Correcto ejercicio teatral contra la
violencia
De William Mastrosimone, dramaturgo norteamericano, vimos en el 2007
Extremos, una sórdida lucha psicológica entre una mujer y su posible agresor
sexual. El autor, en 1999, y luego de tres masacres ocurridas en su país, en
las que jóvenes inocentes fueron asesinados por sus propios compañeros dentro
de sus escuelas, decide escribir una obra liberada de derecho de autor, que
invite a la reflexión sobre la creciente y absurda violencia en su nación.
¡Bang, bang, estás muerto!, que vuelve a escena gracias a la agrupación El Baúl de Esmeralda, es entonces un ejercicio escénico para seis actores,
que recrea el acoso de las jóvenes víctimas a su agresor dentro de la cárcel,
luego de haber perpetrado el horrendo crimen.
Conocido el origen de la pieza, ¡Bang, bang, estás muerto! explora las
motivaciones que impulsaron al joven asesino Josh a cometer sus crímenes dentro
de su centro de estudios. Los fantasmas de sus víctimas, todos vestidos de
blanco, le increpan constantemente a Josh en busca de una respuesta convincente. Reacio
a contestar, el asesino es confrontado con su pasado, en donde encontramos
maltratos físicos y psicológicos de sus compañeros (el cada vez más manoseado
tema del “bullying”), así como una falta de comunicación con sus padres. El uso
de armas permitido en ese país también es puesto en tela de juicio. Escénicamente
el ejercicio funciona de manera fluida y correcta, y el color rojo aparece no
solo en la camisa de Josh, sino también en los varios elementos que utilizan los actores para
personificar al resto de personajes.
La obra en sí no ofrece respuestas, pero pone sobre el tapete un
espinoso tema, que Mastrosimone pretende dar a conocer a nivel mundial, en búsqueda
de soluciones y oportunas reflexiones sobre su propia sociedad. Esta nueva
versión de ¡Bang, bang, estás muerto!, estrenada en la AAA, está impecablemente
dirigida por Henry Sotomayor (de quien vimos el año pasado la apreciable Árido)
y actuada por un talentoso grupo de jóvenes, entre quienes se encuentran Jorge
Bazalar (de Sueño de una noche de verano) en el papel principal, bien secundado por Sergio Cano (de Bolognesi en Arica) y Aura Guío (de
El cíclope), además de Noelia Mejía, Mónica Figueroa y Giancarlo Pinedo (todos de La casa de los siete balcones, anterior montaje del grupo). El Baúl de Esmeralda, ya con
dos obras profesionales en su repertorio, apuesta por presentar espectáculos de
calidad, que no solo se limitan a entretener, sino que le aporta al público un
mensaje que invite a la reflexión. Recomendable.
Sergio Velarde
10 de marzo de 2014
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