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lunes, 10 de marzo de 2014

Crítica: ¡BANG, BANG, ESTÁS MUERTO!

Correcto ejercicio teatral contra la violencia

De William Mastrosimone, dramaturgo norteamericano, vimos en el 2007 Extremos, una sórdida lucha psicológica entre una mujer y su posible agresor sexual. El autor, en 1999, y luego de tres masacres ocurridas en su país, en las que jóvenes inocentes fueron asesinados por sus propios compañeros dentro de sus escuelas, decide escribir una obra liberada de derecho de autor, que invite a la reflexión sobre la creciente y absurda violencia en su nación. ¡Bang, bang, estás muerto!, que vuelve a escena gracias a la agrupación El Baúl de Esmeralda, es entonces un ejercicio escénico para seis actores, que recrea el acoso de las jóvenes víctimas a su agresor dentro de la cárcel, luego de haber perpetrado el horrendo crimen.

Conocido el origen de la pieza, ¡Bang, bang, estás muerto! explora las motivaciones que impulsaron al joven asesino Josh a cometer sus crímenes dentro de su centro de estudios. Los fantasmas de sus víctimas, todos vestidos de blanco, le increpan constantemente a Josh en busca de una respuesta convincente. Reacio a contestar, el asesino es confrontado con su pasado, en donde encontramos maltratos físicos y psicológicos de sus compañeros (el cada vez más manoseado tema del “bullying”), así como una falta de comunicación con sus padres. El uso de armas permitido en ese país también es puesto en tela de juicio. Escénicamente el ejercicio funciona de manera fluida y correcta, y el color rojo aparece no solo en la camisa de Josh, sino también en los varios  elementos que utilizan los actores para personificar al resto de personajes.

La obra en sí no ofrece respuestas, pero pone sobre el tapete un espinoso tema, que Mastrosimone pretende dar a conocer a nivel mundial, en búsqueda de soluciones y oportunas reflexiones sobre su propia sociedad. Esta nueva versión de ¡Bang, bang, estás muerto!, estrenada en la AAA, está impecablemente dirigida por Henry Sotomayor (de quien vimos el año pasado la apreciable Árido) y actuada por un talentoso grupo de jóvenes, entre quienes se encuentran Jorge Bazalar (de Sueño de una noche de verano) en el papel principal, bien secundado por Sergio Cano (de Bolognesi en Arica) y Aura Guío (de El cíclope), además de Noelia Mejía, Mónica Figueroa y Giancarlo Pinedo (todos de La casa de los siete balcones, anterior montaje del grupo). El Baúl de Esmeralda, ya con dos obras profesionales en su repertorio, apuesta por presentar espectáculos de calidad, que no solo se limitan a entretener, sino que le aporta al público un mensaje que invite a la reflexión. Recomendable.

Sergio Velarde
10 de marzo de 2014

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