Fernando Castro es uno de los directores jóvenes más interesantes
en la actualidad. Su idea del Teatro Físico es el de recuperar el cuerpo como
un canal de comunicación más emocional antes que intelectual, como un canal
universal. Así, llegaron al escenario un puñado de temporadas en las que los
cuerpos fueron sus absolutos protagonistas, en medio de historias con temáticas
profundamente sociales como, por ejemplo, la fundamental Los regalos (2015),
con una cautivadora experiencia sensorial entre un padre y sus dos hijos
varones; Tu voz persiste (2016), con emotivos recuerdos familiares y amorosos
entre cuatro desconocidos en una peña criolla abandonada; Deshuesadero (2016),
con la historia de un hombre incapaz de adaptarse a la sociedad; y Perra (2018),
con las duras batallas que deben enfrentar las mujeres en nuestros tiempos. En
esa misma línea llegó el mes pasado la creación colectiva Cómo criar
dinosaurios rojos en el Auditorio AFP Integra – Mali, con la dirección de
Castro, en conjunto con la de otra joven promesa, Sammy Zamalloa, adaptador y director
de Los inocentes (2018), y con las sentidas actuaciones de Nani Pease y Tirso
Causillas.
Como no podía ser de otro modo, la puesta en escena tuvo una
fuerte carga política y social, con los cuerpos, voces y almas de Pease y
Causillas siendo utilizados para plasmar su honestísima y particular visión
como herederos de representantes de la izquierda, tan castigada últimamente por
algunos bochornosos hechos de coyuntura. Dividida en secuencias bien definidas
y ejecutadas sin tacha, somos recibidos por la pareja de actores (dentro y
fuera de las tablas), que a la manera de stand-up comedy nos presenta su
proceso escénico y los objetivos que se plantearon en un inicio. Luego vendrían
la secuencia del casting, en la que versiones jóvenes y atolondradas de los
actores deben demostrar sus dotes escénicas en distintas pruebas, bien
resueltas con sus mismas voces en off en vivo; y una atípica comedia de
situaciones, con todo y risas grabadas, en la que destacaba la enorme foto de
Velasco al fondo, en medio de divertidos enredos con estereotipados personajes interpretados
por ambos actores.
La cuota seria y emocional llegó hacia el final con la parte
testimonial: Pease y Causillas comparten con el público sus propios recuerdos,
aquellos que los marcaron como jóvenes y que ahora deben enfrentar,
especialmente como los responsables de la vida de su pequeño hijo, quien los acompañó
al caer el telón. Particularmente emocionantes, las fotos y anécdotas del padre
de Nani, el destacado político y sociólogo de Izquierda Unida, Henry Pease. En
un mundo en el que la corrupción se hace evidente cada día que pasa, mientras
los sueños y esperanzas del real cambio se convierten en tristes utopías, la
puesta codirigida por Castro resulta valiente, pertinente y sobre todo,
aleccionadora sobre aquellas herencias que deseamos dejarles a las nuevas
generaciones. Cómo criar dinosaurios rojos fue una cuestionadora y conmovedora
mirada interior que comparten dos seres humanos de izquierda, que decidieron revelarnos
aspectos fundamentales de sus vidas en un entretenido y emotivo espectáculo
teatral.
Sergio Velarde
25 de octubre de 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario