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miércoles, 12 de marzo de 2014

Crítica: EL CAMINO A LA MECA

Pieza de lujo en cartelera independiente

Así como el Teatro Británico inició su temporada 2014 con la apreciable Frankie y Johnny en el Claro de Luna, el Centro Cultural El Olivar deja la valla demasiado alta con el estreno de El camino a La Meca, notable pieza del dramaturgo sudafricano Athol Fugard. Dirigida con precisión y cuidado por Mikhail Page, la puesta en escena comienza con un video de La Casa del Búho, un museo ubicado en Nieu-Bethesda en Sudáfrica, lleno de esculturas de cemento, vidrio y alambre hechas por la solitaria viuda Helen Martins (Niemands en el montaje). Lo que parecieran ser simples y variadas figuras, todas ellas apuntando al Oriente (a la Meca), cobrarán posteriormente vital importancia dentro de la historia, convirtiéndose en un clarísimo canto al arte y a la libertad que se logra a través de él.

Ambientada en 1974 en pleno Apartheid, Helen (Milena Alva) se aísla de la estricta sociedad que la rodea para dedicarse a su  obra escultórica, abandonando a su iglesia, pero también creando un latente peligro, pues sus facultades físicas y mentales poco a poco van deteriorándose debido a su avanzada edad. Un amago de incendio provoca la visita del pastor Marius (Alfonso Santistevan), que busca internarla con su consentimiento en un asilo de ancianos, pero la sorpresiva llegada de la maestra Elsa (Michella Chale), amiga y confidente de Helen, podría hacerla cambiar de parecer. Los casi 120 minutos de espectáculo, en dos actos sin intermedio dentro de un mismo espacio, no se sienten, pues los diálogos son interpretados con espontaneidad y convicción por el destacado elenco.

Alva y Santistevan están extraordinarios en sus papeles, manejando muy bien sus emociones y aprovechando los silencios para generar suspenso. Pero es Chale quien sorprende con una sobresaliente actuación, confrontando a Helen sobre las retrógradas prácticas discriminatorias en su localidad, para luego revelar su propio drama personal. Athol Fugard, considerado como el dramaturgo-activista más grande de habla inglesa del mundo actual según la revista Time, logra un contundente llamado de atención a la política opresora y clasista, así como un logradísimo poema hacia las artes, como único camino hacia la libertad espiritual. El camino a La Meca, llevada a escena por Bunbury Teatro, es una pieza de lujo en nuestra cartelera independiente. Imposible perdérsela.

Sergio Velarde
12 de marzo de 2014

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