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martes, 29 de noviembre de 2011

Crítica: EL GATO, EL CORONEL Y 101 DÁLMATAS EN APUROS

Al rescate de los canes

101 Dálmatas (1961) fue la decimoséptima película animada de Walt Disney Pictures. La historia se centró en la pareja de dálmatas conformada por Pongo y Perdy, quienes traen al mundo a un grupo de cachorros, secuestrados luego por una pareja de torpes ladrones liderados por la archi malvada Cruella de Vil, con el propósito de confeccionar su abrigo de pieles. Muchos años después llegaría la versión en carne y hueso con una desbordada Glenn Close en el papel principal. La historia tiene los suficientes atractivos como para encandilar a los más pequeños, aunque representa todo un reto llevar la trama al escenario, especialmente para representar a los 101 dálmatas. Y por supuesto, una actriz capaz de darle vida a una de las malvadas más sobresalientes y estilizadas del mundo animado.

El director Josse Fernández, egresado de la ENSAD, sí demuestra tener conocimientos y sobre todo, sentido común, sobre cómo montar un espectáculo teatral. La adaptación de la historia se centra en personajes humanos y caninos por igual. La idea de los títeres para representar a los dálmatas con la ayuda de la luz negra es ingeniosa, aunque pudo ser ejecutada con mayor orden y sin demasiada aparatosidad. La escenografía y el vestuario son funcionales para hacer avanzar la historia, aunque tengo mis reparos con el uso del playback para la canción de “Cruella de Vil”. Eso sí, el montaje debió realizarse en el estrado, ya que la disposición elegida para el escenario y las tribunas no permitieron que el 100% del público apreciara todas las acciones escénicas.

Algunos efectivos gags como el secuestro de los canes y las secuencias del espejo y del veneno, a cargo de los experimentados Fernández y Walter Huallpa, superan con creces a algunas débiles y poco claras escenas de los canes con sus dueños. La "Cruella de Vil" de Ivonne Soto se queda corta en representar la maldad y la codicia necesaria para convertirse en el centro de atención. Los personajes caninos deben delinearse mejor, a pesar de ser caricaturas de por sí. En última instancia y sin mayores contratiempos, El gato, el coronel y 101 dálmatas en apuros cumple con entretener a grandes y niños.

Sergio Velarde
27 de noviembre de 2011

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