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viernes, 23 de agosto de 2019

Crítica: HORIZONTE DE EVENTO


Semilla germinando y posta recibida

En entrevista con Oficio Crítico en el 2016, el joven artista chiclayano Karlos López Rentería nos relató cómo entró a formar parte del colectivo EspacioLibre, en una sucesión de acontecimientos entre fortuitos y forzados: mientras que tocaba guitarra siendo adolescente en un taller de la Casa de la Cultura de Chiclayo, la cual tenía un presupuesto tan ajustado que las luces solo se prendían a partir de las 6:00 pm, él debía estar cerca a la puerta para tener luz y fue así que observó al grupo de teatro que ensayaba en el patio. La curiosidad hizo entonces que se involucrara en proyectos de artes escénicas, hasta que en un encuentro con colectivos limeños, conoce a EspacioLibre y a su director Diego La Hoz; es así que decide ingresar a la citada agrupación y debutar en Lima con la interesante Cuento alrededor de un círculo de espuma (2011) de Sara Joffré. Ocho años después, luego de un largo y riguroso proceso de aprendizaje, en el que López Rentería afinaría sus dotes histriónicas, asistiera en dirección y coescribiera sus propios textos, la semilla de La Hoz viene germinando en él en gran forma, con notables resultados. Su primera aventura en solitario, Horizonte de evento, en su segunda temporada en el Club de Teatro de Lima (la primera, en la AAA), escrita, dirigida y coprotagonizada por este exalumno de guitarra chiclayano convertido ahora en virtuoso artista escénico y que toma la posta de La Hoz, no podría recibir otra calificación que no sea la de sobresaliente.

Desde el título, López Rentería acierta en bautizar a su inclasificable proyecto escénico con una inteligente relación analógica, entre conceptos astronómicos y nuestra delirante realidad nacional: horizonte de evento se refiere al límite espacio-temporal en el que los eventos de uno de los lados no afectan a los observadores del otro, que hace ineludible referencia a la pérdida de la tan necesaria sensibilización frente a los diversos problemas que nos aquejan como país, aquellos asuntos urgentes y prioritarios que resolver como sociedad, a los que siempre se les da la espalda. Pero además, este término en cuestión se utiliza en astronomía para ubicar al punto de no retorno antes de caer en un agujero negro, un lugar en donde toda lógica pierde fuerza ante el azar; pues de manera inquietante, López Rentería postula con las escenas de su espectáculo, repletas de un corrosivo humor, si acaso nuestra sociedad ya no tiene remedio, pues todo lo mostrado resulta absolutamente probable y verosímil. En ese sentido, las versátiles actuaciones de Alexandra Jiménez, Brian Suárez, Fito Bustamante y el mismo López Rentería hacen visible nuestro increíble (y lamentable) comportamiento, representando de manera notable surrealistas, entrañables y disparatados personajes en una impredecible sucesión de hechos.

Dos eventos en paralelo son los disparadores para que se luzcan los logros alcanzados por este laboratorio (residencia de creación) orquestado por López Rentería, en una hipnótica puesta en escena: la muerte de una muchacha en un accidente de tránsito y la presentación oficial de una enorme hallazgo arqueológico le sirven para orquestar secuencias de antología, como la conversación entre los policías encargados de proteger la escena del accidente o el discurso del arqueólogo con cabeza de elefante (literal), hasta las apreciaciones de una insegura crítica teatral (¡ya dejemos de escribir en condicional!). Una variada gama temática que no les queda grande ni al joven creador ni a su inspirado elenco, acompañada por insólitos cambios de escena en silencio, líquidos regurgitados, luces parlantes detrás de biombos de tela, crípticas voces en off del poeta Luis La Hoz y del director Omar de Águila, DJs en gigantografías y tachos de luz reparados in situ. Poco hay que agregar a la crítica que hiciera el siempre certero Rubén Quiroz, para este montaje que celebra los veinte años ininterrumpidos de EspacioLibre: “Así el humor corrosivo, despiadado, inmisericorde, enhebrado con osadía, celebra los 20 años de una de las aventuras más dignas, honestas y vanguardistas de nuestra historia teatral. EspacioLibre, si logra por sus antecedentes, llevar a tal punto el teatro contemporáneo como en esta experiencia imperdible, demuestra todo su valor y que la apuesta por hacer teatro en nuestro país ha valido absolutamente la pena”. Horizonte de evento de López Rentería, verdadero acontecimiento teatral e imperdible montaje con la producción de Claudia Castro y EspacioLibre, es a todas luces la feliz comprobación teatral de las semillas germinando en gran forma y de las postas nunca mejor entregadas.

Sergio Velarde
23 de agosto de 2019

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