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martes, 3 de noviembre de 2020

Crítica: DROGADXS DE AMOR


Buena energía y conexión: aspectos que pueden “salvar” una escena

¿Recuerdas la vez en la que se te declaró esa personita favorita tuya? Tal vez tenías quince, veinte o treinta. Tal vez, fue después del colegio, universidad, trabajo o tu tercera cita. Tal vez, él o ella no recuerdan esa fecha muy importante, y entiéndelo. En serio, entiéndelo. La cuestión es que también sentiste esas maripositas en el estómago. Y te comprendo. Todos lo hemos experimentado alguna vez. Pero -también odio los “peros” en este tipo de historias, créeme- como dice el Cantante de los Cantantes, Héctor Lavoe, “Nada dura para siempre… todo tiene su final”, termina esa historia que construyeron. Ahora, digamos que por esas cosas excepcionales que tiene la vida, no terminas odiándolo u odiándola. Sino que son amigos. Se hablan como si no hubiese pasado nada. Todo queda olvidado ya. Aunque solo tú sabes que eso no es cierto. Pues tienes esa necesidad de confesar todo lo que piensas, pero sin afrontar las consecuencias.

Así es la situación dramática de Paola, personaje de la obra teatral Drogadxs de amor, presentado por Plot Box Producciones. El proyecto está dirigido por Marcos García-Tizón y escrito por María Paula del Olmo. Además, cuenta con las interpretaciones de Poly Ávila y Urías Santillán; y fue presentada en vivo a través de YouTube.

La acción dramática acontece en la plataforma de interacción entre los personajes Paola y Gato. Por otro lado, cada personaje se encuentra en sus respectivas habitaciones. Ella intenta comunicarse con él a través de una videollamada: lo logra. Así, esta obra dramática posee un espacio virtual y dos reales, que el espectador puede visualizar claramente.

A nivel interpretativo, el actor y la actriz jugaban con el parlamento. Pues se daban el permiso de añadir textos de sus vidas personales. Había un momento en el que Gato toma el sustantivo “Poly”, nombre de la actriz que interpreta al personaje Paola, por ejemplo. Sin embargo, también existían momentos en la que la acción de algunos parlamentos no presentaba un objetivo claro. Aunque el conflicto perduraba en gran porción de la obra. Por otra parte, existían momentos de los personajes que no pertenecían al espectáculo. En ese sentido, Paola pierde el acento argentino en algunas partes de la obra; y Gato trata de evidenciar sus calcetines rotos. Esto sin ninguna acción específica en ambos casos. Sin embargo, pasó desapercibido por la energía y conexión que poseían los intérpretes: rescatable en ese aspecto.

Es aplaudible cuando en un proyecto teatral-audiovisual se trata de contar de otra manera un segmento de la historia. Pero también es conveniente ser responsable si ese fragmento no toma la forma esperada. Este es el caso de la unidad en la que Gato sube a su Instagram un video de la sorpresa de Poly. Aquí hubo un desfase a nivel vocal y corporal. Pues Gato comunicaba otra cosa respecto a la publicación del personaje en esa red social. Además, esa misma publicación reapareció en la historia cuando esta no lo ameritaba.

En resumen, Drogadxs de amor es una obra que posee una buena trama, pero el hecho teatral aún necesita algunos ajustes. Eso no quita el hecho de que sea entretenida.

Elio Rodríguez

3 de noviembre de 2020

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