Una tormenta unificadora
El grupo Hamuy Teatro
puso en escena el espectáculo Tormenta:
Historias de apropiación, esta vez en el teatro de La Vaca Multicolor, bajo
la dirección de Cynthia Dávila Velarde. Se nos cuenta tres historias, ubicadas
en tres épocas distintas. La propuesta invita a ver y escuchar a los personajes
de dichos relatos, los cuales aparentemente no tienen una voz o posición fuerte
que manifestar. Esta es una versión colectiva que toma como punto de partida
tres textos clásicos: La tempestad de
William Shakespeare, Antígona de
Sófocles y Los tres chanchitos de
Joseph Jacobs.
La representación propone
a los actores accionando en escena desde que el público va ingresando al el
espacio, lo cual va dando indicios de una atmósfera cuestionadora propia de la
obra. Cada historia inicia con el sonido de una tormenta, concepto que conduce
el desarrollo de las tres adaptaciones. La primera historia es basada en La tempestad. Los personajes que vemos
en escena son Próspero, duque de Milán; su hija Miranda; y Ariel, un espíritu
del aire. Ubicados en una isla desierta, Miranda parece cuestionar con ímpetu
las decisiones restrictivas de su padre en cuanto al aprendizaje de magia. Se
puede evidenciar cómo el duque hace lo posible por controlar tanto a Ariel como
a Miranda bajo su poder. Son interesantes las escenas en las que cada personaje
muestra su punto de vista y las contradicciones propias de los personajes.
Definitivamente, el ponerla como primera historia fue una buena decisión; sin
embargo, la caracterización sí pudo ser mejor: el personaje de Miranda, a pesar
de ser la hija de un duque, no utilizó un vestuario o peinado que aportara a
redondear el personaje visualmente. El cabello estaba particularmente
descuidado, lo cual hacía que el aspecto de Miranda no encajara con lo que ella
transmitía según la historia.
La segunda representación
fue la adaptación de Antígona, una
visión interesante del personaje del mismo nombre y su intento por darle
sepultura a su hermano Creonte. La propuesta evidenció una conexión entre ambos
personajes desde la dualidad, proponiendo un trabajo corporal y de
caracterización bastante adecuados y claros. La tercena y última historia está
basada en Los tres chanchitos, donde
se ve al lobo representado como un estafador, quien planea deliberadamente
estafar a los tres hermanos. Esta historia en particular tuvo mayores intentos
de contextualizarla en la actualidad. Sin embargo, dentro de esta búsqueda
cayeron en imponer la comicidad, lo cual provocaba que la escena perdiera peso.
Sobreactuar la emoción puede provocar caer en intentos fallidos de capturar la
atención del público. Lamentablemente en esta historia no se logró la apropiación
de los textos propuestos por la dirección.
Es interesante ver cómo
textos clásicos han dado y seguirán dando pie a exploraciones artísticas desde
distintas disciplinas. El repensar nuestro presente desde los clásicos es una
forma de validar que las emociones humanas son atemporales. Investigaciones
como estas comprueban que textos de autores como Shakespeare o Sófocles (por
mencionar solo un par de una larga lista) pueden seguir generando preguntas en nosotros,
en pleno 2023.
Stefany Olivos
8 de noviembre de 2023
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