegio. “Creo que había un interés exhibicionista desde pequeña (ríe).” Ella recuerda a su profesor de teatro, Carlos Salazar, quien la ayudó mucho y también al poeta y crítico de teatro Rubén Quiroz, que le enseñó teatro en un taller del colegio de una de sus amigas e incluso ganó los Juegos Florales en colegio ajeno. “Mientras que pareciera un hobby no le interesaba mucho el asunto mi familia,” menciona Rocío. “Pero cuando decidí dejar la universidad (de Periodismo) para dedicarme profesionalmente al teatro, sí hubo un pequeño tema.” Además, confiesa que ya había tomado la decisión un año antes, así que no había mucho que hacer. “Me había ido a trabajar a Chicago para pagar la universidad, en ese punto sabía que quería hacer teatro. Así que decidí cambiarme a la ENSAD que era algo que yo podía sostener sin apoyo económico. Mi mamá finalmente lo entendió. Hoy para mi familia es claro que esta es mi profesión, y lo respetan, apoyan y valoran.”

Ya en la Ensad, Rocío recuerda con mucho cariño al maestro Ernesto Ráez. “Es un profesor que ama al teatro, realmente es un apasionado por los artistas escénicas, por la investigación, por la dramaturgia,” afirma. “Le enseñaba textos míos y él estaba muy receptivo a leerlos, comentarlos y alentarme.” En la Escuela, Rocío actuó en muestras internas, una de ellas fue Pareja abierta de Darío Fó, en la que actuó con Tirso Causillas y dirigió Angiel Castre. “Fue la última obra que hice en la Ensad, estaba embarazada en ese momento, por eso tuve que dejar la Escuela un tiempo.” Luego estaría en el entonces Conservatorio de Leonardo Torres Vilar, en donde estudió dos años. “Fue un espacio de formación muy importante para mi, Leonardo es un gran profesor, con una gran capacidad para verbalizar conceptos complejos de la actuación y transmitirlos. Yo aprendí mucho con él y  le tengo mucho cariño y respeto siempre." Posteriormente estudió Dramaturgia y luego partiría a Barcelona. “Llevé Dramaturgia en Aranwa, me enseñó Celeste (Viale) y Mateo (Chiarella), aprendí un montón, son personas de teatro de toda la vida, con un amor por el teatro, con una dedicación haciendo su propio teatro, les tengo mucha admiración.”

Teatro profesional

La cocina (2012), obra escrita por Arnold Wesker, dirigida y adaptada por Gisela Cárdenas, fue la primera obra profesional en la que participó Rocío como actriz, mientras estudiaba con Torres Vilar. Sin embargo, sus intereses la llevaron a trabajar en sus propios proyectos además, como directora y dramaturga. “Justamente, la primera obra que escribí se llamó Incendio, una obra corta, que también me encargué de dirigirla, aunque fue algo muy intuitivo.” Esta puesta fue presentada en el restaurante Patagonia, de propiedad de Grapa Paola, actriz compañera de Rocío en La cocina. “Ella fue súper generosa, no solo de leerla, sino de invitarme a su pequeño e íntimo espacio; comenzamos a ensayarla con unos amigos, a jugarla, un poco para ver cómo es y tuve fortuna, ya que los amigos y amigas con los que trabajé tenían ganas de hacer ese experimento y probar cosas.”

Sin embargo, la primera obra dirigida formalmente por Rocío fue Nuestra gran aventura en las ciencias, que contó con las actuaciones de Vera Castaño, Carlos Victoria, Yamile Caparó, Verony Centeno y Daniel Cano. “Este es un proyecto financiado por el Ministerio de Producción y producido por la Oficina de Innovación de PUCP, a mí me convocan a dirigir el lado artístico. Estoy profundamente agradecida a Verónica Montoya, Fiorella Espinoza y Kariña Bañon, principales gestoras del proyecto, con quienes trabajé dos años la investigación y gestión de esta obra. Además de las entrevistas a científicas, hicimos un concurso de dramaturgia femenina, en donde conocimos a Paola Vicente, la dramaturga de la obra”. Para realizar la puesta, se realizó una exhaustiva investigación, en la que se entrevistó a doce científicas para conocer sus experiencias, que luego serían trasladadas a la escena. “Si bien la dirección es nueva para mí, estoy disfrutando y me está trayendo muchas satisfacciones.” Rocío dirigió también dos interesantes montajes: Hice una obra sobre ti y al fin viniste a verla, y Pacamambo de Wajdi Mouawad, al lado de Vera Castaño.

Rocío estudió teatro en la Escola Superior d’Art Dramàtic de Barcelona (EOLIA) y con Jorge Eines en Madrid. “Considero que una buena actriz de teatro debe poder trabajar en el presente, saber escuchar y escucharse, tomar riesgos y por, sobre todo, ser una buena compañera de escena,” afirma Rocío. “Una buena directora de teatro debe saber traducir sus deseos en palabras, para que los actores y las actrices puedan entender lo que se quiere y puedan ejecutarlo; además de pensar el cuadro, la pintura grande.” Además, asegura que un director teatral debe saber a dónde quiere llegar y tiene que escuchar lo que está pasando en escena, lo que le está pasando los actores, lo que están proponiendo y en qué momento intervenir para saber por dónde llevarlos. “Creo que, en general, en teatro uno tiene que estar siempre presente, en la actuación y en la dirección; es en vivo, es un arte del aquí y el ahora; y ser actriz me ayuda como directora, porque entiendo lo vulnerable que uno puede estar en escena.”

Precisamente, la vulnerabilidad del actor o actriz puede verse dañada por un trabajo de dirección que busque la incomodidad como estrategia para obtener alguna emoción requerida. “Nadie, en ningún trabajo o ambiente laboral tiene derecho a incomodar a nadie”, sentencia Rocío. “Eso tiene que cambiar, no podemos ser tibios con el maltrato, que además esconde machismo, clase y lo peor de nosotros. Debemos desterrarlo del teatro, no hay nada que justifique la violencia en ninguna circunstancia. El teatro es creación.”

Dramaturgia, cine y proyectos

Como dramaturga, Rocío ha escrito las piezas El Canto del Monstruo, Casa de Naipes (publicada en la revista Muestra), Todas las gallinas vuelan (Beca Dinamos 6) y Comer manzanas, esta última con presentaciones en varios festivales y espacios teatrales dentro y fuera del país. “Si alguien quiere hacer alguna de mis obras, yo me sentiría halagada y agradecida,” confiesa Rocío. “Yo disfruto que el texto pueda transformarse, pero claro, es diferente cuando tú no estás involucrada en el en el proceso, porque en todas mis obras escritas, yo he estado involucrada en algún punto.” Y si de alguna manera, ella ha podido cuidar sus textos, sí cree que cuando uno escribe una obra es porque tiene algo que contar y si ve que se está transformando lo que quiere contar, entonces ya no es correcto. “Sí me daría curiosidad ver el montaje de mi obra antes del estreno; además, creo que cuando uno escribe, le dedica una cantidad de horas no solo al acto de sentarse a escribir, sino de pensar una obra, un diálogo, una estrategia de los personajes para conseguir lo que quieren, un universo. Tenemos que respetar a los dramaturgxs.”

Con un Máster en Guion por la Escola Internacional de Cinema de Barcelona (ECIB), Rocío también intervino en varios proyectos audiovisuales, como Errante Aberrante (2011) y Objetos (2014), ambas del director Rafael Arévalo en nuestro país; y en La casa del escritor, cortometraje que participara en el Festival de Cine de Girona. “Fue acerca de la vida de Roberto Bolaño (escritor y poeta chileno), a través de la historia de una chica que buscaba la casa de Bolaño en una ciudad de Cataluña; escribí el guion y la hice con un compañero como un documental ficción; fue divertido, porque luego lo pasaron aquí por Cortos ITP y tuvo su camino.” Consultada sobre el panorama actual del cine peruano, Rocío manifiesta que puede pecar de ignorante, ya que no conoce el medio tan profundamente. “Pero me da la sensación, y sé que hay un montón de cosas por hacer, que la gente de cine viene chambeando a nivel de búsqueda de derechos y reconocimientos por el Estado de hace mucho tiempo y que está empezando a tener ciertas cosas que merecen, pero definitivamente creo que nos falta mucho en general en la cultura de nuestro país.”

Rocío anuncia para este 2020 una nueva temporada de Nuestra gran aventura en las ciencias en la Biblioteca Nacional y funciones gratuitas en el Centro Cultural de España con Hice una obra sobre ti y al fin viniste a verla. “Empezamos a ensayar un proyecto teatral que estrenaremos en el festival Sótano 2 en el Teatro del Centro Cultural de la Universidad Pacífico; y estoy escribiendo una obra de teatro familiar que estrenaremos en la Universidad de Lima a fin de año."

¿Qué obras le gustaría a Rocío actuar o dirigir? “Me encantaría interpretar cualquier personaje en una obra escrita por Wajdi Mouawad,” admite.  Y por supuesto, le encantaría encargarse de la dirección de sus propias obras. "Me gustaría dirigir la obra que estoy escribiendo dentro del Programa del Royal Court Theater, aunque me gustaría terminar el tercer borrador primero, ese es mi deseo,” finaliza.

Sergio Velarde
15 de marzo de 2020

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