El mundo interno de Bruno: una nueva propuesta de teatro familiar
El Nuevo Teatro Julieta
fue el espacio de representación de La
historia de Bruno (y la temible sombra que lo perseguía), obra de teatro
para toda la familia, escrita y dirigida por Ivi Cordero. En fechas cercanas a
la Navidad, Bruno se dispone a buscar a su padre, quien ha desaparecido. De pronto, se encuentra con la temible sombre, la cual lo persigue y
lo obliga a rebuscar entre sus miedos más profundos. El elenco estuvo
conformado por Diego Salinas, Fiorella Díaz y Jorge Black.
Bruno (Salinas) es un
niño que atraviesa cambios trascendentales, los cuales no termina de entender. De pronto, su padre desaparece, y ve a su madre con emociones
encontradas. Problemas económicos
llegan, el tiempo pasa, la Navidad está cerca. La
temible sombra, construida por todas las emociones encontradas de Bruno,
empieza siendo un ser imponente, desconocido y escalofriante. Cordero utiliza esta figura para personificar el
vaivén de emociones que un niño puede sentir ante situaciones tan radicalmente
distintas, como lo puede ser la separación de sus padres. ¿Qué herramientas tiene un niño para lidiar con el hecho de no ver a
alguno de sus padres? En esta
historia, el mejor amigo de Bruno (Black) es el gran cómplice de aventuras y
confidente del protagonista. Juntos, logran
personificar cómo la imaginación y su visión noble de la realidad recrea
situaciones llenas de ingenio.
Esta propuesta destaca entre las opciones
de teatro familiar debido a la profundidad del contenido, albergado con
elementos lúdicos entendibles por público de todas las edades. La
caracterización de los personajes constituyó un punto de atención clave para
los más pequeños, debido a los colores, las formas y el maquillaje utilizado
por los actores. Dichos elementos eran parte de una estética de misterio, lo
cual generaba expectativa en el espectador. Se usaron estructuras de tela blanca en el escenario, lo cual permitió la
creación de planos escenográficos que iban cambiando de acuerdo a las
necesidades de la historia. Todo ello fue el
complemento a la construcción de personajes de alta calidad que el elenco
manejó durante la representación. Destaco
la participación de Díaz, quien personificaba a la madre de Bruno y a la
maestra; ambos personajes, totalmente opuestos, estuvieron representados de
manera impecable.
La historia de Bruno logra visibilizar y
normalizar el vaivén de emociones que un niño puede estar sintiendo ante
episodios trascendentales. Es conmovedor ver cómo la amistad toma un lugar
importante para superar aquellos momentos complicados. Destaco especialmente la
visión de Cordero al mostrar una historia desde la perspectiva de un niño. Esto
incluye el mundo interno de Bruno y su mejor amigo, quienes visualizan cada
aventura con mucha imaginación y autenticidad. Este montaje, en conclusión,
constituye un producto escénico vigente y de alto valor apto para toda la
familia.
Stefany Olivos
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