En favor de la inclusión
Presentada en setiembre del año pasado en formato virtual, El cabeza de claveles, bajo la dirección
y dramaturgia de J. Miguel Vargas Rosas, fue una curiosa propuesta que abordaba
la discriminación y la violencia que ejercía la sociedad sobre aquellas
minorías a las que consideraban diferentes por múltiples factores, representadas
en aquel ser con habilidades especiales y además, con claveles por cabellos y
carrizos por dedos. Grabada en una de las salas del Museo José Carlos
Mariátegui, la historia dejaba una oportuna reflexión en favor de la inclusión;
una que se mantuvo durante su estreno presencial en diciembre pasado en el Teatro
Mario Vargas Llosa de la Biblioteca Nacional.
La trama nos presenta a Julián, el noble muchachito que
sufre el asedio de toda su comunidad, solo por ser “diferente”. Su padre decide
entonces huir con él hacia la ciudad, escapando de la ola de violencia en su
contra. Ya de adulto, Julián continúa experimentando la discriminación, una que
parece volverse cada vez más violenta. Como anotábamos en la reseña de la
puesta virtual, la estética fue uno de los aspectos que debía revisarse en la
pieza de Vargas Rosas. En su pase al escenario de San Borja, se acusa
nuevamente la falta de un trabajo más cuidadoso en cuanto a la escenografía y al
vestuario. El uso de gigantografías o de vistosos vestuarios para personajes
que exclaman ser muy pobres, por citar dos ejemplos, no suman a lograr la
convención con el espectador sobre la trama.
Las actuaciones, en cambio, son muy empeñosas: los jóvenes Alexandra
Cisneros, Víctor Lucana y Kevin Sulca acompañan adecuadamente al experimentado Fernando
Pétong y al mismo Vargas Rosas, quien interpreta al personaje protagónico de
adulto. El cabeza de claveles, en su
versión presencial, vale como un llamado de atención hacia la falta de
inclusión en nuestra sociedad, en la forma de una fábula real-maravillosa; no
obstante, como espectáculo presencial debería replantearse especialmente el
apartado estético, para un mayor disfrute del hecho teatral.
Sergio Velarde
17 de febrero de 2022
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