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viernes, 30 de octubre de 2020

Crítica: SECUESTRO


Más que una ficción

Bajo la autoría y dirección de Marco Antonio Huachaca -quien también tiene a su cargo uno de los roles-, Secuestro es una propuesta virtual que aborda un tema cada vez más recurrente en nuestro país, sobre todo en Lima, donde últimamente las noticias nos informan sobre el incremento de este delito.   

El reparto lo completan Lady Galloso y Luis Enrique Gastelú. Ahora bien, respecto a la presentación, cabe señalar que la apertura del espectáculo a través de la plataforma de Joinnus es potente, ya que despierta la sensación de intriga y expectativa. Las imágenes y musicalización, introducen algunas pistas que sitúan al espectador en el contexto dado. Por otro lado, la trama gira alrededor de una jovencita que ha sido secuestrada por dos hampones; sin embargo, es la víctima equivocada. En este punto, empieza una pugna entre los tres por básicamente sobrevivir y salir airosos de la situación.

Vale resaltar las sólidas interpretaciones de los actores, pues cada personaje está construido con detalles muy particulares, destacando las personalidades (o psicología) de los mismos. Por mencionar algunos ejemplos: Galloso sostiene el recurso de la manipulación y contraataque, Huachaca mantiene la rudeza y violencia en todo momento, y Gastelú refleja la inseguridad y temor frente a lo que pueda pasar. Tomando en cuenta que la propuesta se sitúa en plena pandemia, el grado de dificultad para lograr el pago del rescate, a cambio de la vida de la joven, se torna más complicado a medida que el tiempo avanza.

No cabe duda que Secuestro reúne todos los elementos de un interesante thriller psicológico: el suspenso, el juego mental entre los personajes, el drama, la pulsión en aumento de las emociones, los giros inesperados, etc. Al mismo tiempo, la atmósfera oscura que se recrea, así como el uso de las cámaras, aportaron como elementos funcionales del espectáculo. El único detalle que podría mencionar, como sugerencia, es el que sucede en una escena crucial de la lucha, no se notó el efecto visual de la sangre en las manos de uno de los personajes, quizá por el contraste de la luz y la oscuridad. Si bien este es un formato virtual, consideramos que los detalles visuales también son importantes, por más pequeños que puedan parecer, pues estos podrían reflejar una ‘pretensión’ al hacer determinada acción y no la realización concreta de la misma, lo cual hay que aclarar no ocurrió en esta ocasión, debido a las correctas interpretaciones de los actores.

Como conclusión, podemos afirmar que Secuestro va más allá de una historia de suspenso y ficción; al contrario, nos muestra un tema real y actual, que podría pasarle a cualquier persona y sobre el cual urge tomar acción (más efectiva) respecto a las formas de prevención para los ciudadanos y la represión para quienes cometen este delito.

Maria Cristina Mory Cárdenas

30 de octubre de 2020

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