Páginas

sábado, 12 de octubre de 2013

Crítica: MI BUEN AMIGO JUDAS

Lograda comedia divina y reflexiva

El grupo Pasión Mystica Teatro viene desarrollando una trayectoria interesante, presentando montajes que van mejorando de calidad en cada uno de sus proyectos estrenados. Desde su muy irregular debut con La pasión de Cristo (2008), el avance resulta evidente: Réquiem para 7 plagas (2008) de Gregor Díaz fue la necesaria corrección que enrumbó el camino; y las dos temporadas de Tereza, la Bruja, el Sapo y el Lago (2009, 2012) constituyeron dignos esfuerzos que consolidaron al colectivo. Acaso su mayor logro escénico sea Octubre Negro (2010), una entretenida adaptación del Otelo a la realidad peruana, escrita por Martín Abrisqueta y dirigida por Juan Carlos Díaz. Justamente la dupla regresa con recargados brillos en el estreno de Mi buen amigo Judas, versión  libre del cuento costumbrista A la diestra de Dios padre del colombiano Tomas Carrasquilla, que también fue llevado a escena por Enrique Buenaventura.

Ambientada en la sierra peruana, específicamente en el Yungay actual, la historia se centra en la vida de dos hermanos llamados Judas y María Magdalena, sobrevivientes del terrible terremoto que azotó el lugar en 1970. Él regresó a su pueblo para dedicarse a ayudar a los más necesitados, mientras que ella está más preocupada en conseguir marido. Judas es puesto a prueba; pero al evitar la tentación, recibe un inusual premio: tres deseos, que le permitirán detener indefinidamente a la Muerte, liberar a las almas del Purgatorio, y juntar en el Cielo a justos y pecadores. El mismísimo Todopoderoso aparecerá al final para poner orden y escuchar la versión de Judas, que finalmente alcanzará la redención.

Como ya es costumbre en los montajes dirigidos por Díaz, el ritmo no decae en ningún momento y se aprecia una dirección de actores que potencia sus capacidades. Santiago Moreno y Jacqui Chuquillanqui resultan excelentes como la pareja protagónica; él, enérgico y convincente; ella, carismática y divertida. Los mendigos que interpretan Ángel Morante, Paul Beretta y Kike Saco Vértiz definen bien sus personalidades. Martin Abrisqueta y Javier Quevedo se divierten a sus anchas, cada uno en su doble papel. Y Américo Zúñiga y Azucena Prieto interpretan con corrección a los representantes del bien y del mal, respectivamente. Mi buen amigo Judas no puede empezar mejor, con la concurrida procesión seguida de la fiesta patronal, en el patio de la Asociación de Artistas Aficionados. Una divertida y conmovedora historia es la que nos presenta Pasión Mystica Teatro, que bien vale la pena apreciar.

Sergio Velarde
12 de octubre de 2013 

2 comentarios:

  1. Asistí a la obra y Pasión Mystica nos mostró un bello espectáculo y fue sorprendente que como público participemos en la procesión patronal;

    ResponderEliminar