“Todos tenemos
talento, solo hay que saber encontrarlo”
Cada año, llama poderosamente la atención la enorme cantidad
de artistas jóvenes presentes en las listas de nominados para los premios Oficio Crítico. El 2018 no fue la
excepción: uno de ellos, Bernardo Scerpella se alzó con la distinción otorgada
por el público como el mejor actor de reparto en Comedia o Musical por Sinfonía inacabada, pieza del clásico
autor español Alejandro Casona. “Hago
teatro desde el colegio, porque el director y también profesor de teatro,
Marcelo Rodríguez, me llamaba para hacer diversos papeles, de un perro vagabundo,
de un anciano bibliotecario, de Rafiki de El
Rey León”, cuenta Bernardo. “Me
gustaba ensayar, aprenderme la letra, crear el personaje me motivaba mucho;
para el papel de perro vagabundo comencé a ver películas de perros, a
observarlos en cada detalle, pero luego lo dejé ahí, cuando acabé Secundaria el
2010”.
Psicología y Teatro
Bernardo decide estudiar Psicología, no solo por tener a dos
psicólogos en su familia, sino porque siente afinidad por el tema humano, el
conocer a una persona en cuanto a su profundidad, a su forma de pensar y de
actuar. “Estudié en la Universidad de
Lima hasta el 2013, hasta que el director de teatro de mi colegio, Marcelo Rodríguez,
me llama para ir a actuar a un festival en Río de Janeiro. Desde que
mencionó Brasil, inmediatamente acepté. Yo estaba feliz”. Fue así que
Bernardo estuvo en aquel taller, ensayando la obra La lógica de Dios, escrita por Alonso Alegría. “Recordé todo lo del colegio y a partir de ahí el “bicho” de la
actuación regresa con fuerza, ya que me daba cuenta que podía pasar varias
horas leyendo, ensayando y creando personajes”.
En el 2015, Bernardo, mientras que seguía sus estudios en
Psicología y su trabajo en una empresa, decide volver a probar la actuación. “Entré, como jugando, al taller de CCPUCP
con Pietro Sibille”, recuerda. “Podía
pasarme horas ensayando, sin dormir, comiendo en la combi, con tal de hacer
esto”. Finalmente, le pregunta a Sibille si podía dedicarse a la actuación
de manera profesional. “Me recomendó a
Roberto Ángeles y averigüé quién era. Todos me decían que era el mejor taller,
que cambiaría mi vida. Para entrar era necesario audicionar, así que me
mandaron el monólogo, lo ensayé tres días antes, estaba muy estresado, y me
decía que si no la hago, entonces he perdido la oportunidad”.
Previsiblemente, Bernardo ingresó al taller y quedó
encantado con el primer módulo. “Fue una
experiencia genial, me reafirmó que el teatro me apasionaba de verdad y que iba
más allá de las cosas que podía hacer; yo estaba dispuesto a dejar todo con tal
de hacerlo bien”, asegura. “En el
segundo módulo, me daba cuenta que la gente del taller se estaba metiendo con
todo, así que llevé algunos cursos en Psicología, porque la exigencia del
taller subió”. Las buenas críticas llegaron con la muestra de Newmarket, escrita por Jorge Castro y
dirigida por Carlos Galiano en el 2012; ambos fueron jurado de la muestra y
mostraron su conformidad con el trabajo. Posteriormente, Bernardo se dio cuenta
que no podía con el ritmo del taller y tomó una decisión. “Abandono Psicología para meterme de lleno al tercer módulo de Roberto,
es aquí donde me tocó la obra Esperando
a Godot”. El trabajo presentado animó a Bernardo y a sus compañeros
para estrenarla en el Teatro de Lucía, el mismo año en que la Asociación de
Artistas Aficionados AAA hacía lo propio con el mismo texto de Samuel Beckett. “Llegué a verla, fue una propuesta
diferente, me doy cuenta que la obra puede ser una y las propuestas son miles”.
Reflexiones sobre
teatro
Bernardo nos cuenta que luego de tomar la decisión de
dedicarse al arte ha llevado diversos talleres de formación actoral. Nos
comenta que aprendió mucho de los grandes maestros con los que estuvo, como
Roberto Ángeles, Alberto Isola, Laura Silva, Pietro Sibille y Marcelo Rodríguez.
“En todos esos talleres he aprendido la
efectividad del hacer”, afirma Bernardo. “Aprendí que el arte implica horas de trabajo y dedicación; yo creo que
si simplemente lo dejas a la suerte no te sale, creo mucho en la chamba, en las
horas de trabajo”. Bernardo agrega que sí cree en el talento, pero se ha
percatado que este, sin trabajo, se queda corto o hasta puede desgastarse. “No todos estamos llamados a ser actores,
productores o directores, en el camino nos vamos a dar cuenta de que nos
apasiona el arte, algunos están llamados a actuar en cine, en teatro, a
escribir; todos tenemos talento, solo hay que saber encontrarlo”.
Acerca del director de teatro ideal, Bernardo afirma que “debe tener confianza en sus actores y
además, experiencia sobre el escenario, para saber qué se siente estar en
escena”. Añade que el director está viendo la obra como público, es por
ello que su trabajo sin la cooperación del actor no es nada y
viceversa. “Debe existir un buen diálogo
con todo el equipo de trabajo; la capacidad de diálogo y escucha es
importante”.
Sinfonía inacabada
es uno de los tantos textos de un autor clásico como Casona, tan bien elaborado
como menospreciado. “Subestimar mucho a
los clásicos es un error, hay mucho valor en aquellos textos, porque enseñan
mucho; son autores de épocas determinadas y sus obras fueron escritas en
contextos diferentes, pero con posiciones claras”. Bernardo cita a
espectáculos como Mucho ruido por nada
(2016), en donde se le da la vuelta a un texto clásico con una posición
bastante clara. “Se debe tomar del texto
lo que el autor quiere, hay mucha gente que le tiene miedo y temor a los
clásicos”.
Por otro lado, para Bernardo, un buen actor de teatro debe
tener fortaleza de espíritu y disciplina. “Van
a haber momentos en los que veremos cuesta arriba y tendremos que seguir
remando”. Para él, la labor del actor no solo consiste en trabajar de
manera dedicada etapa por etapa, sino que la fe debía estar presente. “Antes de cada audición y muestra le pedía a
Dios que me ayude a hacerla de la mejor manera posible.”
Este año, Bernardo tiene varios proyectos con la Asociación
Cultural Esperanta, de la cual forma parte. “Estamos
trabajando junto con Alonso Alegría en un montaje para el mes de octubre y nos
vamos con Despegue (2018) de Diana
Cueva a Cajamarca”. Además, le espera el estreno en abril de la película Intercambiadas, realizada por Tondero.
Aunque sus estudios de Psicología todavía permanezcan en stand by, nos afirma que
ha descubierto “que me apasiona realmente
el arte y aunque
recién estoy empezando en esta labor, sé que tengo mucho para dar a nivel
artístico; yo no me considero solo un actor, me considero un artista”.
Sergio Velarde
26 de febrero de 2019
Felicitaciones Bernardo!!!! he seguido de cerca tu carrera, desde tus inicios, tu pasion por el arte es inmenso y tu dedicacion loable! ... Tienes mucho talento! que sigan los Exitos!!!
ResponderEliminarRocio Tenorio