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miércoles, 13 de julio de 2022

Crítica: EL HUESO DEL HORIZONTE


El horizonte del pasado

En primer lugar, debo confesar que demoré en realizar esta crítica, pues quería darme un tiempo para leer a la autora Estela Luna y de verdad, estoy muy emocionado que la espera haya tenido sentido. La edición de la dramaturgia de esta autora está disponible parcialmente en la página web institucional de la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático*.

El montaje me hizo reflexionar sobre dos aspectos. En primer lugar, el trabajo del dramaturgo es fundamental, pues tras él se esconden las emociones y sentimientos que se mostrarán en la obra. En ese sentido, los actores tienen una responsabilidad gigantesca al momento de realizar la lectura dramatizada, estudiar e interiorizar el contexto de la obra. Es altamente probable que el actor sea propicio o tenga cualidades que vayan más allá de su trabajo actoral. Me explico: si un actor no ha vivido una dictadura, pues debe al menos leer mucho sobre esta y tratar de empatizar con esta situación tan compleja. Al fin y al cabo, la actuación no es imitar, sino es fomentar la creación del personaje a partir del mismo trabajo físico del actor. ¿Puede un actor no leer? En segundo lugar, me hizo reflexionar lo poco que se representan los clásicos de dramaturgos peruanos contemporáneos en las salas teatrales actuales. Se presentan, pero no de la manera recurrente que uno podría esperar. Reconozco que Luna me era desconocida, pero luego de leerla esta semana, me apasiona. Creo que los dramaturgos de montajes de creación colectiva podrían recurrir a ellos mucho más a menudo. Luego de leer a Luna, confieso que me hubiese gustado vivir en los noventa, conocer su obra y de otras, como Sara Joffré. Mi generación fue diferente.  

Por otro lado, el montaje, bajo la dirección de Martín Velásquez, se puede resumir en una palabra: extrañeza. Para Luna, el nivel de construcción de una realidad teatral atravesaba problemáticas globales, históricas, ideológicas y cotidianas. Después de ver las actuaciones de Cynthia Bravo y Daniela Sosa del Río, me pareció ver más una comedia romántica que un cuestionamiento a las masculinidades tóxicas y estereotipos femeninos, en el contexto de una dictadura. Las escenas en las que el personaje de Sosa del Río hace referencia a las protestas sociales a fines de los noventa generaban una sensación de extrañeza; con toda honestidad, no sentía que su personaje, una profesora universitaria, realmente empatizara desde su ventana con los jóvenes que reclamaban el fin de un régimen déspota. La relación entre las protagonistas era muy amical y llegaba a ser, por momentos, cómica y atractiva al público, pero con poca reflexión sobre el contexto desde el cual partía la historia. En cambio, en el apartado estético la situación cambia: lo más destacable fue la iluminación, así como la escenografía muy realista. Me gustó particularmente que se cuidara los detalles de una habitación de los años noventa.

A pesar de que el mensaje no quedó del todo claro, solo por el hecho de que el montaje llegue a entretener, recomendaría la obra a todo el público.

Enrique Pacheco

13 de julio de 2022

* Estela Luna. Nueve obras de teatro sobre el inicio y fin del mundo. https://www.ensad.edu.pe/wp-content/uploads/2021/03/Estela-Luna-114-p.pdf

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