La maternidad sobre el tapete
La maternidad siempre ha estado asociada al factor tiempo: a veces llega prematuramente, o a veces nunca lo hace; el paso de los años nos convence que debimos optar por ella cuando la posibilidad aún existía, o tal vez nos haga dudar de lo acertada de la decisión ya tomada. Para todas las mujeres sin excepción, la opción de convertirse en madre y engendrar una nueva vida constituye una decisión vital en sus vidas, y no cuentan con todo el tiempo del mundo para decidirse, por cierto. Entonces Alicia cayó es una obra estrenada en el Teatro Británico, que consigue exitosamente ligar este interesante y siempre vigente tema con elementos literarios extraídos de la novela “Alicia en el país de las maravillas”. La directora y dramaturga Mariana de Althaus consigue también darle la importancia debida a la premura del tiempo como elemento unificador de las historias que presenta (y como una genuina amenaza), pero la puesta en escena adolece de ciertos defectos que impiden que sea sobresaliente, aunque sí muy disfrutable.
De Althaus divide la obra en tres claros hilos narrativos, desarrollando hábilmente cada historia en paralelo dentro del mismo espacio escénico, que representa a tres habitaciones distintas dentro del mismo hotel, llamado Wonderland. La cantante cincuentona Alba (Ana Cecilia Natteri) debe enfrentar la infidelidad de su esposo Basilio (Carlos Mesta) con una mujer más joven; Daniela (Sofía Rocha) es una dramaturga que lucha por sostener la tirante relación con su hija adolescente (Patricia Barreto); y la cuarentona Alicia (Vanessa Saba) quiere ser madre, pero su novio Martin (Paul Martin) no está tan seguro de esa idea. Algunos personajes lograrán salir del metafórico hoyo en el que cayeron, gracias al contacto con elementos real-imaginarios del universo propuesto por Lewis Carroll, que parecen desprenderse de la adaptación que realiza Daniela sobre la historia de “Alicia en el país de las maravillas”.
Las tres historias principales podrían haber mantenido una fuerza pareja, pero el irregular elenco no contribuye a lograr este objetivo. Una buena actriz como lo es Saba, luce demasiado joven y por ende poco creíble, como la cuarentona desesperada por tener un hijo. Tampoco la ayuda en escena un Paul Martin en piloto automático, repitiendo su eterno y gastado esquema actoral. Natteri y Mesta al menos les imprimen cierta dignidad a sus otoñales personajes en crisis, pero son Barreto y la brillante Rocha, quienes se lucen como la hija adolescente y la madre soltera, respectivamente. Es justamente esta subtrama la que sostiene toda la obra, consiguiendo las escenas más sinceras y conmovedoras. Entonces Alicia cayó, ganadora del 3er. Concurso de Dramaturgia Peruana por el Centro Cultural Británico, confirma a Mariana de Althaus como una de las dramaturgas y directoras contemporáneas más influyentes de nuestra escena nacional, y logra con esta puesta en escena, motivar la reflexión sobre un aspecto tan delicado y gratificante como lo es la maternidad.
Sergio Velarde
20 de julio de 2011
Publicado originalmente en SEMANAECONÓMICA.COM, 21/07/2011
http://semanaeconomica.com/articulos/69908-resena-de-obra-de-teatro-entonces-alicia-cayo
Esta critica ahora en el 2021, me ha ayudado muchísimo en mi curso de Critica Teatral. Muchas gracias.
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