La vida continúa
Tengamos presente una cosa: las heridas sanan
con el tiempo, pero hay cicatrices que siempre nos acompañarán; dependerá de
nosotros si avanzamos o decidimos quedarnos.
“Recuerdos con el señor Cárdenas” es una obra
ganadora del VI Concurso de Dramaturgia, escrita y dirigida por Patricia Romero
Figueroa, que viene presentándose en el Centro Cultural de la Universidad de
Lima. La trama hace mención a los hechos reales que sucedieron en el Perú en la
década de los 80 y de cómo estos marcaron la historia de muchos peruanos. La
historia del señor Cárdenas es una pieza autobiográfica que parte de los
recuerdos de la misma autora, que nos muestra distintos pasajes en la vida de Laura,
la niña (Luciana Monteverde, Zoe Arévalo cuando corresponde) y la adulta (María
del Carmen Sirvas). En el transcurrir de la historia nos conectaremos con el
lado paternal y cómico del señor Cárdenas(Alberto Herrera) y de la dulzura e
inocencia de Laura niña, además de todos los personajes que conforman esta gran
obra, como la esposa del señor Cárdenas (Martha Figueroa), la encargada de
velar por el bienestar de su familia; el criado Cirilo (Lolo Balbín), el encargado
de la casa; Veneno y Gastón (ambos interpretados por Víctor Prada), el amigo y
el hermano de la familia,
respectivamente. Cada personaje se hará
presente para revivir sucesos que marcaron la vida de Laura, haciéndonos
entender el porqué aún ellos no se han ido y porque ella los puede ver.
El drama de la puesta se concentra en la
crisis emocional que Laura padece desde niña, debido al atentado en Tarata que
lastimosamente ella y su familia presenciaron. A pesar del tiempo transcurrido,
y ya con 30 años de edad, ella siente que no puede renunciar a muchas de las vivencias
que le ocurrieron en aquella época. Es así que su “papapa” y las personas que
ella quiere, aparecerán de la nada a conversar y cuestionarla para que entienda
de una vez que debe hacer algo por su vida. Laura, al final, entenderá que es
tiempo de dejar a los suyos para que descansen y empezar a emprender un nuevo camino
sin miedo.
Lo que gusta de la obra es el mensaje
reflexivo y conmovedor que nos deja la autora, el de aprender a desprenderse no
solo de lo material y lo más importante: perdonar para seguir avanzando y así
ser mejores. Sobre los recursos que se usaron, como el canto a capela, las
canciones antiguas o los poemas, estos estuvieron acordes con la obra. Cuentan
con un gran y talentoso elenco, hay mucha química en el escenario, ya que
supieron sumergirnos en aquella época. Ante todo, mi admiración por la pequeña
actriz que le da vida a la Laura niña, por su gran trabajo y naturalidad; pero
en especial al señor Cárdenas, que supo reflejar el amor paternal y las ocurrencias con las que más de un
espectador rió. También a destacar a Lolo Balbín, quien además representó el
papel de un provinciano arrepentido del daño que hizo. Muchas gracias por tan
bella función.
María Victoria Pilares
19 de octubre de 2017
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