Guiando sus felices pasos
Tras unas mirada tímidas y caminares
dudosos, con la curiosidad oculta que no es manifiesta, pero que se evidencia
en muy breves momentos, ellos oyen las indicaciones, aunque se advierte su naturaleza
alegre y juguetona. Inician sus pasos de reconocimiento, extrañados por el
nuevo ambiente, no les es posible comunicarse con los demás, son desconocidos, son
nuevos en ese espacio, pero la posibilidad está siempre latente. Realizan las
indicaciones con una premura y cuidado, porque hay dos miradas que vigilan sus
movimientos y quizá también los estén evaluando. El tiempo corre, minuto a
minuto; cuando el ritmo de las indicaciones toma un tinte de diversión, la
situación se pone menos densa, las sonrisas brotan, las tensiones se aligeran,
las miradas ya son más confiadas. El contacto con los compañeros se hace más entretenido,
los juegos se conjugan con nuestras voces, la de ellos se hacen evidentes y se
repotencia con las indicaciones, se torna un ambiente propicio para lo que todos
quieren.
Los niños y niñas son uno de los más
importantes hacedores del teatro y qué mejor oportunidad que en estas fechas,
cortas pero productivas, las ofertas son múltiples, los maestros y profesores
son de muy variado gusto que el mercado exige. Es una tarea constante el fomentar
este arte muy humano, entre la inocencia y la alegría de ellos, la ilusión se
apodera de su faz, cuando aprenden día a día de su personaje, de la complejidad
que esto constituye, y que el juego reglamentado ya es parte de ellos. Recordando
las palabras de Ana Correa (Yuyachkani), quien nos decía: “Si uno no sabe jugar
como un niño, es imposible hacer teatro, no descuidemos su esencia de
investigación y síntesis que ellos tienen”. Con emoción y alegría de los padres,
invitados y amigos, se realizó la clausura emotiva de los talleres de teatro en
la Dirección Desconcentrada de Cultura de la Ciudad de Ayacucho, talleres que
se encontraban suspendidos hace dos años por situaciones burocráticas, las
cuales para nuestra buenaventura fueron resueltas este año, dando cabida a
retomar nuestros talleres con nuestros niños y niñas, muestras escénicas de
expresiones alegres, espontáneas, sostenidas por un guion argumentativo y
creativo. Importante labor que fomenta la cultura teatral en nuestra población,
en nuestros niños, en nuestros padres, aquellos que con mucho empeño seguían el
proceso de aprendizaje de sus menores hijos. Cabe señalar que sería ideal que
estas actividades sean más frecuentes durante todo el año, pero es poco
realista, las saturaciones académicas y escolares están a la orden del día, que
imposibilitan la práctica de esta disciplina escénica; sin embargo, esperamos
con muchas ansias el regreso de estos jóvenes para el año venidero y nosotros,
continuar con la firme tarea de seguir contribuyendo en la práctica de este
arte que nos llena la vida.
Edgar Palomino Medina
Ayacucho, 2 de marzo de 2019
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