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miércoles, 28 de enero de 2015

Entrevista: TIRSO CAUSILLAS

“Actuando aprendí a escribir”

Uno de los artífices de la contundente carta  de repudio frente al atropello por parte del Estado a la obra La cautiva fue Tirso Causillas, ganador del premio de El Oficio Crítico como mejor actor de comedia por Las crías tienen hambre. “Para empezar, yo creo que el arte y el teatro deben servirnos para poder entender dónde estamos parados como individuos, como comunidad, como país”, reflexiona Tirso. “Se estrena este proyecto en La Plaza; documentado, responsable, cuidadoso, con asesoría, que se convierte en una obra de arte potente, para que después aparezca esta noticia (la obra fue tildada de ser apología al terrorismo), me parece absurdo, indignante y peligroso, especialmente para los que alguna vez queramos hablar sobre ese tema.” Tirso no puede afirmar si todo este episodio fue o no una cortina de humo, pero sí indica que éstas “no aparecen por combustión espontánea, para generarlas están atacando un montaje teatral. Que un hecho sirva para distraer la atención de otro, no hace que el primero sea inexistente.”

Tirso inició su pasión por las artes escénicas desde el colegio Héctor de Cárdenas en Jesús María. “Tuve de profesor de teatro a Rafael Blossiers, de la ENSAD, él tenía un sistema pedagógico bastante libre, con  ciertas condiciones pero que priorizaba la búsqueda personal de alumno.” Tirso comenta que fue en su último año en el colegio, cuando se formó el grupo de teatro escolar. “Hicimos dos obras: El vigía y una creación colectiva sobre varios poemas. Al salir del colegio, pensé en estudiar literatura, pero el tiempo se encargó de mostrarme que por ahí no iba la cosa e inicié mi formación en la ENSAD. Finalmente regresé a mi colegio, esta vez como profesor del curso de teatro”.

Actuación, dirección y dramaturgia

“Un buen actor de teatro debe estar en pugna entre la carga de honestidad en su accionar con la técnica”, refiere Tirso. “Mucho corazón en pugna con ciertos límites, generan esta fricción que hace que sucedan cosas maravillosas.” Sobre el talento, menciona que se genera de maneras diversas, con las lecturas de chico y las de ahora, con películas, con la gente y especialmente, en la cancha. Por otro lado, un director de teatro “debe ser capaz de valorar a sus actores como la prioridad del montaje, de desear que hagan la mejor chamba posible por ellos y por la obra; un buen director debe hacer que los actores hagan lo que tienen que hacer y sorprenderse a sí mismos.” Tirso cita al teórico teatral Jorge Eines, que afirma que un director interesante es aquel que trabaja un montón, pero que en la cancha no le sirve. “Pienso que las respuestas las generan los mismos actores, yo creo en el trabajo que busca revelar parte del inconsciente. Improvisando, por ejemplo, se descubren muchas cosas y a veces los mejores momentos de una obra.”

Tirso, además de ser actor y director, fue uno de los seleccionados del programa Sala de Parto 2014 por la obra Financiamiento desaprobado. ¿Cómo se considera: actor, director o dramaturgo? “Me gusta hacer de todo, como actor las cosas que más me comprometen emocionalmente se encuentran después del estreno, y cuando dirijo es al revés; es una cosa extraña. Y escribir es algo que hago en mi casa. La verdad no tengo idea de qué responder a esa pregunta.” Como dramaturgo, Tirso menciona como gran profesor a Ernesto Ráez, que dictó un curso extracurricular en la ENSAD durante seis meses. “Él es una enciclopedia andante, es una persona muy humana y abierta, tiende a llevarte a la búsqueda, a la pregunta más que la respuesta. Además, actuando aprendí a escribir un montón, creo que mi fuerte es el dialogo, pero el momento de estructurar es más racional y más difícil para mí. Mientras que dialogar es como improvisar, generar una estructura que guarde relación con, digamos, la esencia del texto es, para mí, la parte realmente complejo del asunto.”

Talleres, obras y proyectos

El Oficio Crítico se fijó por primera vez en Tirso, cuando éste fue parte del Taller de Teatro de Ópalo, interviniendo en La niña fría en la Asociación de Artistas Aficionados, bajo la dirección de Jorge Villanueva. “Hay profesores que no te ven de verdad o que creen que marcando distancia con el alumno generan un crecimiento profesional. Al contrario, Jorge se preocupa por ti, es muy humano y técnico a la vez”, afirma. Además, resalta el método de trabajo del director de Ópalo. “Busca generar la confianza en equipo, que sus grupos estén integrados; realiza ejercicios tanto emocionales como físicos para abordar estas obras alemanas contemporáneas, que son textos duros, intensos; vamos todos juntos agarrados de la mano para  ver de frente al horror.”

Después de su experiencia con Ópalo, Tirso participó en uno de los mejores montajes del año pasado: Las crías tienen hambre. Sobre su autor y director Jano Clavier, opina que “él no deja de sorprenderme. En Las crías tienen hambre, los tres tuvimos un proceso afortunado, cada viernes nos reuníamos para tomar vino y discutíamos sobre el texto; la obra iba creciendo, Jano es el autor de la obra, pero las canteras fueron sus conversaciones con nosotros.” Los ensayos duraron mes y medio y hasta el día del estreno Tirso no sintió ningún bache. “Es que la obra nos encantaba.”

Un gran soporte para la actuación de Tirso fue su compañera en escena (y en la vida real) Nani Pease, quien también lo acompañó en los talleres de Ópalo. “Nani es maravillosa”, afirma. “En Las crías tienen hambre sentía que tenía una compañera que estaba tan enfocada en mí, que no estaba solo nunca. Digo esto porque a veces cuando actúas es fácil sentirte solo, con toda la gente mirándote con una secuencia ya impuesta; pero la química era tanta que estábamos sosteniendo esta cosa juntos.” Para Tirso, hay actores que trabajan más para los que están afuera, o para la obra, o para su personaje; en Las crías tienen  hambre "éramos dos actores que trabajábamos el uno por el otro.”

Tirso demostrará este año nuevamente sus dotes como actor, director y dramaturgo. “En mayo en el Teatro Mocha Graña, Nani dirigirá una obra mía llamada Como castigo por mis pecados; en agosto dirigiré a Nani y a Gabriel Gonzáles en Málaga de Lukas Bärfuss; y en noviembre es casi seguro que Jano dirigirá la obra con la que gané Sala de Parto, Financiamiento desaprobado. Realmente estoy muy contento por este 2015”, concluye.

Sergio Velarde
28 de enero de 2015

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