“El teatro es una comunión”
Un hecho inesperado ocurrió en el medio teatral en el 2018:
una artista lograba obtener dos premios de Artes Escénicas diametralmente
opuestos en sus formas y conceptos, el Oficio Crítico y el Luces. La joven
actriz Andrea Luna se alzó con los premios de mejor intérprete, otorgados por
el jurado del mencionado blog de crítica teatral y por los lectores del Decano
de la Prensa Nacional, por su cuidado y exigente papel protagónico en la obra
Música, adaptación del original de Yukio Mishima, presentada en el Teatro
Ricardo Blume de Aranwa. Pero Andrea ya había ganado premios antes. “Mi primera
obra fue La fablilla del secreto bien guardado (de Alejandro Casona) en Quinto Grado
y gané el premio a la mejor actriz”, comenta riendo.
Del modelaje al teatro
Andrea vivió en Estados Unidos, al lado de una familia
dedicada al arte. “Tuve una tía actriz que falleció y otros tíos que son
artistas plásticos, siempre estuve muy ligada al arte desde chica”. Al volver a
Perú, se dedicó primero a modelar, para así poder pagar su carrera de
Comunicaciones y de Actuación. “Empecé haciendo televisión en America Kids, y a
la par, ingresó en el taller de actuación de Bruno Odar”. Andrea tuvo su gran
oportunidad, año y medio después de terminar el mencionado taller, cuando Odar
le propuso trabajar en una obra de teatro. “Me dijo que quería hacer Romeo y
Julieta (2013) conmigo y con Emanuel Soriano”. Esta primera experiencia teatral
significó un gran aprendizaje para Andrea. “Fue en jardín principal del
convento de San Francisco de Asis, usamos el balcón, pusieron tribunas, había músicos
y bailarines; nunca pensé empezar así en el teatro”. Además, guarda gratos
recuerdos de su trabajo con Soriano. “Siempre llegaba y se ponía a calentar y pasar
la letra de todas sus escenas antes de la función, me dije que debía hacer lo
mismo y terminé haciéndolo”.
Con un inicio televisivo, Andrea tuvo que adaptarse al
exigente medio teatral. “No entendía bien los códigos, el teatro es completamente
diferente, es otra disciplina”. Recuerda que cuando llegaba a las grabaciones
de televisión quince minutos tarde, solo le llamaban la atención; pero con Odar
aquello era impensable. “Con Bruno no podía llegar tarde, él me enseñó que es
otra tipo de responsabilidad, tenía que llegar dos horas antes y calentar”.
Posteriormente, Andrea debutó en teatro infantil, que le demandó evidentemente
otro estilo de actuar, en Antes de las doce (2014). “La hicimos en el Teatro
Mario Vargas Llosa y los niños hablaban y gritaban; yo me decía ¿ahora qué hago?,
me voy a confundir; pero fue un gran aprendizaje, aunque me gusta más hacer
teatro para adultos”.
Música en casa de los Chiarella
Andrea se emocionó al recibir el premio Oficio Crítico en el
evento en vivo y tuvo palabras de agradecimiento para Celeste Viale y Jorge
“Coco” Chiarella de Aranwa Teatro, los padres de Mateo, el director de Música.
“Siento que cuando voy a Aranwa estoy entrando a la casa de Celeste y Coco y que
ellos me están abriendo la puerta”, comenta. “Celeste hizo el vestuario y
estuvo en muchos de los ensayos, y Coco aplaudía como loco en las funciones, me
agradecía por estar allí y yo les agradecía a ellos por estar en su casa”.
Andrea siente una gran admiración por los Chiarella y por su hijo Mateo. “Él es
tan talentoso y tan buena persona, por los padres que tiene”.
“Pienso que una buena actriz de teatro debe tener buena
proyección, modulación y dicción”, reflexiona Andrea. “Además, debe saber escuchar
y ser una buena compañera, porque el teatro es comunión y si piensas solo en ti,
no conectas ni con el público ni con tu compañero”. Afirma que sí existen las
personas con talento, pero que junto con el estudio, serán los cimientos de todo
el trabajo en escena. “Puedes racionalizar mucho, pero al ponerlo en práctica
necesitas el talento; por ejemplo, Pietro (Sibille) es uno de los mejores
actores que tenemos, él es inteligente, súper profesional y racionaliza, pero
para eso se necesita tener talento”.
Por otro lado, Andrea asegura que un buen director de teatro
debe tener una gran sensibilidad con el montaje y sus actores, debe confiar en ellos
y saber qué es lo que quiere contar. “Un director de teatro utiliza términos
particulares, que no usan los de televisión y de publicidad”, añade. “En televisión
todo va muy rápido y en publicidad, te dicen exactamente lo que quieren y a veces
te tratan como un producto”. Andrea reconoce que se pone muy nerviosa antes de
salir a actuar, pero ha encontrado la solución con las técnicas del Reiki y
Yoga, que se basan en la respiración. “Me he visto en televisión muy nerviosa y
es porque grabo muchas escenas al día”, reconoce. “Siempre creo que mis escenas
pueden salir mejores, por eso voy a utilizar todas las herramientas que he
aprendido, para aplicarlo este año en tele”.
Andrea estará participando en dos interesantes y retadores
montajes este año: La habitación azul de David Hare, en Aranwa Teatro en abril,
con la dirección de Mateo Chiarella; y La Celestina de Fernando de Rojas, que
dirigirá Alberto Isola en octubre. “Son dos proyectos en los que me voy a meter
de lleno”, afirma Andrea. “En La habitación azul haré un semidesnudo, ya
hicimos el afiche y ha quedado muy bien, actuaré por primera vez con Sebastian
Stimman, que ha ganado premios importantes en New York”. Y en La Celestina,
Andrea interpretará nada menos que a Melibea. “Será una propuesta que tendrá flamenco,
cantos y zapateo”, finaliza.
Sergio Velarde
23 de febrero de 2019
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