“Silenciadas las mareas silenciadas”
Argentina - Bolivia
RESEÑA
El sábado 31 de marzo a las 7.30 pm, se
presentó la obra “Silenciadas las mareas silenciadas” del grupo argentino “La
ruda teatro”, dentro del marco de la programación de la Casa de la Literatura.
Han tenido una segunda función en el ICPNA de Miraflores el viernes 6 a las 7
de la noche, y días anteriores pusieron en práctica su laboratorio itinerante,
un concepto peculiar de este grupo.
LA OBRA
“Silenciadas las mareas silenciadas” es una
obra muy bien acabada, de temáticas importantes, del rol de la mujer desde el
recuerdo de dos hombres aislados en medio de la marea. La que del mismo modo
hace alusión al vicio del alcohol con el que estos lidian, para crear un mundo
que no les permita ver su real estado de soledad y de mareo continuo. Aquel
tabú entre el alcohol solo es el pretexto del autor y del grupo para resaltar
el mareo o el extravío de estos personajes.
La puesta en escena es limpia, clara. Nos
presenta un ambiente cargado de misterio. Los colores sepia de la obra aportan para
entender el recuerdo al que se aferran los personajes. Por momentos aparecen
los colores azul en el vestido de esta mujer, creando una doble escritura: “la
mujer” como aquel ente de deseo que los mantiene recurrentemente buscándola y
el mar mencionado.
Son importantes estas dos posturas que se
pueden leer en la obra, el estado de mareo y estancamiento en el que muchos
hombres pasan sus días aferrándose a aquello que les haga sentirse vivos, el
amor, el alcohol entre otras realidades presentes, pero que no forman parte de
esta propuesta.
La poética y el humor negro están
presentes en esta propuesta. El trabajo de los actores es muy bueno, de momento
en momento se rompe esa soledad para hablarle a esas mareas o masas de olas que
es su público.
Me ha resultado grato poder ser testigo
no solo de una obra poética, cruda y verdadera; sino que más allá de los
prejuicios de los teatreros, esta confía en la sensibilidad de un público que
no necesariamente está acostumbrado a ver teatro, el cual responde con mucha
gratitud ante estas propuestas.
ENTREVISTA
Pude conocer un poco más sobre el grupo a
través del autor, actor y miembro del grupo Guido Wertheimer, quien nos cuenta
sobre la historia de fundación del grupo, el cual tienen cuatro integrantes:
dos argentinos, una argentina y un boliviano.
Este se funda a fines del 2016, en un
pueblo que se llama Yotala a las afueras de Sucre en Bolivia. La mayor influencia del grupo se
desprende del “Teatro de los Andes” y justamente, fue en una residencia donde
surge el primer encuentro. Particularmente de las diferentes formaciones de
cada uno.
El primer encuentro, y los primeros
meses, fue el proceso de preparación y gestación del proyecto grupal; y un
segundo periodo, que dura como cuatro meses, fue el momento de incubación de
esta obra, “Silenciadas las mareas silenciadas”, siendo esta la primera del
grupo.
La obra ha pasado ahora por su tercera
gira, desde su estreno en julio del 2017 en Sucre, en el Teatro “Tres de
febrero”. Luego, un paso por Bolivia en Jujuy, al norte de Argentina; luego,
por Córdoba y Buenos Aires; y ahora, una última gira internacional por Perú.
En “Silenciadas las Mareas silenciadas”
participan Tomas Masariche, Eva Palottini y Guido Wertheimer.
El grupo de creación colectiva tiene como
ideal la autoformación. La itinerancia es uno de los ejes del grupo, ya que les
da una sensibilidad de constante pregunta al enfrentarse en diferentes ejes y
puntos de partida para alimentarse de diversos cuestionamientos y técnicas.
Luego de la gira, se viene un proceso
interno de cada uno de los miembros. “Esto es muy importante”, señala Guido, “ya
que los momentos de gestación de las obras son laboratorios apartados del particular
mundo de cada integrante, para volver encontrarse en la creación”. Ese dejar de
comunicarnos por vía de medios tecnológicos para crear es una propuesta
interesante en este grupo. “Internarte en un pueblo sin comunicación para desde
ese punto crear” es lo que les permite conectarse con ellos mismos y con el
otro, sin mediación tecnológica. Lo que me resulta una verdadera revuelta ante esta sociedad que satura la
información y ante esta dispersión. “Hoy
en día la gente tiene la necesidad de mostrar su mirada y de una falsa individuación”.
La obra, en la gira, ha ido
transformándose y señala que no está
hecha para un público en especial. Está hecha y el artista tiene la necesidad
que sea vista. No importa quién, no existe ese público ideal. Lo ideal de una
obra es ser observada (parafraseando sus palabras).
La idea dramatúrgica y dirección viene
desde el grupo, el guion como material ha sido escrito por Guido W. La
escritura se da a base a improvisaciones, es bastante colectiva, ya que se
intenta que la palabra sea algo más dentro de la escritura espacial y no la
escritura en general. El grupo viene buscando una escritura dual entre el
espacio y el papel. Un proceso de
reescrituras múltiples.
El título de la obra, “Silenciadas las
mareas silenciadas”, nos cuenta Guido, remite a una frase nefasta de un
político boliviano que dijo “Silencio, pueblo silencio”. Ahí viene la metáfora
del mar, por lo que la obra está inspirada en una novela que se llama “Océano
mar” de Alessandro Baricco.
Sin embargo, él se cuestiona frente a
observar algo en la sociedad actual que no sabemos si refiere tanto al silencio.
Dice: “Me parece que hoy no se pide tanto silencio. Sino la opresión que
ejercen los gobiernos es en base al ruido. Cuesta pensar y encontrarse con la persona del lado”.
Y nos comenta más sobre la obra: “Tiene
dos ejes, existe hoy una negación a las oleadas de movimientos que reclaman,
entre estas marchas. Los que se hacen oídos sordos a estos movimientos, por
ejemplo, el feminismo que hoy está teniendo un rol importante en la evolución”.
“Pero frente a este, también está el rol
de los hombres que son parte del mismo sistema. Los hombres están siendo
amordazados por algo más grande que un ente, lo que los encierra es un sistema
más grande en el que se encuentran inscritos. Lo que en verdad no se quiere, es
esta humanidad así como esta. La humanidad está en un momento bastante
inconsolable, lamentablemente, aun cuando encontremos momentos efímeros de
felicidad, amor y conexión con el universo. Ahora lo estamos viviendo a nivel
latinoamericano. Estamos viviendo éxodos interminables (México y Estados Unidos,
los venezolanos, en Argentina con los bolivianos y peruanos, etc.). En ese
éxodo están estos personajes de la obra que no tienen dirección y se mantienen
desde ilusiones para seguir con vida.”
“Revisando el rol del artista dentro de
la obra, desde el personaje de Ismael. Es cierto que existe algo del
egocentrismo del artista en esta sociedad, que tiene la necesidad de hacer un
paréntesis para resaltar su “YO” y es importante eso para el artista; pero solo
como una estrategia colectiva. La salida es colectiva y de ello está seguro el
grupo. Sin embargo, en esta identidad múltiple, de hoy, se necesita un artista empoderado de la
palabra que diga algo.”
“La postura y creación se da desde la
base, no se trata de tomar algún proyecto y soltarlo y tomar algo diferente al
final no se llega a nada. Aquella necesidad de trascender lo efímero de este
tiempo, hace que el artista se empodere de la palabra y los silencios.”
“En cuanto a la obra, el personaje de
Ismael tiene un imaginario algo romántico y machista muy violento en su esencia
y gran parte del mundo artístico es machista todavía; esa es una de las
críticas de ese personaje, que con su imaginación y su delirio se dan ciertos
permisos a la mujer que nosotros rechazamos y criticamos.”
¿Qué viene para el grupo luego de esta
exitosa gira? Lo que se viene es una residencia en julio en Samaipata, una
localidad en Bolivia donde se desarrollará la segunda residencia creativa. A lo largo de unos cuatro meses, hasta
diciembre, que concluirá con una nueva
obra para este joven grupo con mucha conciencia para crear y leer su realidad.
Para este nuevo proyecto se están
investigando el lenguaje de cómo quitar la palabra como un fragmento más del
lenguaje y existen más puntos del mismo, desde uno que rompa la occidentalización
y descentralice las artes escénicas, y se construye mucho en movimiento.
En cuanto al laboratorio itinerante, es
una modalidad que el grupo propone para compartir y retroalimentarse entre
corrientes, grupos, y modalidades de hacer arte. Sin colocarse en la posición
de maestros, sino como un intercambio artístico mutuo. Un grupo muy interesante
en proyección a crecer.
Estemos atentos al regreso del grupo “La
ruda teatro” por Perú, que de seguro tendrá muchas cosas más para ofrecernos.
Kiara Jossilú Castro Béjar
10 de abril de 2018
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