Páginas

lunes, 24 de marzo de 2014

Crítica: SER O NO SER

Las dificultades de la parodia

Shakespeare fue, es y será siendo una fuente inagotable para todos aquellos proyectos escénicos que quieran aproximarse a él de múltiples maneras. Por ejemplo, de la forma tradicional fue ejecutado Hamlet (2013) por Aranwa Teatro, un sólido montaje que respetaba (y entendía) el texto original; y una adaptación a la peruana de Otelo, fue Octubre negro (2010), realizada con mucha fortuna por Pasión Mystica Teatro. Hace pocos días terminó una nueva y díscola aproximación a Hamlet, llevada a escena en la AAA por el grupo Sueños de Fuego, con la dirección de Fredy Monteza, contando en el elenco con jóvenes y entusiastas alumnos de su taller, algunos de ellos con escasa experiencia sobre las tablas. Ser o no ser debe ser considerada como una experiencia más dentro de la joven agrupación, que buscó desmenuzar, a manera de parodia, la trágica historia del príncipe de Dinamarca.

La parodia es un estilo perfectamente válido, pero que imita al original para lograr la risa a través de la burla, aunque el presente montaje no sea el caso. Polemizar sobre lo pertinente del género dentro de un grupo de teatro aficionado, que espera tomar el oficio teatral como algo serio, sería inútil. En todo caso, analizar los pros y contras del montaje de Ser o no ser, debería hacerse tomando en cuenta las condiciones y experiencia del grupo. Se aprecia un gran talento en todos los participantes, con personajes correctamente bosquejados, pero que deben pulir específicamente voz y dicción, sin descuidar el aspecto corporal. Pero los resultados finales del montaje podrían haber sido mucho más satisfactorios, si éste se hubiera entregado de lleno al remedo. Acaso el haber realizado la obra con técnica “claun” hubiera sido más pertinente, pero cuando sí aparecen los “clauns” (como la comparsa de actores que acompañan a Hamlet), su escenificación de la tragedia de los reyes es muy pobre, cuando debería ser al revés.

Sin duda, el mejor personaje de la obra es el del Espectro, con la máscara de Guy Fawkes (de V de Vendetta), que sí entra en la convención del desenfado total con sus acrobacias corporales, no así el resto del elenco, que se conforma con la tibia caricatura y gags de mecha corta. En todo caso, la simpatía y carisma de Eduardo Rodríguez, Bryan Badillo, Paola Castillo, Mary Alarcón, Luis Chávez, Juan José Vidal, Orilo Rengifo, Carmen Butrón, Lizbeth Nicho, Víctor Ventura y Alexander Gonzales son suficientes como para intentar nuevas y mucho más complejas aventuras teatrales. Una posibilidad factible sería la de llevar a escena el mismo Hamlet u otra obra de Shakespeare, pero respetando el texto original. Una misión que seguramente Monteza sabrá llevar a buen puerto, considerando el enorme talento humano que tiene y que espera salir a la luz.

Sergio Velarde
24 de marzo de 2014

No hay comentarios:

Publicar un comentario