Alabad todos a David Carrillo
He aquí diez contundentes razones para celebrar la última puesta en escena del talentoso director David Carrillo:
1. Adaptar y encadenar con absoluta coherencia ocho piezas breves del ingenioso dramaturgo norteamericano David Ives, que abordan tópicos extravagantes y sencillamente inolvidables acerca del escaso tiempo que disponemos para alcanzar la felicidad y la redención, y que mezclan con acierto la comedia pura con el suspenso, el drama y el romance.
2. Plasmar imágenes surrealistas e impactantes, como las dos moscas tratando de aparearse, pues sólo disponen de un día de vida; o el técnico hablando con su adorada lavadora, que le recuerda indefectiblemente a su madre; o el político ruso León Trotski, reflexionando sobre su cercana muerte con una piqueta en la cabeza.
3. Valorar con acierto el contenido de cada pieza, evidenciando los mensajes con claridad y aprovechando los recursos que disponen, convirtiéndolas en verdaderas joyitas.
4. Mantener admirablemente el ritmo de la dilatada duración de la obra, gracias a la energía y fluidez de sus intérpretes, así como también en los cambios de escena realizados en su totalidad por ellos mismos.
5. Rescatar del discreto olvido a una sala de renombre como el Teatro Larco, que resurge como la nueva morada de la Asociación Cultural Plan 9, luego de tres intensos años calentando el Teatro Mario Vargas Llosa.
6. Ser contundente ejemplo para todo actor, que sólo con dedicación, paciencia, esfuerzo e intensos ensayos pueden lograrse obras con escenas soberbias, de precisión milimétrica, especialmente la última, que aborda el tema de los universos paralelos, en la que el espectáculo alcanza niveles de teatro puro.
7. Conseguir que los cinco intérpretes de la puesta, Manuel Gold, Alina Ferrand, Carlos Galiano, Masha Chávarri y Pietro Sibille, rayen la perfección, potenciando sus virtudes y resaltando la evidente versatilidad de su trabajo en conjunto.
8. Servir de inspiración para aquellos incautos que creen que lo han visto todo en teatro y que no hay nada nuevo por explorar: Demasiado poco tiempo es un claro ejemplo de excelencia en el teatro independiente, realizado con pasión, entrega y responsabilidad.
9. Invitar al espectador a reflexionar sobre el tan poco tiempo que tenemos y las tantas cosas que nos quedan por hacer.
10. Comprobar que, efectivamente, hay “demasiado poco tiempo” para poder ver una de las mejores puestas del año, pues la temporada tarde o temprano llegará a su fin. De visión obligatoria. A verla ya.
Sergio Velarde
08 de julio de 2011
No me queda más que estar absolutamente de acuerdo con las 10 razones y rogar porque la repongan pronto, porque con gusto la volvería a ver.
ResponderEliminarCC.