Frente al futuro del país
Construir un personaje histórico requiere una investigación profunda de sus orígenes, leer su obra y lo que dicen y dijeron sobre ese personaje. Giovanni Arce hizo bien la tarea y escribió Clorinda, con rigor histórico. La obra no es una exposición de datos biográficos ubicables en Wikipedia, sino fundamentalmente la confrontación de los sueños y preocupaciones de Clorinda Matto de Turner, en sus últimos momentos, con el futuro del país, o sea el actual, que se representa con dos jóvenes, que son a su vez “el futuro del país”. Ella se encuentra en Buenos Aires y un mágico ritual andino lleva a dos jóvenes cusqueños como ella, pero del siglo XXI, a su encuentro; primero allá e inmediatamente en el Cusco, mientras se oyen las bombas lacrimógenas y disparos en la calle que nos ubica en la crisis política a comienzos de 2023.
Matto de Turner destacó como periodista y como una de las precursoras de la novela hispanoamericana. La obra recrea muy bien su incorporación a ese círculo de mujeres intelectuales, al cual también asistía su amigo Ricardo Palma, con una escena que transmite la esencia de ese momento.
Mediante ágiles pinceladas, se muestran varias facetas de la escritora. Su encuentro con Juan de Arona denuncia el machismo y especialmente el racismo con el que se refería a ella este poeta y lexicógrafo limeño. La ficción le permite a Clorinda darse el gusto de decirle lo que piensa en su cara.
De su vida personal se describe lo necesario: el relato de su encuentro con el médico y comerciante británico Joseph Turner, con quien se casó, otorga a la obra un momento relajante, en medio de la tensión casi permanente.
Las referencias principales son a su novela Aves sin nido (1889), que causó gran revuelo en la sociedad, al denunciar la inmoralidad sexual de un sacerdote y los abusos contra los campesinos. Bastó una publicación más para su excomunión nacional y el ataque de fanáticos religiosos. Aves sin nido no solo fue una novela atrevida por su temática, sino hasta subversiva según las normas legales de la época.
Pero, además, Clorinda participó activamente en la política. Defendió a Andrés A. Cáceres, por lo que sufrió la represión de los partidarios de Piérola, lo que la obligó a exiliarse a Argentina, donde poco antes de morir sucede, en la ficción de la obra, este encuentro con los jóvenes y la realidad política del siglo XXI. Esa confrontación es la esencia e hilo conductor de Clorinda, interpretada con maestría por Natalia Torres Vilar.
Al mirar en paralelo la historia, se hace referencia directa e indirecta a varios hechos y conductas de nuestra “clase política”, que el público informado reconoce. En el caso de los sacerdotes, a los que denuncia en Aves sin nido, se pierde la oportunidad de señalar los abusos en el presente, como el caso Sodalicio.
La buena dirección de Arce permite mantener el misterio del encuentro, para deslizar el relato de episodios clave de la vida de la escritora.
Hay un evidente desequilibrio entre el drama interior de Clorinda, que sufre por su país, y la reacción aparentemente superflua de los jóvenes, que alude a una generación más inclinada al individualismo apolítico, al que ella increpa por su compromiso con la realidad que les rodea. Esa actitud relajada se marca en el lenguaje y posturas de la joven estudiante de teatro y su amigo, cuyas actuaciones, sin destacar, completan ese cuadro contradictorio.
El teatro Ricardo Roca Rey parece atraer estas obras de carácter histórico y a la vez de profunda reflexión por el presente y que apuestan por darle espacio a jóvenes, al lado de maestros y maestras de la actuación, como es el caso de Torres Vilar.
David Cárdenas (Pepedavid)
7 de junio de 2025
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