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miércoles, 30 de noviembre de 2011

Crítica: HEBRAS

Amor radical

Hebras, el último montaje del interesante grupo teatral Cuer2, es el más radical que se les haya visto últimamente. Palintrópolis (2006) fue un contundente retrato de nuestra caótica y salvaje ciudad; e Interruptor (2008), una acertada denuncia contra el progresivo aislamiento del ser humano, en contraste con los últimos avances tecnológicos. En ambos montajes, el director Roberto Sánchez-Piérola logró en sus actores un excelente equilibrio de sus capacidades gestuales, corporales y vocales, en beneficio de las puestas en escena. Pero en esta oportunidad, Sánchez-Piérola lleva a sus actores de siempre Roly Dávila y José Luis Urteaga al límite: confunde sus personalidades con la imposición de máscaras y el mismo corte de pelo, además de limitarlos a expresar sus emociones con sus cuerpos y no con sus voces. Los resultados son por supuesto, muy positivos, y marcan una nueva etapa en el grupo, que los llevan a radicalizar aún más sus propuestas, luego de su proceso de exploración con respecto a un sentimiento tan complejo como lo es el amor.

Las hebras no sólo están presentes en el suelo del íntimo salón de la Casona de San Marcos, en donde se viene realizando una cortísima temporada, sino también en los instrumentos musicales de cuerda (guitarra y violín) que acompañan en vivo la performance. También vemos simbólicamente los hilos que se tejen entre ambos cuerpos andróginos (jugando con el mito de Aristófanes), que amplía el término amor hacia otras variantes. Y por supuesto, las hebras que nacen de uno al convertirse en títere del otro, representadas en el mejor cuadro del conjunto. Hebras es un montaje físico, pero también poético, pues explora las relaciones humanas (ya sea amorosas, amicales o fraternas) de manera contundente y estilizada, justificando así la ausencia de texto, pues en una puesta en escena como ésta, las palabras salen sobrando.

Excelente trabajo físico de ambos actores, muy precisos en cada uno de sus movimientos, escenificando las escenas con vigor y fluidez. Acaso el tipo de montaje que se propone no sea apto para todos los públicos, pero sí confirma la madurez de Cuer2 como un colectivo comprometido con sus puestas en escena, intachable en el desarrollo de sus conceptos, y que los confirman como uno de los grupos más interesantes y coherentes de nuestro medio. Hebras podría ser llamado un montaje radical, poco convencional, pero es consecuente con la línea que se viene trazando el grupo, y es por supuesto, muy recomendable.

Sergio Velarde
30 de noviembre de 2011

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