“Un actor debe ser perseverante, perseverante y perseverante.”
La crisis sanitaria obligó a la comunidad teatral limeña a
reinventarse. Tal fue el caso de la Asociación Cultural Kapchiy, a cargo del
joven actor y director Renato Piaggio, quien ganó el premio del jurado de
Oficio Crítico por su trabajo de dirección en el unipersonal La obra que tengo
que escribir. “Desde chiquito, siempre me gustó participar en los eventos del
colegio,” nos cuenta Renato. “En mi familia, no tanto; no hay la chispa del
arte, cada uno hacía sus cosas, mi padre es muy serio.” Sin embargo, a Renato se
le metió el bichito de la actuación en el colegio, especialmente motivado por
la serie Los años maravillosos. “Yo me decía que si ese chiquito está en la
televisión, entonces yo también puedo hacer eso.” Ya en Primero de Secundaria
se abrió un taller de teatro en su colegio. “Pero no duré ni una semana, porque
era una persona muy tímida y todo lo que se pedía en el taller, para mí, era
locazo y no me atreví a hacerlo delante de las personas.”
Inicios por accidente
“Una amiga me pasa la voz para hacer de Príncipe en McDonald's,” nos cuenta Renato. “En los McDonald's había shows de títeres y animaciones y bueno, me llama porque había faltado el chico, y yo en ese tiempo estaba más presentable.” Renato aceptó súper nervioso, se cambió, le explicaron qué decir en la obra que duraba 25 minutos y se lanzó. “Me gustó bastante,” confiesa. “Luego me llamaron para hacer títeres, comencé con animaciones infantiles y posteriormente me metí a un taller de teatro para formarme.” Ese taller fue dictado en Era Azul, espacio dirigido por Daniel Manchego. “Me gustó bastante, conocí a muchas personas, tuve mi primer acercamiento con el teatro; así, de verdad; tuve mi primera muestra con gente, invité a mi familia, a mis amigos, y yo era como el militar del grupo, porque nunca dejaba de ser serio.” Sobre Manchego, Renato solo tiene elogios para él. “Hace una construcción de personaje espectacular, trabaja muy bien eso y eso es lo que yo trato de imitar en mis montajes.” A Renato también le gustó mucho la disciplina. “Era muy correcto, podía ser muy chacotero fuera de, pero dentro del curso era muy correcto, si no le gustaba algo, te lo decía; es un poquito frío en eso, pero creo que eso ayuda bastante.”
“Cuando estoy en el escenario, me siento completamente distinto, es como un escape,” confiesa Renato, quien además tuvo que lidiar con el temor de sus padres sobre su vocación, por lo que decide estudiar Cine en el instituto Charles Chaplin. “Conocí otro lenguaje, y siempre me agarraban como actor para todos los trabajitos ahí,” reconoce. Una carrera que en estos tiempos virtuales le ha sido de gran ayuda. “Aprendí absolutamente todo, cuando entré ni siquiera sabía quién era Charles Chaplin,” nos dice Renato. “Al principio fue un escape para seguir con la actuación, pero fue un aprendizaje espectacular, me enamoré del cine y me ha dado demasiadas herramientas y conocimientos, como son los planos, los encuadres, saber sobre la iluminación, dirigir actores, el sonido, el arte, absolutamente todo.”
A punto de terminar sus estudios de Cine, Renato decide
entrar al Club de Teatro de Lima, para estudiar de manera profesional. Allí
conoció a grandes profesores y grandes amigos. “Estuve en el Club antes que
partiera el maestro D’Amore”, recuerda. “Tuve de profesores a Gerardo Cárdenas,
Pold Gastello y Paco Caparó; hicimos El médico a palos, una obra de Chejov.”
Renato apuesta sonriendo que Gastello ni siquiera se acuerda de él. “Esos
consejos que te da, cómo te habla, cómo te dice las cosas, es como estar
escuchando a un padre que sabe en lo que te vas a meter; y Paco, igual, tiene
una manera sarcástica, pero que también te ayuda un montón; en este mundo te
encuentras con las personas justas y necesarias en el momento indicado para
decirte las cosas indicadas; fue una experiencia espectacular.” A la par,
Renato entró también a un taller de Broadway Perú. “No cantaba nada, pero igual
me metí; ahí me enamoré del teatro musical, porque es algo mucho más completo,
más difícil, y ya llevo pues cinco años dedicándome a esto.”
Actuación y dirección
¿Cuáles son las tres características que debe tener un buen actor de teatro? “Debe ser perseverante, perseverante y perseverante,” menciona Renato. “Debe ser muy disciplinado y no sé cómo decirlo, pero creo que la palabra sería libre, ser libre de alguna manera para poder expresar todo lo que quieres en ese momento.” Por otro lado, enumera las características de un buen director de teatro. “Muy buena pregunta,” manifiesta. “Yo creo que tiene que ser muy visionario, aceptar las opciones que te dan los actores, ser muy abierto a las propuestas, y muy imaginativo, jugar mucho con eso.” Renato sí cree que es una ventaja el ser actor y director a la vez. “Para mí, siempre he sentido que para dirigir, tienes que entender muy bien al actor, porque no le puedes pedir cualquier cosa, si tú no sabes cómo se siente.” Reconoce que existen muy buenos directores que no actúan, pero lo considera igual como una ventaja para ponerse en el lugar de los actores. “Yo digo que para que el actor haga esto, tiene que pasar lo otro, y así puedo convertirlo en realidad.”
Acerca del talento, Renato cree que sí es posible que se
pueda ir trabajando en el camino. “Pero creo que uno nace con el talento,”
asegura. “No sé si sonará horrible, pero no… ¡sí suena horrible! La gente nace
para algo, está destinada para hacer algo, pueden haber muchas personas
talentosas, pero si de verdad no naciste para hacer algo en específico, no creo
que lo vas a hacer bien.” Afirma que tiene muchos amigos que cantan hermoso y
que son muy extrovertidos. “Pero son abogados, arquitectos, yo creo que la
gente está destinada para algo, pueden hacer algo con un cierto talento, pero
se tiene que formar igual.”
Proyectos a futuro
Renato está a punto de estrenar su primera obra virtual de este 2021, que lleva por título Mi nombre es Javier, escrita por Martín Velázquez Marvelat y protagonizada por Cecilia Tosso, Attilia Boschetti y Alejandro Tagle. “Cecilia y Attilia son tremendas actrices, en la primera lectura estaba un poco con miedo; con Alejandro no nos conocíamos, pero me hablaron muy bien de él.” La obra transcurre en mayo de 1963, cuando Minerva (Boschetti) tiene una conversación con un extraño joven que irrumpe en su habitación, pero acaso todo puede ser un sueño. “Es una obra muy buena, muy bien escrita, ambientada en la Lima de los años 60; van a ver un producto bastante audiovisual, en donde las los actores van a poder mostrar mucho mejor sus interpretaciones con planos cerrados, efectos de sonido y una actuación impecable de los tres, que son muy buenos; no se la pueden perder, la obra está muy buena y hecha con mucho amor, como todo lo que presenta Kapchiy.”
Con respecto a la próxima reapertura de los teatros, pero
con un aforo limitado, la postura de Renato es muy clara. “Sí tengo pensado
hacer algo presencial, pero no ahora, más adelante,” refiere. “No es lo mismo,
definitivamente, hacer obras por este medio que hacerlas en el escenario; no lo
hago ahora, porque creo que no me conviene: Kapchiy no es una asociación tan
grande para poder arriesgarse a hacer una temporada con todos los costos que
implica; por más que uno quiera, aparte de ser valiente hay que ser inteligente.”
No obstante, Renato ya se encuentra preparando un proyecto presencial, que
espera salga pronto. “Pienso seguir en la virtualidad, yo creo que va a quedar este
medio así se abran los teatros; en Kapchiy empezamos así, vamos a tratar de
jugar con ambas modalidades, pero de que se va a quedar, se va a quedar; y
estoy seguro van a salir más aplicaciones, más plataformas, y la gente va a
poder aprovecharla; por el momento, nos quedamos por Facebook, por Zoom, por
YouTube y por el celular.”
Kapchiy es una asociación cultural autogestionada, dirigida
actualmente por Renato, quien se encuentra solo con el proyecto, con la ayuda
de dos jóvenes estudiantes que lo apoyan en producción. “Son muy capos, muy
talentosos; para una asociación como esta, se tiene que contar con personas que
tengan el mismo interés, la misma pasión y ojalá sea pronto, porque trabajar solo
no están fácil.” Renato es uno de los cada vez más artistas que se animan a
generar sus propios espectáculos. “Me siento feliz, porque siempre he sido un
terco,” revela. “Mis papás me decían: ¡Carajo, búscate un trabajo para que
tengas un sueldo fijo!, y lo intenté varias veces, pero no lo soportaba; en mis
26 años solamente he trabajado así dos veces en mi vida.” Renato es de los que no
soporta tener un horario fijo y siempre prefería no fallar con los ensayos de
sus proyectos. “He sido consciente que uno tiene que autogestionar sus proyectos
para poder avanzar, así que creé Kapchiy no solamente para mí, sino para que
toda la gente que quiera chambear y hacer su arte y sea feliz haciéndolo; me
dicen: ¡Renato, hay que hacer esto! Yo te juro que voy a decir que sí, y espero
que muchos más artistas se pueden unir, esa es la idea,” concluye.
Sergio Velarde
6 de enero de 2021
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